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viernes, 31 de enero de 2020

Reseña: HIERBA DE BRUJAS, de Toti Martínez de Lezea.


Título: Hierba de brujas
Autora: Toti Martínez de Lezea
Publica: Erein
Páginas: 312
Precio: 20 €

Los libros de ensayo están llenos de datos que, una vez conocidos, nos despejan grandes dudas sobre el pasado o directamente hace que ciertas creencias, adquiridas culturalmente, se desvanezcan por completo. También las novelas históricas pueden tener este fin. Por ejemplo, la novela Hierba de brujas, de Toti Martínez de Lezea nos enseña, entre otras cosas interesantes, que la Inquisición española no estuvo tan interesada en las brujas en España como los jueces civiles. Jueces como el coprotagonista de esta historia. Si quieres saber algo más de este libro antes de decidirte por su lectura, no tienes más que seguir leyendo este artículo.
Loredi es una chica marcada desde su nacimiento. Al ser la séptima hija de una familia humilde, las gentes supersticiosas dicen que es bruja. Solo su padre, obligado a marchar con ella al monte para cuidar del rebaño, cree que su hija es una niña como todas las demás. La mala suerte les perseguirá siempre y así, unos años más tarde, Loredi será acusada de ser la responsable de unos hechos increíbles por el juez político, consejero real y oidor de la Audiencia de Navarra, Pedro de Balanza. Loredi conseguirá huir, pero no se verá libre durante mucho tiempo: el licenciado Avellaneda, un hombre obsesionado con las brujas, irá tras ella para darle caza cueste lo que cueste.
Esta es la historia de dos personajes de fuerte personalidad: Bernabé de Urruztia, más tarde Bernabé Avellaneda, y Loredi. Bernabé, el primero que conoceremos en esta historia, sería un niño de familia acomodada rechazado por un padre que no pudo soportar la muerte de su amada esposa. Tras recibir una buena educación en Iratxe por parte de los monjes, el joven decidiría dar un vuelco a su camino para intentar una carrera en el mundo civil. Para ello, cambiaría su apellido por el de Avellaneda y buscaría tutela y consejo entre grandes personalidades. Su carrera se truncaría por su obcecación enfermiza por el mundo de las brujas.
Loredi, por su parte, curiosamente también huérfana de madre desde su nacimiento, es la séptima hija de una familia humilde. Si bien su nacimiento es tomado como una maldición en su entorno familiar, su padre decide hacerse cargo de ella llevándola con él al monte, donde, más adelante, ambos encontrarán una nueva y entrañable familia. Si bien Loredi tiene contacto con el fascinante mundo de la medicina natural, no es ninguna bruja malvada. Sin embargo, será perseguida por ello, teniendo que buscar la manera de sobrevivir.
La caza de brujas llegó a Navarra a comienzos del siglo XVI, causando estragos en los pueblos y aldeas de los valles de Erronkari, Zaraitzu, Aezkoa y Erro. Allá donde iban, los jueces civiles encontraban culpables de brujería. Más de cien personas acabarían así en la horca y la hoguera. Los que tuvieron más suerte, acabarían en el exilio o en la cárcel. Hierba de brujas es una novela histórica que nos habla de un personaje real de este contexto histórico (como prueba de ello, la autora ofrece una carta escriba por él en su época), Bernabé de Urruztia, y de su obsesión por la cacería de supuestas brujas. Se trata pues esta de una novela apasionante que nos descubre cómo fue la cacería de brujas en España y una historia que invita a reflexionar sobre la maldad, la obsesión y, por qué no decirlo, la locura. Y tú, ¿a qué esperas para conocer esta interesante novela?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.

Reseña: TOMOE GOZEN Y OTROS RELATOS DE MUJERES SAMURÁI, deRyū Tōgō


Título: Tomoe Gozen y otros relatos de mujeres samuráis
Autor: Ryū Tōgō
Traducción: Ana Reyes Serrano y Paloma González Rosales
Publica: Quaterni
Páginas: 216
Precio: 19,95 €

