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martes, 24 de enero de 2023

Entrevista: CARMEN SERENO.

 

Queridos amigos de La Orilla de las Letras,

Nuestra segunda entrevista del año está dedicada a una autora de novela romántica de éxito con mucho que decir: Carmen Sereno.

Carmen Sereno es periodista y ha trabajado en diversos medios de comunicación y grandes corporaciones. Un día, decidió dejarlo todo para dedicarse a la escritura, y desde entonces podemos decir que no le ha ido nada mal. Con Maldito síndrome de Estocolmo ganó la primera edición del Premio Chic. Más tarde publicaría, siempre con la editorial Chic, Azul Estocolmo, que completa la bilogía, y las novelas independientes Nadie muere en Wellington, Bajo el cielo de Berlín y Dos formas de escribir una novela en Manhattan.

Dicho esto, ¡vamos por fin con la entrevista!

¿Cuándo comenzaste a escribir?

De niña, tendría ocho o nueve años. Escribía historias por entregas en los cuadernos del cole y se las iba pasando a mis compañeras de clase.

¿Qué lecturas crees que te han influenciado como escritora?

Todas me han marcado de una forma u otra, desde las que leía de pequeña hasta la que me acompaña ahora. Sin embargo, desde hace unos años, leo más como escritora que como lectora. En ese sentido, diría que los libros ejercen una gran influencia sobre mí.

¿Qué estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?

Me he reencontrado con Haruki Murakami, al que no leía desde hace muchos años. Concretamente, estoy leyendo Sputnik, mi amor, una novela bastante intimista que me está gustando mucho.

Como lectora, ¿hay algún género que no soportes? ¿Y como escritora: alguno con el que no te atreverías?

No tengo manías como lectora, si la historia está bien contada, el género no me importa. Como escritora no me quiero cerrar ninguna puerta. Ahora escribo romántica, pero no descarto probar otros géneros en el futuro.

©Carmen Sereno.

Lo dejaste todo por dedicarte exclusivamente a la escritura. ¿No da eso un poco de vértigo

Sí, claro. Fue una decisión muy importante y obviamente no la tomé en caliente, sino que la medité mucho y la debatí con mi pareja. Llegamos a la conclusión de que era lo que necesitaba hacer, y como podía hacerlo, lo hice. Tan simple y complicado como eso.

¿Por qué escribir novela romántica?

Porque es un género que me reconforta. Es como encontrar un arroyo después de estar andando mucho tiempo en el desierto.

¿Qué debe de tener para ti una buena novela romántica hoy en día?  

Sobre todo, intensidad, que me mantenga en tensión hasta el final. Me gusta sufrir con las historias de amor. Cuanto más difícil lo tengan los protagonistas y más obstáculos se interpongan entre ellos, mejor. Pero eso sí, espero que tenga un final feliz. En general, no me gusta que el conflicto se resuelva demasiado rápido, así que, en una novela romántica, prefiero que el primer encuentro entre la pareja protagonista tarde en llegar. También agradezco que la historia tenga varias capas, aparte de la principal.

¿Qué supuso para ti ganar el Premio Chic con Maldito síndrome de Estocolmo?  

Supuso el inicio de mi carrera como escritora y la suerte de poder entrar en el mundo literario por la puerta grande. Normalmente, que una editorial se fije en ti cuando no has publicado nada es muy difícil, pero un premio, de algún modo, es un aval.

Tu novela más reciente es Dos formas de escribir una novela en Manhattan. Cuéntanos: ¿cómo surgió la idea de escribir esta novela?  

Llevaba un tiempo dándole vueltas a la idea de escribir una comedia, ya que es un subgénero con el que aún no me había atrevido. Además, las historias sobre los escritores y sus neuras siempre me han parecido interesantes y divertidas. Manhattan me parecía el escenario idóneo para esta novela.

©Carmen Sereno.

En Dos formas de escribir una novela en Manhattan nos encontramos con dos escritores con maneras muy distintas de entender la literatura. Los dos tienen un choque en Twitter. ¿Te ha sucedido algo así con otro escritor?

No, porque no me gustan las confrontaciones estériles que se dan a veces en las redes sociales. Me gusta expresar mi opinión, pero tiendo a huir de los conflictos. Sin embargo, he asistido a muchos de estos debates en los que se denigraba el género romántico por considerarlo como algo menor, hecho por y para mujer. Muchos de los argumentos esgrimidos contra la novela romántica parten de una ignorancia absoluta sobre el género.

¿Qué puedes decirnos de los protagonistas de Dos formas de escribir una novela en Manhattan?

Son personajes en apariencia radicalmente diferentes entre sí, pero que logran llegar a un punto de encuentro gracias sobre todo a la literatura y al arte de escribir.

