Queridos
lectores,
Comenzamos
el año de entrevista en La Orilla de las Letras con un autor al que tengo el
placer de conocer desde hace ya bastante tiempo: Fernando Marías.
Fernando
Marías es un escritor consolidado con una larga carrera de éxitos literarios.
Merecedor de diversos premios, el último que ha recibido es el Premio
Biblioteca Breve 2015 por su libro La isla del padre, una obra muy personal que
gira entorno a la figura de su padre, Leonardo Marías, y la de él mismo. Como
ya supondréis, el libro desvela bastante de la biografía de Marías. Veamos qué
más información podemos obtener, tanto de su autor como del libro, a través de
esta entrevista:
Cuentas en La isla del padre que antes que escritor
quisiste ser director de cine. ¿En qué momento decidiste decantarte por lo
primero y dejar de lado lo segundo? Y, ¿has renunciado del todo a tu sueño de
ser director?
Ser director de cine era el sueño de mi adolescencia. Nada podía
excitar más mi deseo que el ansia de emular a Huston, a Peckinpah, a Aldrich…
Por supuesto, en aquel cálculo juvenil no entraba la realidad del cine
español, que nada ha tenido ni tiene que ver con el mito hollywoodiense. Ahora
observo las dificultades para hacer cine de directores que admiro mucho, como
Díaz Yanes, Urbizu, mi hermano Luis… y me doy cuenta de que es una aventura
épica, casi irrealizable. Con todo, me fui a vivir a Madrid para intentarlo, y
en Madrid me quedé. Y ahí, quince años después de haber llegado, empecé a
escribir. No formó parte de ningún plan, simplemente ocurrió. Un día me puse a
escribir un guion, no me salía, empecé a transformarlo en relato, luego el
relato creció y salió La luz prodigiosa, una
novela que fue premiada, tuvo su adaptación televisiva y cinematográfica y
ahora saldrá de nuevo en edición 25 aniversario. Este libro lo resume todo. Y
sobre lo otro… No me veo ya dirigiendo una película. A veces pienso con ello,
pero lo veo demasiado complicado.
Cuando empezaste a
escribir, ¿llegaste a pensar que llegarías a ser un escritor conocido?
Por un lado sueñas con ello, fantaseas con que lo lograrás… Y
por otro te parece imposible. He sido afortunado. Me tocó una época en la que
aún era posible. Hoy creo que los autores jóvenes lo tienen mucho más
complicado, y por eso admiro más a los que lo intentan de corazón, con toda su
energía. Sé que no lo hacen por la fama, sino por el afán ineludible de
escribir, y eso hace crecer mi respeto hacia ellos. Cada año descubro a dos o
tres autores que me parecen realmente buenos. Ahora es su tiempo. Un tiempo
lleno de dificultades, pero el suyo.
©Laura Muñoz
En un mundo tan
complicado a la hora de llegar al público (cada vez más), ¿cuál crees que es el
secreto de tu éxito?
El concepto éxito es relativo, siempre habría que especificarlo
más. Por ejemplo, yo nunca he tenido éxitos de ventas, y ese suele ser el
baremo más extendido. Creo que el éxito consiste exactamente en: escribir lo
que quieres escribir + verlo publicado + vivir razonablemente de ello. Ese es
el verdadero éxito. Lo demás es secundario; bonito, pero secundario. Y de la
misma forma, el fracaso de un escritor no es vender poco, sino escribir aquello
que no desea escribir.
Como lector, ¿qué crees
que tiene que tener un buen libro?
Hipnosis y emoción.
¿Cómo se te ocurrió
escribir La isla del padre? ¿Fue algo
planificado?
En febrero de 2009 mi padre enfermó y entonces empecé a pensar
en escribir sobre él. Tomé notas, rememoré cosas, escribí páginas… Nada tuvo
sentido, hasta su muerte en junio de 2013. Entonces me puse a escribir y todo
fue en línea recta, y se aceleró positivamente cuando me encerré en la vieja
casa familiar a solas con los recuerdos y el ordenador. Nunca (hasta 2009)
pensé en escribir un libro así. Y luego no solo resulta ser mi mejor libro (al
menos uno de los tres mejores) sino que es el que más respuesta de público
encuentra. Al final, la magia de la literatura es lo mejor.