Aunque la historia ha sido escrita casi siempre por hombres, presentándonos casi siempre las hazañas de los varones en detrimento de las de las damas, al escavar bien en el pasado nos encontramos con que, si bien las mujeres guerreras, las grandes luchadoras, no eran numerosas en los ejércitos, sí que eran valerosas y destacables en la mayoría de los casos. Mujeres como las que conoceremos en Tomoe Gozen y otros relatos de mujeres samuráis, el libro de Ryū Tōgō del que hablaremos a continuación.
Tomoe Gozen y otros relatos de mujeres samuráis es un libro compuesto por seis relatos de corte histórico y épico: La espada Kurokami, La corona celestial, Mejillas carmesíes, La belleza del castillo Oshi, Cejas azules y La cruenta batalla de Tsuru.
Las seis historias se encuadran en la era Sengoku de Japón, un largo período de guerra civil que comenzaría a finales del período Muromachi, en 1467 con la guerra de Ōnin para prolongarse hasta 1615, ya en el período Edo.
Tomoe Gozen, la guerrera que da título a este libro, es considerada la luchadora más importante de Japón. A ella se le han dedicado numerosas obras, tanto documentales como de ficción. Pero volvamos a esta que hoy nos ocupa y hablemos del libro en conjunto.
Cada relato se nos presenta con una primera página, de numeración par, en la que se nos presenta y describen brevemente los principales personajes de la historia, algo que resultará muy de agradecer cuando nos adentremos en la lectura del relato en sí. En una segunda, de numeración impar, conoceremos no solo el resumen del episodio histórico real, sino también el contexto en el que la mujer guerrera en cuestión se encuentra en el momento de la acción narrada.
Si bien los seis relatos nos presentan seis hazañas bien diferenciadas, podemos valorar ciertas similitudes entre las narraciones y sus protagonistas. Así, nos encontramos que nuestras guerreras suelen ser damas de alta cuna que, por culpa del ataque enemigo, la traición de una familia hasta entonces afín, etc, han de defender férreamente el castillo de su marido, generalmente, o de su padre. El marido o el padre suelen haber muerto antes o durante la batalla, y la historia suele ser narrada por un testigo de lo ocurrido, también generalmente, mucho tiempo después de la épica batalla. Aunque la valerosa dama convertida en guerrera (tuviera esta conocimientos previos en el uso de las armas o no) es el objeto de la narración, al leer estas historias podemos tener la sensación de que se nos presenta como alguien lejano, casi como una secundaria de su propia aventura: un verdadero mito, al fin y al cabo.
Como excepción al prototipo de señora del castillo, nos encontramos a la guerrera de La cruenta batalla de Tsuru, una mujer pirata que lideró con maestría a sus subordinados.
Tomoe Gozen y otros relatos de mujeres samurái, en definitiva, es una magnífica y compleja obra de ficción de corte histórico y épico con la que conocer un convulso período de Japón y las hazañas de seis valerosas mujeres que arriesgaron su vida por defender aquello en lo que creían. Un libro con que descubrir que también hubo mujeres samuráis, que la necesidad los hizo guerrera y que sus historias pueden enriquecernos tantos años después de sus muertes. Y tú, ¿te atreverás a conocerlas?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.

domingo, 26 de enero de 2020

Reseña: SNAP, de Belinda Bauer.


Título: Snap
Autora: Belinda Bauer
Traducción: Laura Vidal Sanz
Publica: AdN Alianza de Novelas
Páginas: 400
Precio: 18 € / 9,99 € (ePub)