La trama de Dos formas de escribir una novela en Manhattan tiene lugar en Manhattan (obviamente) y en Nueva Orleans, dos ciudades que quedan descritas a la perfección. ¿Conoces personalmente estos lugares? 

Conozco Nueva York, pero Nueva Orleans no. Aunque después de haber ambientado parte de la novela allí, tengo muchas ganas de visitar la ciudad.

¿Qué esperas que los lectores encuentren en Dos formas de escribir una novela en Manhattan?

Fundamentalmente, una historia bonita, que los entretenga y los haga reír, pero que también les toque la fibra sensible en algún punto, pero que, sobre todo, les deje con un buen sabor de boca al final.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?

Algo totalmente distinto, pero por el momento no puedo hablar de ello.

¡Oh, cuánto misterio! Nos encanta el misterio. Pero esperemos que pronto podamos saber más de ese proyecto.

Muchas gracias, Carmen, por tu tiempo, tus respuestas y tus fotos personales. Te deseamos mucha suerte con todas tus historias.

Y a vosotros, amigos de las letras, muchas gracias de nuevo por estar una vez más al otro lado de la pantalla. Ahora, ¡a leer!

Cristina Monteoliva

 

 

Reseña: DOS FORMAS DE ESCRIBIR UNA NOVELA EN MANHATTAN, de Carmen Sereno.

 

Las discrepancias entre escritores no son cosa de la era de Twitter y el resto de redes sociales. Estas rencillas, algunas, la mar de entretenidas para los que las ven desde fuera, existen probablemente desde el principio de los tiempos. Si bien algunas discusiones pueden tener su razón de ser, muchas de ellas son fruto de la cabezonería de dos mentes creadoras que no quieren tener rival. De esto y mucho más va la comedia romántica Dos formas de escribir una novela en Manhattan, la nueva historia de Carmen Sereno de la que os hablaré a continuación.

Tras quedarse con el corazón roto por culpa de un ex novio, Siobhan Harris decide plasmar su historia de amor y desamor en una novela. Si bien ella misma no creía que su obra fuera a salir de la aplicación gratuita de historias en la que la ha colgado, de pronto se encuentra con que una gran editorial quiere publicársela. El éxito es inmediato. Pero, ¿qué más podría escribir nuestra chica, si no le quedan más vivencias interesantes que plasmar en el papel?

Por su parte, Marcel Black es un exitoso escritor afroamericano de novela negra que prefiere vivir en el anonimato. Tras matar a su gran protagonista en el último libro de la saga que lo lanzó al estrellato, no sabe muy bien qué escribir.

Siobhan y Marcel se encuentran casualmente en Twitter y acaban teniendo una larga discusión, ya que Marcel no cree que la novela romántica sea un género que merezca la pena. Pero, ¿y si el destino les deparara una sorpresa? ¿Y si tuvieran que escribir una novela juntos, una llena de amor y misterio?

Confieso que hace bastante que no leo novela romántica y que no entraba en mis planes hacerlo ahora. La cuestión es que Dos formas de escribir una novela en Manhattan no es solo una comedia romántica: es una sobre el mundo de los escritores, algo que me suele resultar fascinante. Partiendo de esta premisa, me decidí por esta lectura.

Nuestros protagonistas son las dos caras de la moneda literaria actual: Siobhan es la chica que ha conseguido el éxito de casualidad en un género denostado por muchos: el de la novela romántica; por su parte, Marcel es el autor que escribe bajo pseudónimo y se ha creado una reputación éxito tras éxito de sus novelas policiacas. Los dos tienen sus inquietudes, sus métodos, sus formas de ver el mundo. La cuestión es: ¿conseguirán llegar a un consenso y escribir una novela juntos?

La polémica está servida. El mundo real está lleno de escritores que menosprecian a otros colegas porque escriben géneros distintos al suyo (y que creen inferiores). Todo el mundo quiere ser el mejor, y pelearse es tan fácil en redes sociales… ¿Nos plantea esta novela un imposible? Bueno, estamos ante una historia romántica, y ya sabemos que en este género lo normal es que los enemigos acaben siendo amantes después de un tira y afloja que, en este caso, resulta bastante interesante.

¿Siobhan o Marcel? Desde luego, tal y como se nos plantea en la historia, es más fácil sentir simpatía por ella, una persona que casi nunca se enfada y tiene un trato tan fácil. Marcel, sin embargo, nos dará más juego: es un hombre con un pasado complicado, lleno de traumas, todo un tipo al que conquistar.

Otro aspecto a destacar es la ambientación de la obra. La historia se ubica entre Nueva York y Nueva Orleans. Las dos ciudades quedan perfectamente descritas, de manera que es muy sencillo para el lector sumergirse en ellas.

