Título: Reconexión
Autor: Neal
Shusterman
Traducción: Adolfo
Muñoz
Editorial: Anaya
Págs: 488
Precio: 17,95 € / 5,99 € (ebook)
El tema del aborto en España sigue
estando muy presente, con bandos a favor y bandos en contra de una ley más
restrictiva que su predecesora. Imagino que en otros países pasará algo
parecido. Países como Estados Unidos. Esto explicaría, en parte, la decisión de
Neal Shusterman de escribir una segunda parte para su novela Desconexión. (La otra explicación es que
el libro tuvo tanto éxito, que había que convertido en saga.) Esta segunda
parte se titula Reconexión, y si
quieres saber de qué va, por favor, sigue leyendo esta reseña.
Connor se ha convertido en el jefe del
cementerio de aviones en el que los niños que escaparon de la desconexión se
esconden. A su lado se encuentra su amiga Risa, postrada desde hace tiempo en
una silla de ruedas. Ella es su paño de lágrimas, pero él no lo es para ella. Y
es que Connor tiene mucho trabajo, y no siempre las cosas se ponen fáciles, menos
aún si al lugar llegan chicos tan conflictivos como Starky. No sospecha el
chico-jefe que las cosas están a punto de ponerse peor todavía, pues los
adultos saben de la existencia del cementerio. Por otro lado, Connor está a
punto de descubrir que se esconde mucho tras la desconexión. Cosas que no sólo
le darán que pensar, sino también que preocuparse, ¡y mucho! La cuestión es:
¿conseguirán Connor, Risa y los demás protagonistas de esta historia llegar con
vida para la tercera entrega de la saga?
Sí, estáis en lo cierto: el anterior
párrafo me ha quedado hecho un churro. Es lo que sucede cuando intentas resumir
en unas pocas líneas el argumento de un libro complejísimo, una novela que te
ofrece montones de subtramas protagonizadas por otro buen número de personajes,
además de invitar a la reflexión a cada instante.
De acuerdo, voy a intentar empezar de
nuevo, y para ello tengo que remitiros, sobre todo si no conocéis esta saga, a
la reseña que escribí hace un tiempo del primer volumen de la misma, Desconexión: http://www.laorilladelasletras.com/2014/03/resena-desconexion-de-neal-shusterman.html
Si ya la habéis revisado, o habéis leído
por vosotros mismos el primer volumen (eso sería lo ideal) os contaré que en
esta segunda parte tenemos de nuevo a los personajes de Connor, el muchacho
rebelde que se hizo jefe de los otros fugados de la desconexión; a Risa, la
chica huérfana a la que crio el estado para luego deshacerse de ella
desconectándola; y a Lev, el chico religioso que pretendía desconectarse como
sacrificio a Dios. Como es de esperar, la vida de los tres ha cambiado mucho, y
sus personalidades han ido evolucionando. Connor se ha vuelto más duro, y en
cierto modo, se le ha amargado el carácter, de forma que a Risa, ahora
discapacitada, le cuesta cada vez más conectar con él (lo que supone un
problema, ya que Risa está enamorada de Connor). Lev, por su parte, está
viviendo montones de aventuras fuera de los límites del cementerio de aviones.
Estas aventuras le llevarán a conocer a un personaje nuevo en la saga:
Miracolina, una chica muy testaruda, totalmente obsesionada con sacrificarse a
Dios con la desconexión.
Starky es otro personaje nuevo. Se trata
de un chico huérfano que “coló la cigüeña” (es decir, que sus padres lo dejaron
en la puerta de otros para que lo criaran). Sus padres adoptivos quieren
desconectarlo, pero él no está para nada dispuesto a ello. Su rebeldía podría
recordar a la de Connor. Sin embargo, no creo yo que Starky tenga tan buen
corazón como el líder de los rebeldes.
El personaje nuevo más interesante para
mí es Cam, un chico al que han construido de la nada, partiendo de millones de
partes de chicos que han sido “desconectados” (recordemos que la desconexión es
la “vida divisa”, o sea, la donación total de las partes de una persona a
otras). A pesar de haber sido construido a base de material ajeno, lo curioso
es que Cam tiene una personalidad nueva y única. Todo lo que está relacionado
con él, no deja, sin embargo, de ser espeluznante. Sobre todo cuando nos damos
cuenta de que sus creadores no son para nada trigo limpio.
Pensaba cuando leí Desconexión que se trataba de un único volumen, de una historia ya
terminada. Me ha alegrado mucho comprobar que el tema de “el aborto adolescente”
puede seguir dando mucho de sí, mucho más si tenemos en cuenta el gran talento
de Shusterman a la hora de crear una nueva historia tan fresca y emocionante
como su predecesora, con nuevos dilemas morales y más que pensar sobre los
dilemas de siempre. Creedme amigos, esta saga merece mucho la pena. Una lectura
genial tanto para jóvenes como para adultos de mente inquieta.
Cristina Monteoliva