La vida de cualquiera de nosotros puede cambiar en un solo instante por culpa de hechos tan inesperados como terribles. Sucesos que podrían, por ejemplo, dejar a unos hermanos pequeños solos y al mayor de ellos al cargo de toda la familia. ¿Qué harías tú si fueras ese niño? ¿No serías capaz de cualquier cosa por sostener al resto? Pero, ¿y si no pudieras seguir adelante mientras recuerdas aquel hecho terrible que lo cambió todo en un solo segundo? Un hecho que podría depender de una persona ajena al núcleo familiar o… Está bien, todo esto es un embrollo. Uno que resolverás tras la lectura de Snap, la novela Finalista del Premio Man Booker 2018 de Belinda Bauer de la que a continuación hablaremos.
El 20 de agosto de 1998 es una fecha que Jack y sus hermanas jamás podrán olvidar. Ese día salieron con su madre a comprar ropa para el colegio en coche. Tras sufrir el vehículo una avería, su madre les dejaría solos mientras iba a buscar ayuda. Nunca volvería a por ellos. Es por eso que tres años después el mayor de los hermanos se ve haciendo todo lo posible por alimentar a sus hermanas, dos chicas dispares que viven rodeadas de los periódicos en los que se habla del terrible crimen que alguien cometió y que les arrebató a su madre para siempre.
En otra parte de la ciudad, Catherine While, embarazada y casada con un misterioso hombre, recibe un desagradable mensaje unido a una navaja. ¿Estará relacionada con el ladrón que llaman Ricitos de Oro? ¿Y por qué la amenazaría este con matarla, tal y como parece indicar la nota?
Esta es la historia de Jack y sus hermanas, la inestable Joy y la superdotada Merry, tres chicos que se ven obligados a vivir solos tras la muerte de su madre y el inexplicable abandono posterior por parte de su padre. Jack, el mayor, se ve obligado a convertirse en delincuente para llevar el sustento a las chicas. Será mientras se cuela en una vivienda cuando descubra una importante pista que le llevará hasta el asesino de su madre. ¿O serán solo imaginaciones suyas?
Por otro lado, tenemos a Catherine, una mujer embarazada que ve cómo su tranquilidad se esfuma la noche que alguien entra en su casa. ¿Se trata de un ladrón? Pero, si lo es, ¿por qué no se ha llevado nada? ¿Y por qué deja una nota amenazante junto a una navaja que Catherine no ha visto nunca?
Mientras tanto, los agentes de policía (que tantos momentos divertidos e interesantes nos darán a los lectores a lo largo de toda esta apasionante e impactante historia) buscan a Ricitos de Oro, un ladrón que se cuela en las casas y, como la niña del cuento, disfruta del mobiliario ajeno sin que nadie le atrape. ¿Conseguirán los agentes capturarle a tiempo de que algo terrible suceda?
Snap, en definitiva, es una original novela negra en la que conoceremos a unos niños desesperados que han de apañárselas una vez que sus padres han desaparecido, con el agravante de las ansias de venganza del mayor de todos ellos. Una emocionante historia donde el tiempo corre en contra de los chicos y la policía y en al que cualquier cosa podría pasar. Y tú, ¿te atreves a adentrarte en este libro para descubrir qué pasó de verdad con la madre de los chicos?
Cristina Monteoliva

 
© Cristina Monteoliva.



Reseña: 17 + 85 ESPAÑOLES ¡GENIALES! 102 PERSONAS EXTRAORDINARIAS QUE ALCANZARON SUS SUEÑOS, de Varios Autores.


Título: 17 + 85 españoles ¡geniales! 102 personas extraordinarias que alcanzaron sus sueños.
Idea original y dirección: José María Moya
Autores de los textos: Chiki Fabregat, Javier Fonseca y José María Moya
Ilustradores: Xiana Teomoy, Pedro Rodas, Pedro Vila, Emo Díaz, Isabel M., Nuria Ortega, Eliezer D. Castillo, Marta Toribio y Stephy Coffey
Publica: Proyecto 1785 España es más
Páginas: 224
Precio: 19,90 €