Dos formas de escribir una novela en Manhattan es, en definitiva, una ardiente y original comedia romántica, pero también una buena obra con la que conocer un poco mejor el mundo de los escritores, sus similitudes, sus diferencias, y sus razones para llegar a enfrentarse en redes sociales hoy en día. Una historia que nos invita a pensar que un mundo mejor es posible siempre que seamos capaces de acercar posturas. Y tú, ¿sabes ya con qué tipo de escritor te quedas? Si todavía tienes tus dudas, te invito a que leas esta novela y por fin te decidas.

Cristina Monteoliva

lunes, 23 de enero de 2023

Reseña: COMO UN ESPECTRO / MIAO DAO, de Joyce Carol Oates.

 

Admitámoslo: la mayoría de las mujeres hemos tenido que aguantar en algún momento de nuestras vidas actitudes de los hombres nada limpias, por llamarlas de una forma suave. Estas situaciones, algunas verdaderamente graves, suelen dejarnos indefensas, especialmente a edades tempranas, durante la adolescencia y en la primera juventud. Se hace necesario hablar de ellas para denunciarlas, como hace Joyce Carol Oates a través de sus dos novelas cortas, Como un espectro y Miao Dao, recogidas en un solo volumen, por lo que las comentaremos conjuntamente a continuación.

Alyce, la protagonista de Como un espectro es una joven universitaria de diecinueve años que se deja seducir por su profesor de filosofía. Aunque se da cuenta pronto de que la relación no es lo que ella esperaba, sigue adelante con la misma. Enseguida se queda embarazada y no sabe qué hacer. Entonces aparece en su vida un poeta invitado por la universidad que la toma bajo su tutela, sin darse cuenta nuestra chica hasta más adelante que el anciano caballero pretende aprovecharse de ella como lo hizo el filósofo.

Por su parte, Mia, la protagonista de Miao Dao es una adolescente que ha de vestirse con ropa holgada para que los chicos la dejen en paz, su padre ha dejado a la familia y su madre se vuelve a casar con un tipo que quiere hacerle cosas peores a nuestra chica que los compañeros del instituto. Cuando las autoridades arrasan el descampado donde vivían los gatos callejeros amigos de Mia, aparece en su vida un extraño gato que parece querer protegerla de todo mal.

Como un espectro y Miao Dao son dos obras que guardan bastantes similitudes. En primer lugar, lo más evidente: las dos son dos novelas cortas que se leen con rapidez, aunque tal vez no con facilidad pues las dos nos ofrecen textos ricos en matices que harán que el lector tenga que prestar sus cinco sentidos durante todo el tiempo.

En segundo lugar, las dos novelas nos hablan de dos mujeres jóvenes que tienen que lidiar con el abuso de los hombres, si bien las situaciones que se encuentran son distintas. Por su parte, Alyce es seducida por un profesor (en el texto se dice que no llega a ser una violación, pero tras la lectura he tenido la sensación de que justamente nuestra chica era violada por su supuesto amante una y otra vez). Cuando busca refugio junto a un viejo poeta, se da cuenta de que este pretende también tener relaciones con ella, lo que la deja desconcertada, en un primer momento. Por su parte, Mia es una adolescente que tiene que luchar contra las manos largas de sus compañeros, en el instituto, y las de su padrastro, en casa. Si bien ambas protagonistas tienen miedo, encontramos a Mia en una actitud más valiente, a la defensiva, mientras que Alyce se muestra asustada y pasiva.

Las dos historias resultan escalofriantes pues la amenaza machista a la que se ven sometidas sus protagonistas es muy real. La tensión va in crescendo, hasta llevar a los lectores al límite. ¿Es posible que salgan indemnes nuestras chicas?

¿Se puede considerar que Como un espectro y Miao Dao son novelas góticas? Según como se mire. Desde mi punto de vista, Como un espectro podría darnos más esa sensación que Miao Dao, aunque en las dos historias aparecen, de una u otra manera, fantasmas.

Como un espectro y Miao Dao, en definitiva, son dos buenas historias sobre misoginia con las que reflexionar sobre lo que muchas mujeres tienen que soportar a lo largo de su vida. Dos novelas breves sobre dos heroínas inteligentes aunque distintas entre sí. Dos obras singulares que están esperando a que las descubras. ¿Te atreverás con ellas?

Cristina Monteoliva

sábado, 21 de enero de 2023

Reseña: CONFESIONES DE UN HOMBRE RAQUÍTICO, de Alberto Masa.

 

Soy consciente de que esta reseña es atípica, pero las Confesiones no merecen menos. Es un libro extraño y cautivador.

