REGRESO EN ESTE MOMENTO DE VISITAR AL DUEÑO DE MI CASA.
Ha vuelto a insinuarme que podría rebajarme considerablemente el alquiler si accedo a sus deseos. Pero no lo haré. Jamás. Apenas tengo dinero, eso es cierto. Pero me sobra orgullo. Y nunca, bajo ningún concepto, estaré dispuesto a volver a someterme a sus oscuras intenciones. Ya lo hice el mes pasado, y el anterior. Acepté entonces, pero no ahora. Juro que es la última vez que verá salir el sol un domingo por la mañana. Este auténtico depredador tiene una vida que no merece. Y yo se la voy a arrebatar. Ya tengo casi todo previsto. El mayor problema será deshacerme del cuerpo, pero en cuanto consiga un cacharro de esos que imprime cosas en 3D y me fabrique un arma, ya se me ocurrirá algo. De todas formas, nadie va a echarlo de menos. El muy cerdo no es que sea muy popular entre los vecinos, y...
¡No está nada mal! Pero, ¿qué va a pasar con el dueño de mi casa? ¿Os animáis a continuar o propongo otra frase?
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