Todos tenemos sueños que, en algún momento de nuestras vidas, nos han parecido inalcanzables. Sueños que una vez materializados, nos podrían animar a luchar por otros. Es importante aprender que con trabajo duro, constancia y paciencia, casi todo en este mundo se puede lograr. Es más importante aún que lo sepan los más jóvenes de cada casa, para que no se desanimen en su camino y lleguen a conseguir todo lo que se propongan. ¿Y qué mejor para que lo hagan que conociendo las historias de grandes personajes españoles? Esta es la propuesta que encontramos en 17 + 85 españoles ¡geniales! 102 personas extraordinarias que alcanzaron sus sueños, el libro que a continuación comentamos.
Cuenta José María Moya, el autor de la idea original y director de este proyecto, que cuando él era niño gustaba de conocer las vidas de los grandes personajes, sus logros y sus aventuras. En aquel entonces, sin embargo, era complicado encontrar libros infantiles con esta temática. Ha sido ya de adulto cuando José María Moya ha puesto en marcha este proyecto para inspirar a los más pequeños a luchar por sus sueños gracias a las experiencias de 51 mujeres y 51 hombres de nuestro país.
La lista completa de personajes históricos que encontraréis en este volumen la detallamos a continuación: Margarita Salas, Leonardo Torres Quevedo, María Pita, Juan Sebastián Elcano, Clara Campoamor,  Rafa Nadal, Rosalía, Félix Rodríguez de la Fuente, Inma Shara, Alejandro Sanz, Carmen de Burgos, Santiago Ramón y Cajal, Teresa Perales, Miguel de Cervantes, Carme Pigem, Pablo Picasso, Sara Baras, Antoni Gaudí, Ángela Ruiz Robles, José Ortega y Gasset, Isabel la Católica, Mac Márquez, Beatriz Galindo, Blas de Lezo, María Moliner, Amancio Ortega, Ainhoa Arteta, Antonio de Nebrija, Elena García Armada, Isaac Peral, Edurne Pasabán, Pedro Almodóvar, Isabel Barreto de Castro, Miguel Servet, María Guerrero, Severo Ochoa, Isabel Zendal, Diego Velázquez, Luisa Roldán “La Roldana”, Pau Gasol, Gloria Fuertes, Carlos I, Isabel Coixet, Eduardo Chillida, Carolina Marín, Paco de Lucía, Ana Francisca de Borja y Doria, Ferran Adriá, María Blanchard, Manuel Jalón, Rosalía de Castro, Víctor Ullate, Carme Ruscalleda, Miguel Vicente, Miriam Reyes Oliva, Federico García Lorca, María del Carmen Ortiz de Arce, Emilio Herrera, Tamara Rojo, Andrés Iniesta, Margarita Xirgu, Francisco de Goya, Begoña Vila, José Andrés, María Luz Morales, Alfonso X, Ona Carbonell, Ataúlfo Argenta, Sor Juana Inés de la Cruz, Salvador Dalí, Egeria, Juan de la Cierva, Maruja Mallo, Pablo Gargallo, Carmen Balcells, Manuel de Falla, Penélope Cruz, Julio Iglesias, En, Antonio Banderas, Cecilia Böhl de Faber, Miguel Induráin, Blanca Li, Francisco Ibáñez, Catalina de Erauso, Chema Madoz, Celia Sánchez-Ramos, Luis Buñuel, Patricia Ortega, Juan Ramón Jiménez, Montserrat Caballé, Antonio López, María Zambrano, Cristóbal Balenciaga, Gisela Pulido, Manolo Blahnik, Ana María Matute, Severiano Ballesteros, Cristina García Rodero, Pedro Duque, Carmen Mir, Enric Bernal.
Para cada personaje se reservan dos páginas. Tras indicar en la primera de ellas (de numeración par) la época en la que el hombre o mujer a destacar vivió y un titular que pueda servirle de lema, se le da voz a esta o este para hablar de su vida y logros en un tono que sintonizará con los lectores de todas las edades. La página termina con un resumen de los logros más destacados del cantante, actor o actriz, deportista, científico o científica, monarca, escritor o escritora, etc. (Las ocupaciones de nuestros insignes personajes son de lo más diverso).
En la segunda, de numeración impar, vemos una alegre ilustración del personaje a color con una cita del mismo, lo que hace que el mensaje positivo y motivacional que cada una de estas pequeñas biografías pretende transmitir quede bien fijado en la memoria del lector, sea este un niño o una persona adulta.
En afán por acercar aún más la idea de luchar por conseguir las metas de cada uno, este libro también invita a sus futuros dueños a poner una foto suya al comienzo y escribir sus sueños al final.
17 + 85 españoles ¡geniales! 102 personas extraordinarias que alcanzaron sus sueños, en definitiva, es un buen libro que cuenta, de manera clara, sencilla y didáctica, los logros de 51 mujeres y 51 hombres que gracias a su fortaleza y su tesón consiguieron o consiguen todavía (algunos de estos personajes son personas que aún están vivas y resultan muy influyentes) alcanzar sus metas. Un volumen con el que descubrir a mujeres y hombres valientes de todos los tiempos, sus importantes descubrimientos, talentos y demás, y todo lo que nos pueden enseñar para el presente y el futuro. Una muy interesante obra que estoy segura que será de gran utilidad tanto a jóvenes como adultos. Y tú, ¿a qué esperas para conocerla?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.

sábado, 18 de enero de 2020

Reseña: HIJAS DEL NORTE, de Sarah Hall.


Título: Hijas del Norte
Autora: Sarah Hall
Traducción: Catalina Martínez Muñoz
Publica: Alianza Editorial
Páginas: 280
Precio: 18 € / 11,99 € (ePub)