La historia es sencilla. Un hombre echa de menos a una mujer. Un amante llora su pérdida. Cómo atraer a un lector aburrido, cínico, a beber ese agua. Pues lo hace. Con sentido del humor. Con la humildad de un ser raquítico, un punto en el universo. Con el valor y la tristeza de afrontar esa verdad tan simple y rotunda.

Confesiones de un hombre raquítico de Alberto Masa está estructurado en párrafos, hermanados del mismo modo en que lo están los versos de un poema. No tienen necesariamente las mismas dimensiones ni están ordenados de acuerdo a un parámetro temporal o temático, pero sí tienen la misma música, transmiten el mismo estado de ánimo.

Si lo lees caminando, como yo he hecho, notarás que el ritmo de la lectura marca tus pasos. También podría decirse que tu oído lee por tus ojos.

«Hoy no veo la luna desde la ventana de la cocina. Es una noche impar (ya he dicho que es una) a cuya idiotez intento conceder un significado bebiendo un vaso de té frío al que recuerdo haber echado media cucharada de azúcar».

No diría que es prosa poética, pero sí que la prosa es puro ritmo, que es un corazón latiendo, es una lucha por hacer al corazón seguir adelante, atarlo a las pequeñas cosas, tirar de él, como a un cachorro que pega los cuartos traseros al suelo y desafía la correa. No solo es el corazón romántico del amante, es el niño que vuelve a llorar las soledades que ya no recordaba.

«Navidades en casa de mis abuelos paternos. Quedan demasiado lejos, al mismo tiempo que acá al lado. En el día de hoy ya he visto como todos se han ido. Eran una línea de fichas de dominó en pie, muy juntas. Ella y yo somos, a veces, dos fichas que quedan aún en pie».

Es un viaje que se hace con un oído secreto que escucha un monólogo interior, y es la mejor manera de contar una historia que ya ha ocurrido, o está por ocurrir, o nunca fue, que es lo que nos pasa a todos cuando vivimos una historia de amor en el plano real mientras sentimos que la otra, la que sucede, si acaso, en nuestra imaginación, es la verdadera.

Aquí tengo que compartir esta escena, donde el autor parece que auguraba esta reseña, en que iba a hablar de la verdad detrás de las sombras de la realidad, y parece que se acuerda de la caverna de Platón:

«Una caverna. Eso encontrado al bajar, tras todo ese tiempo de ausencia sin hacerlo, al sótano. Un montón de hilos de araña en cuyos laberintos veo el reflejo de mi pensamiento la luz se había agotado y he avanzado como un Diógenes, joven aún, por mucho que pueda poner en duda esto último, entre las mortajas de cucarachas e incluso ratones».

Allí va el enamorado platónico a buscar la sombra, el no-muerto de su amor que queda en los recuerdos materiales, solo por intentar evadir al que sigue vivo en la memoria. El lomo embuchado que encuentra en una estantería vale lo mismo que una foto en blanco y negro. Todo vale menos que el fantasma. Y tú vas con el personaje porque es imposible, te lo aseguro, que leas un párrafo sin tomar de la mano al siguiente, y no vayas donde él va.

Alberto Masa trabaja desde el párrafo del mismo modo en que dicen que hay que hacerlo autores tan diversos como John Gardner en Para ser novelista o Stephen King en Mientras escribo.

Aquí espero que no me tomes por la típica que, como no sabe de quién hablar, habla de Stephen King o de Oscar Wilde. Oscar Wilde es el escritor al que atribuíamos, en el siglo XX, todas las citas y proverbios que no sabemos de dónde vienen. Su versión posmoderna es Stephen King, a quien atribuimos todos los aciertos literarios, no esperados o no buscados, de cualquier prosa.

Desde luego Alberto Masa va a otro sitio. Estamos muy lejos del género de terror, muy lejos también de lo fantástico; en un realismo desnudo, casi sucio. Pero el modo en que te hace una aguadilla en la primera página y tú, por alguna razón, no quieres sacar la cabeza del agua, es la misma que utiliza Alberto Masa.

Tú sabrás si quieres abrir la caja de Pandora pero, te lo advierto: no podrás salir de esa cueva hasta que no hayas encontrado el pasillo con el recodo más parecido a tu miedo.

Rebeca Tabales

miércoles, 18 de enero de 2023

Reseña: FEMINIST ART. MUJERES QUE REVOLUCIONARON EL ARTE, de Valentina Grande y Eva Rosetti.

 

El Feminist Art es mucho más que el arte hecho por mujeres o por feministas. Es un movimiento que apareció en Estados Unidos a finales de la década de los 60 y tomó impulso durante los 70, coincidiendo con una época de luchas por los derechos civiles. Se trata de un campo de investigación que pretende generar conciencia sobre el papel de la mujer en el arte, donde todo se construye a partir del punto de vista del hombre blanco occidental; desde su representación como modelo hasta las producciones hechas por mujeres. El arte feminista es un sistema de valores, un modo de vida. También un importante pilar del arte contemporáneo, por supuesto.