©Laura Muñoz
¿Qué ha supuesto para
ti ganar el Premio Biblioteca Breve 2015 con La isla del padre?
Durante toda la escritura de La
isla del padre pensé que era un libro que escribía para mi padre y para mí.
No pensaba en el lector, ni en los editores ni, en realidad, en nadie que no
fuéramos nosotros dos. Pensaba que eso traería suerte al libro. Y la trajo. El
Biblioteca Breve es un premio mítico, solo puedo sentir emoción. Me habría
gustado que él lo supiera y viera el libro con los dos en la portada. Es un
premio importante, pero mi mayor orgullo es la larga carta de Elena Ramírez,
editora de Seix, con su mirada sobre el libro, conmovida y honda, cuando lo
estábamos editando. Eso y las cartas de los lectores expresándome su emoción.
¿Crees que es posible
superar alguna vez la muerte de un progenitor?
Cada persona tiene su propia forma de expresar el sentimiento
por la ausencia. A mí me ayudó escribir el libro. Y vivir la insólita
experiencia de sentir –siendo yo una persona alejada por completo de la
religión- que mi padre estaba a mi lado mientras lo escribía.
¿Por qué nos cuesta
tanto a veces comunicarnos con nuestros propios familiares?
Por la educación que recibimos. Nací en 1958, una época en que
los sentimientos no se prodigaban, como si fuese feo hacerlo, y más aún en
Bilbao, mi ciudad, donde somos poco expresivos, o éramos.
©Laura Muñoz
¿Crees que tu relación
con tu padre hubiera sido diferente si él hubiera tenido otro oficio que le
permitiera pasar más tiempo en casa?
Por supuesto, muy diferente. En primer lugar, él habría sido
otro hombre, porque si eligió ese oficio es porque era inquieto y aventurero,
individualista y curioso. Pero además su ausencia es esencial, lo convertía en
un personaje al que mis hermanos y yo deseábamos tener cerca y lejos a la vez,
un extraño que venía contando prodigios pero luego siempre se iba de nuevo. Una
experiencia única. En nuestra infancia y juventud no conocimos a nadie de
nuestra edad que tuviera un padre así.
¿Qué parte de esta obra
te ha costado más escribir?
Ninguna, fluyó todo y me hizo feliz escribirlo. Cuando hacia las
páginas finales explico que no quiero terminar el libro y que lo que en
realidad quiero es seguir escribiéndolo siempre digo la verdad.
¿Te ha faltado algo por
contar en este libro?
No desarrollé la parte sobre mi etapa oscura porque eso da para
otro libro de carácter muy distinto que tengo en mente.
©Asís G. Ayerbe
¿Qué esperas que
encuentren los lectores en La isla del
padre?
Hipnosis y emoción. Ojalá sea eso lo que encuentren. Y
sinceridad. Es un libro de sinceridad impúdica, sanadora.
¿Qué nuevos proyectos
literarios tienes en marcha?
Ese libro que acabo de decir, y una novela entre la ciencia
ficción y el apocalipsis rarísima que se me ha ocurrido. Pero este año tengo
una serie de proyectos en marcha y quiero dedicarme a ellos. Hasta septiembre
no volveré a escribir. De todas formas ahora acaba de salir Esta noche moriré (edición XX
aniversario en Alrevés, incluyendo el monólogo teatral sobre la novela de QY
Bazo) y en marzo sale de nuevo La luz
prodigiosa, 25 años después, en
edición de Turpial. Además, estoy volcado en Hijos de Mary Shelley,
2000Románticos y VerSex, aparte de algún otro proyecto. Año ocupado.
¡Pues
sí que va a ser un año ocupado! Un año fantástico, creo también.
Muchas gracias,
Fernando, por tu tiempo, tus palabras y las fotos. Espero que tanto La isla del
padre llegue a mucha gente este año, así como también el resto de tus obras.
Pronto seguro que, al menos yo, leeré la siguiente.
Y, vosotros,
queridos lectores, ¿a qué esperáis para conocer la obra de Fernando Marías?
Cristina
Monteoliva