Título: El devorador de
calabazas
Autora: Penelope Mortimer
Traducción:
Magdalena Palmer
Edita: Impedimenta
Páginas: 240
Precio: 19,95 €
¿Existe realmente el “felices para
siempre” de los cuentos de hadas y las películas comerciales? ¿Cuánta gente
habrá en el mundo que se case esperando esa felicidad perpetua en su
matrimonio? Mucha, imagino. ¿Y qué pasa cuando las cosas no van bien? ¿Se
separan? ¿Siguen juntos? ¿Buscan sucedáneos de la felicidad? Pero, bueno, ¿por
qué no dejo ya de hacer tantas preguntas retóricas y os hablo ya de El devorador de calabazas, la novela de
Penelope Mortimer?
Todo comienza con una
mujer que va al psiquiatra. Estamos a mediados del siglo XX y la mujer está
casada con un guionista de cine inglés. El guionista (un tipo que gana mucho
dinero, por cierto) no es su primer marido. De hecho, ni siquiera es el
segundo, sino el cuarto. De todos sus maridos ha ido teniendo nuestra buena
señora una buena cantidad de hijos. Tantos, que nadie cree que deba de tener
más. De hecho, este es el motivo por el que visita al psiquiatra, profesional
que intenta, por todos los medios que dispone, convencerla de que quedarse
embarazada de nuevo no es lo que necesita. ¿Estará nuestra buena señora
dispuesta a escuchar al médico? ¿Qué pasaría si tuviera un nuevo vástago? ¿Y
por qué es en realidad tan importante para ella tener más hijos, cuando apenas
le hace caso a todos los que tiene ya?
Como decía al principio
de esta novela, hay mucha gente en el mundo que se casa esperando que las cosas
vayan siempre bien, como si la felicidad pudiera ser un continuo en este mundo
tan cambiante y entre personas que puede, a veces, evolucionar en sentidos
opuestos. Este es claramente el caso de la señora Armitage, la narradora y
protagonista absoluta de El devorador de
calabazas, una comedia negra con mucho más drama del que pudiéramos en principio
esperar.
La señora Armitage va
al psiquiatra porque quiere tener un nuevo hijo. El psiquiatra intenta convencerla
de que eso no solucionará sus problemas. Como es de esperar, la señora Armitage
no se deja convencer tan fácilmente. Lleva toda la vida teniendo hijos, ¡eso se
le da muy bien! Solo cuando está embarazada y da a luz se siente útil en el
mundo, así que, ¿por qué debería de dejar de hacerlo?
La cosa es tan sencilla
como complicada. La señora Armitage ha tenido cuatro maridos, pero, sin duda,
al que más ha amado es al cuarto, a Jake. Su matrimonio con el guionista empezó
la mar de bien. Luego, ambos se fueron distanciando. Jake empezó a trabajar
mucho y a mentir más sobre las relaciones que mantenía con sus compañeras de
trabajo. ¿Y qué hacía mientras la señora Armitage? Tener hijos para llamar la
atención. Para sentirse útil. Para realizarse en la vida.
El
devorador de calabazas es una logradísima novela escrita
con un estilo cercano donde destacan los esclarecedores diálogos, las personalidades
ricas en matices de sus personajes y las selectas descripciones del pasado y el
presente de la señora Artimage. He dicho antes que se trata esta de una comedia
negra con más drama del que podría esperarse en un principio. Ahora quisiera
insistir en ello. Y digo más: la autora, Penelope Mortimer, se sirve de todo
ese refinado humor tan inglés para contarnos en realidad el drama de una mujer
que intenta salvar su matrimonio teniendo otro hijo. Una mujer que con el
tiempo ha ido convirtiéndose en un precioso florero en su preciosa casa. Una
mujer que ya ni sabe lo que de verdad quiere. Una mujer que podría ser tantas
muchas.
La lectura de El lector de calabazas proporciona al
lector una experiencia única. Si pudiera compararse con algo, yo diría que es
como montarse en una montaña rusa emocional en la que vas a ciegas. Nunca sabes
cuándo te va a tocar reír, cuándo llorar, cuándo inquietarte con las
contradicciones con las que vive la señora Armitage. La lectura se acaba con un
sabor agridulce y con la sensación de haber leído algo totalmente auténtico y
contemporáneo, a pesar de haber sido escrito hace más de medio siglo. Y con
incógnitas por resolver, casi tantas como hijos tiene la señora Armitage.
Creo que pronto volveré
a leer este libro para seguir pensando en todo lo que Penelope Mortimer nos
quería decir con esta historia. Y tú, ¿a qué esperas para leerlo por primera
vez?
Cristina Monteoliva