         Feminist Art. Mujeres que revolucionaron el arte es una novela gráfica que nos ayudará a conocer un poco más a fondo este revolucionario movimiento. De una manera sencilla y amena, sus páginas narran cuatro historias en formato cómic y en primera persona; son las propias protagonistas quienes nos cuentan sus reflexiones y sus vivencias. Se trata de figuras clave del arte feminista de las décadas de los 60, los 70 y los 80, que canalizaron sus reivindicaciones a través del arte convirtiéndolo en su herramienta de lucha. Hasta entonces la mujer no era tenida en cuenta como autora, solo como objeto y siempre era representada desde la mirada patriarcal. Cansadas de vivir a la sombra, de una historia de arte que las invisibilizaba, apelaron a su espíritu reivindicativo. En cada capítulo monográfico, las protagonistas hablan sobre su producción artística dentro de su contexto histórico y social.

         La primera de ellas es Judy Chicago, una de las pioneras del movimiento, conocida por sus grandes instalaciones sobre el nacimiento y la creación y sus famosas vulvas. La segunda artista es la afroamericana Faith Ringgold que mantenía un doble activismo: por género y por raza. Sigue Ana Mendieta, exiliada cubana y artista de performance. Mendieta murió al caer por el balcón de su piso en la planta treinta y cuatro después de una pelea con su marido. Su presencia en este libro es como artista y no como víctima (lo cual se agradece). El último capítulo lo protagonizan las Gerrilla Girls, un grupo de artistas, escritoras, directoras de cine, etc., defensoras de un feminismo interseccional. Este colectivo denuncia las injusticias perpetradas en el mundo del arte no solo hacia las mujeres sino también hacia personas racializadas, lesbianas, gais, trans y cualquier grupo social que esté oprimido por el poder patriarcal. Al final de estos cuatro capítulos hay una página titulada “Personajes” en la que aparecen hasta diecisiete artistas consideradas relevantes dentro del Feminist Art. Todas ellas buscaron nuevas maneras de reivindicarse.

         Valentina Grande, autora del guion, es una escritora y profesora italiana que dirige dos programas de radio sobre literatura en su país. Las ilustraciones corren a cargo de Eva Rossetti. Esta no es la primera colaboración de ambas puesto que ya trabajaron juntas en las biografías, también en forma de novela gráfica, de Gertrude Stein y J.D. Salinger. Este libro es una excelente manera de aproximarse al Feminist Art, una especie de primera toma de contacto (para quienes no lo conocen) que deja con ganas de más.

María Dolores García Pastor

martes, 17 de enero de 2023

Entrevista: JUAN BAUTY.

 

Queridos amigos de La Orilla de las Letras,

año nuevo, ¡por fin nueva entrevista! En esta ocasión, la que nos ha concedido el autor Juan Bauty.

Juan Bauty es un ilustrador y escritor nacido en Barcelona en 1974 y residente en Zaragoza desde 1980. Como ilustrador, ha publicado diversos libros infantiles y juveniles desde 2009. Anteriormente, trabajó en distintos y variados ámbitos dentro del mundo artístico: dibujante de cómics, diseñador gráfico y web, productor musical e incluso booker en una agencia de actores y figurantes. Como escritor, ha publicado Paranoid Kids (Amazon, 2021), Creepy Records (Amazon, 2021) y El mundo místico de madame Mym (Amazon, 2022). Su próximo proyecto será la segunda parte de Paranoids Kids, cuya publicación está prevista para 2023.

Dicho esto, ¡vamos por fin con la entrevista!:

¿Cuándo comenzaste a escribir?

De manera aficionada, desde niño; escribía cuentos que me inventaba o versiones de los que me contaba mi madre. De adolescente, motivado por una iniciativa de mi profesor de Lengua (¡un saludo, Alberto!), comencé a escribir cuentos largos (la mayoría de terror) cada semana. Reuní un buen lote. Después hubo un parón de muchos años (al dedicarme al tema del diseño gráfico e ilustración), y retomé la escritura, ya de bien adulto, en serio y con la mirada puesta en la (auto)publicación, en 2018. «Paranoid Kids» fue ese primer trabajo.

¿Qué lecturas crees que te han influenciado como escritor?

Infinidad. Todo lo que leí de niño y adolescente, principalmente. Jules Verne, Enid Blyton, R. L. Stevenson, Sebastià Sorribas, Michael Ende, René Goscinny, Peter S. Beagle, Rose Estes, Antoine de Saint-Exupéry, Edgar A. Poe, G. A. Bécquer, Bram Stoker, H. P. Lovecraft o Stephen King, por citar solo algunos de los que creo que más huella me dejaron.

¿Qué estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?

Un verano tenebroso de Dan Simmons. Llevo solo una cuarta parte (tiene casi mil páginas), pero me está pareciendo fantástico. Terror y misterio juvenil con mucha carga nostálgica; muy lo mío. 

© Juan Bauty.

¿Cómo compaginas el trabajo de ilustrador con el de escritor?

Actualmente solo realizo tareas de ilustración para mis propios libros. Suelo encargarme de mis propias portadas, así que no lo considero dos trabajos distintos sino dos caras del mismo. Quisiera reanudar la posibilidad de aceptar encargos para libros de otros autores, ya que, antes de convertirme en escritor, ya realizaba este tipo de trabajos, pero la tarea de escribir me ocupa demasiado tiempo, y la tarea de ilustrar me resulta cada vez más costosa.

Comenzaste a publicar tus historias en el 2021. ¿Propició la pandemia de covid que empezaras a crear?

No, porque Paranoid Kids es un proyecto que nació mucho antes de que viniera la pandemia. En lo que sí influyó el Covid de manera determinante fue en ponerme las pilas y dedicar todo ese tiempo de reclusión en casa en terminar el libro.

Por cierto, ¿dónde encuentras la inspiración?

Aunque los puristas lo verán mal, mi inspiración actual procede mucho más del cine que de la literatura. El cine de mi infancia y juventud me marcó tanto o más que lo que leí en aquella época.

¿Cómo definirías tu estilo?  

Nostálgico. Retro…

¿Por qué publicar en Amazon?  

Procedo del mundo editorial tradicional, y aquella resultó una experiencia agridulce, así que, cuando descubrí que existía la autopublicación en Amazon, decidí que no tenía nada que perder, y sí mucho que ganar. Fue determinante el % de regalías que deja Amazon en comparación con una editorial al uso, pero también la total libertad a la hora de crear, sin intermediarios ni comités.

© Juan Bauty.

¿De cuál de tus obras te sientes más orgulloso?

Siempre le tendré un cariño especial a Paranoid Kids, por ser mi primer libro y el que más alegrías me ha dado… pero diré que de El mundo místico de Madame Mym. Quizás por ser el último y, por lo tanto, el más pulido a nivel narrativo.

En La Orilla de las Letras no te hemos leído todavía. ¿Por cuál de tus novelas deberíamos empezar y por qué?  

Por Paranoid Kids. Por ser mi primer libro, por ser muy definitorio de mi “universo” particular, y por ser una muestra muy clara de todas mis virtudes y defectos. Si ese os convence, el resto también lo hará (¡espero!).

¿Qué esperas que los lectores encuentren en Paranoid Kids?

A los más jóvenes, espero conquistarles por los personajes de carne y hueso (inspirados, en parte, en mi propia preadolescencia), por los “sustos” y por la parte aventurera… Y a los que ya peinan canas, espero conquistarles por la carga nostálgica, por las referencias culturales “frikis” y por los valores de una época que ya no existe.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?

Actualmente estoy inmerso en la secuela de Paranoid Kids. Era algo que tenía previsto si el libro tenía el suficiente éxito (como ha resultado ser, para mi sorpresa absoluta). Espero publicarlo en otoño de este 2023. Tras ese proyecto vendrá una novelette de terror y, probablemente, la secuela de «Madame Mym».

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?

Pues… Ya que estoy, que se preste un poquito más de atención a los autores/as autopublicados/as y no solo a los mega-lanzamientos de los grandes grupos editoriales. No lo digo por mí (vaya eso por delante), pero es que hay mucho talento oculto que merece la pena ser descubierto.

Y darte las gracias por darme la oportunidad de expresarme y de darme a conocer un poquito más. Ha sido todo un placer.

Muchas gracias, Juan, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. También para nosotras ha sido un placer entrevistarte, y esperamos que todos tus proyectos lleguen siempre a buen puerto.

Y a vosotros, amigos lectores, muchas gracias por estar un día más al otro lado de la pantalla. Y ahora, ¡a leer!

Cristina Monteoliva

martes, 3 de enero de 2023

Reseña: TUTANKHAMON, HOWARD Y YO, de Tito Vivas.

 

Este año se ha cumplido un siglo del descubrimiento de la famosa tumba de Tutankhamon. Para conmemorar el centenario se han organizado numerosos eventos y se han publicado unos cuantos libros; Tutankhamon, Howard y yo es uno de ellos. En él, su autor visita los lugares entre Inglaterra y Egipto que tienen que ver tanto con la vida del arqueólogo como con el hallazgo de la tumba del faraón niño. Desde su Swaffham natal a la finca de los Amherst en Didlington Hall donde descubrió su pasión por la egiptología, siguiendo sus pasos entre uno y otro país por el castillo de Highclere, el Petrie Museum de Londres, el Griffith Institute en Gran Bretaña y Beni Hassan, Amarna, Bab el Hossan o el Valle de los Reyes en el país del Nilo.

         Tito Vivas realiza un viaje tras los pasos de Carter en el que conoce y conversa con gente variopinta que pueda explicarle cosas sobre él. En muchos casos se trata de descendientes de personas que le conocieron personalmente y que aportan tanto testimonios como opiniones personales. Ello arroja una visión del personaje que va más allá de la que ha llegado al gran público a través de la mayoría de obras publicadas hasta la fecha sobre su figura. También se ayuda de otros materiales como cartas o diarios de los protagonistas de la historia del descubrimiento de la tumba de Tutankhamon.

         Se trata de una obra híbrida entre el libro de viajes y la biografía, salpicada en toda su extensión por la egiptología. El estilo de Tito Vivas es ligero, repleto de anécdotas y algunas pinceladas del humor al que ya nos tiene acostumbrados. Al tiempo que realiza este viaje que le lleva a seguir los pasos del famoso egiptólogo, el autor establece una especie de paralelismo con él, resaltando las cosas que considera que los dos tienen en común. Por ejemplo, que ambos sufrieron la muerte de un ser querido a la edad de nueve años o la pasión por el dibujo (Carter llegó a la egiptología a partir de su gran pericia como dibujante). A lo largo de la obra Vivas se declara gran admirador del egiptólogo más famoso de todos los tiempos, al que considera uno de sus mayores referentes.

         Este recorrido por los lugares que vivió nos acerca a un Carter mucho más íntimo y algo alejado del que encontramos en la mayoría de libros que tratan sobre su figura. En cuanto a la fama que arrastraba de tener muy mal carácter, Vivas se atreve a secundar una teoría basada en numerosos indicios, que le lleva a pensar que, tal vez, Howard Carter tenía un trastorno del espectro autista (TEA). Algo que era desconocido en aquella época y que casaría con los numerosos testimonios que hacen referencia a su mal carácter o con su talante solitario, metódico, riguroso y detallista.

         El libro es, además de un homenaje a la figura del descubridor de Tutankhamon, un alegato a favor de su persona y sus logros. Tito Vivas no pierde la ocasión de reivindicar su figura y de poner de relieve la falta de reconocimiento por parte de sus compatriotas (ni homenajes, ni placas, ni estatuas que lo recuerden). Los textos están acompañados de numerosas fotografías de los lugares visitados pero también de las personas con las que el autor conversa sobre el protagonista. El periplo que nos lleva a seguir los pasos de Carter acaba, como no podía ser de otra manera, en el Cementerio de Putney Vale donde reposan sus restos desde 1939.

María Dolores García Pastor

lunes, 2 de enero de 2023

Reseña: OBRAS COMPLETAS DE EDGAR ALLAN POE.

 

Una edición de 10 sobre 10.

Si la vida de un individuo cualquiera es inasible desde un punto de vista intelectual, tanto más lo son la vida y el talento de un escritor, mezclados para producir una obra genial. Por mucho que nos aproximemos a la antología definitiva, esta siempre tiende a infinito. Por eso cada párrafo cuenta, y cada nuevo relato que leemos del autor, por insignificante que parezca, puede acercarnos a su verdad. Siempre queda espacio para una antología más de su obra. Paradójicamente, muchas de ellas se hacen con desgana, sin aportar ninguna novedad desde el punto de vista literario (tal vez añaden unas bonitas ilustraciones a la copia de un orden y una traducción anteriores, en el caso de Poe, casi siempre la de Cortázar).

DNX, en este caso, se atreve con una edición ambiciosa de las Obras completas de Edgar Allan Poe, una edición total y que, por una vez, se replantea la selección del argentino con argumentos sólidos. Se atreven a decir que la selección de Cortázar, que se presentaba a sí misma como más racional que las anteriores (en que los cuentos simplemente se coleccionaban en orden cronológico), ciertamente supone un avance en la lógica de la estructura, con cuentos organizados temáticamente, pero en cuanto a esa supuesta continuidad “tonal” de la que hablaba el famoso traductor, por la que el lector podía deslizarse complacido, sin notar interrupciones abruptas entre el estilo de uno y otro cuento, es algo subjetivo, como necesariamente debe serlo cualquier criterio estético.

Esto puede parecer obvio, pero no se ha dicho nunca de manera explícita en una edición moderna de la obra del norteamericano, debido a esa costumbre española de sacralizar a las autoridades intelectuales. Así, es refrescante encontrarse con un traductor y unos editores que ponen de manifiesto esta incoherencia humana y normal con toda naturalidad y proponen otro orden. Apuestan un poco menos por la solidez y un poco más por la globalidad, incluyendo cuentos de menor calidad, en los que la pluma del célebre autor puede notarse temblar un poco, mostrándolo no como un santo del opio ni un campeón olímpico del cerebro, sino como un ser humano que escribe  y que a veces rebota tristemente entre esas dos fantasías extremas, como cualquier otro.  

Estas decisiones editoriales traen consigo otras más pequeñas, pero importantes, como la inclusión de relatos de la misma temática y con la misma intención autoral, independientemente de si son piezas más pulidas, mejor conseguidas, según la opinión de la crítica en general. Por ejemplo, el relato Eleonora, a menudo excluido, se une al célebre trío Ligeia, Berenice, Morella, que ahora es un cuarteto. Según el mismo criterio, se unen todas sus historias de investigación; las más conocidas como La carta robada, Los crímenes de la Calle Morgue o El escarabajo de oro junto a El misterio de Marie Roget o ¡Tú eres el hombre!

El caso de El misterio de Marie Roget merece una mención especial, porque este cambio respecto a antologías anteriores supone, según mi opinión, un doble acierto. En primer lugar, permite que los relatos hermanados por el misterio y la investigación permanezcan juntos, cosa a la que no se concedía ninguna importancia ni en la época de Poe ni en la de Cortázar, pero que hoy día orienta muy bien al lector, acostumbrado a identificar rápidamente y como algo distinto las características del negro y el policiaco, respecto de otros géneros.

En segundo lugar y más importante, pone en un lugar relevante de la antología un cuento de trama y ejecución impresionantes, que pertenece a un ámbito muy familiar para el lector y el espectador actual: el true crime. Marie Roget es en realidad Mary Rogers, una joven de origen irlandés que desapareció en Massachusetts en la época en la que Poe era periodista, y cuyo caso nunca se resolvió. Como en tantas otras cosas, Poe fue pionero en utilizar la ficción para dar un final catártico a una historia qué habría de quedar en una desgarradora oscuridad en su versión real, pero que al menos, qué menos, alguien resolvió en un cuento. Ni las colecciones de cuentos de la época de Poe, ni la prestigiosa traducción de Cortázar, otorgan a este relato el lugar privilegiado que merecía, al comienzo del primer volumen. Por fin se ha hecho.

Me gustaría apuntar un detalle en cuanto a la traducción, y es que también se han tomado decisiones bastante osadas en favor de la intención original de Poe, como en el título de esa confesión criminal en primera persona que normalmente encontramos como El demonio de la perversidad, y que aquí se ha titulado El diablillo de la maldad, que es peor título, pero más parecido al que puso Poe: The Imp of the Perverse.

Estas decisiones anteriores en la traducción de los títulos, se deben a prejuicios que se han venido arrastrando desde los primeros traductores y difusores de Poe en el siglo XX, como H. P. Lovecraft. Una de las tesis que Lovecraft quería defender en El horror en la literatura, es que Poe recogía el testigo del terror de procedencia anglosajona y nórdica, en oposición a lo sobrenatural en la cultura latina, que decía estar recorrido por un sentido del humor, o de la ironía, que lo hacía menos impactante y, por tanto, menos eficaz. La realidad es que toda la literatura europea procede de tres grandes fuentes culturales: Grecia, Persia y los pueblos celtas, y que Poe recoge en su obra la tradición latina de la especulación filosófica y el humor racional, usando como vehículo lo sobrenatural o lo impresionante, tanto o más que pudiera hacerlo Petronio u Ovidio aunque, tal vez, no en los cuentos que más le gustaban a Lovecraft, pero eso tiene que ver con las preferencias del autor y no con un criterio filológico, como quiere hacernos creer.

De hecho, en el segundo volumen de estas Obras completas de Poe, se encontramos numerosos ejemplos de esta intención especulativa, satírica, irónica y científica: cuentos menos conocidos en general, donde se sigue el mismo criterio de ordenación. Por ejemplo, van de la mano aquellos en los que se especula sobre la hipnosis: El caso del Señor Valdemar, junto con otro mucho menos popular, Revelación mesmérica.  

Mi gran descubrimiento en este segundo volumen ha sido Cosas que están por suceder, protagonizado por una piloto de 2848 que, en tono aventurero, como un Heródoto del futuro, viaja, explora y se hace preguntas muy interesantes sobre casi todo. Un ejemplo del feminismo, la rabiosa apertura mental de Poe para su tiempo y espacio, y su amor por la cultura clásica latina, cosas que Lovecraft y otros recopiladores y editores de su momento, no apreciaron ni recogieron, pero que ahora DNX y nosotros, como lectores del futuro, estamos preparados para disfrutar.

Rebeca Tabales