¿Es el cambio climático un fenómeno imparable? ¿Va a producirse de forma gradual o, por el contrario, nos despertaremos un día encontrándonos con un cúmulo de desastres naturales tan estrepitosos que hagan que tengamos que replantearnos nuestra forma de vivir? ¿Y si en ese hipotético caso los gobiernos decidieran controlar a los ciudadanos, como si de prisioneros del sistema se trataran? Seguro que entonces tú, que lees esto, querrías escapar a un lugar que consideraras seguro, como hace Hermana, la narradora y protagonista de la exitosa novela de Sarah Hall Hijas del Norte: precisamente la obra que revisaremos en este artículo.
Tras el colapso que sobreviene tras las inundaciones en el país, la crisis energética y las guerras, el gobierno de Inglaterra decide, en un hipotético futuro, realizar una reorganización total, de manera que la población quedaría confinada en las ciudades y se llevaría a cabo un control estricto de la natalidad. Cansada de ser sometida a tan estricto dominio, la mujer a la que conoceremos como Hermana decide salir de su ciudad, Rith, dejando allí a un marido con el que hace tiempo que no se entiende, para ingresar de forma voluntaria en la granja de Carhullan, un lugar en el que las mujeres viven bajo las órdenes de Jackie Nixon, una de las fundadoras. Si bien la vida en la granja no es tan idílica como podríamos pensar en un principio, pronto Hermana se adapta a la rutina de estricto entrenamiento, poca higiene y menos intimidad, totalmente convencida de las ideas de Jacky. La cuestión es: ¿hasta dónde la hará llegar la fundadora del complejo?
Hermana, la narradora y protagonista de esta novela distópica y revolucionaria, es una mujer descontenta con la vida que la Autoridad, el gobierno de Inglaterra tras el colapso que hizo que todo en el país cambiara, la obliga a vivir. Es precisamente tras verse obligada a llevar un dispositivo de contracepción (no está permitido tener hijos) cuando Hermana comienza a prepararse para su huida hacia el norte. Allí no solo encontrará la granja de mujeres soñadas, sino un estilo de vida con el que se sentirá totalmente plena.
Hermana siente especial fascinación por las fundadoras de la granja de Carhullan, aunque al llegar solo se encuentra con una de ellas: Jackie Nixon. Jackie es una mujer fuerte que sabe que la armonía que ha creado en su granja puede romperse por culpa de la intromisión de la Autoridad, especialmente tras la muerte del rey. Es por ello que ha de preparar a sus mujeres para cualquier cosa y no tener piedad con las que decidan abandonar el clan.
Como otras interesantes novelas distópicas que ponen el foco en lo que le podría pasar a las mujeres en un futuro convulso, Hijas del Norte nos habla de la opresión que sentirían en un hipotético futuro los ciudadanos, especialmente las mujeres, de la falta de libertad en general y la rebelión por parte de las féminas, lo que no quita que esta sea una excelente novela original e impactante que dará que pensar sobre qué podemos esperar del futuro, de cómo podrían llegar los gobiernos a controlar a los individuos y de lo a tiempo que estamos todavía de cambiar tantos aspectos de nuestras sociedades. Dicho esto: ¿a qué esperas para emprender el viaje con Hermana hacia la granja de Carhullan y descubrir todo lo que te espera allí?
Cristina Monteoliva

© Alianza Editorial.




viernes, 10 de enero de 2020

Entrevista: JESÚS ARTACHO (III)


Queridos amigos de La Orilla de las Letras,

seguimos con las entrevistas de enero de 2020, esta vez con la que nos ha concedido Jesús Artacho en relación fundamentalmente a su último libro publicado, Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016), el cual podéis ver reseñado en el enlace:
         Nacido en 1986 en Cuevas Bajas y Licenciado en Filología Hispánica, Artacho compagina actualmente sus labores como bibliotecario con las de escritor. Ha publicado el libro de relatos El rayo que nos parta (2013) (en relación al cual le dedicamos una extensa entrevista, que publicamos en dos partes, y reseña el libro aquel mismo año en este blog) y el poemario Aproximación a la herida (Baile del Sol, 2016). Sus textos han sido galardonados en premios como el Nacional Villa de Periana, Málaga Crea, Albacete Joven…
         Podríamos dar más datos, pero queremos que veáis ya sus respuestas, así que, ¡a leer!:

Comenzaste a escribir Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016) mientras esperabas a que volvieran las musas. ¿No crees que lo que las musas querían era precisamente que escribieras este libro?
Ni idea de qué querían las musas. Ni siquiera de si me prestan algún tipo de atención. Ya se sabe: muchos son los llamados, y pocos los elegidos.

Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016)  es un dietario, un diario, un di(et)ario, en tus propias palabras cuya escritura te ha llevado varios años. ¿Pensaste desde el principio en que acabarías publicándolo?
Año y medio, concretamente. Al principio ni siquiera sabía si se acabaría convirtiendo en un libro o si el proyecto quedaría abortado, así que la publicación no era un horizonte seguro en un primer momento, si bien  siempre escribí con un hipotético lector en mente. 

La escritura autobiográfica tiene algo de catártico, de sanadora del alma. ¿Podría decirse que escribir este libro te ha servido de apoyo o terapia?
Me ha servido en ocasiones para asimilar un poco mejor lo vivido, para ayudarme a pensar con más claridad según ponía ciertas cosas por escrito.

¿Le darías algún consejo a alguien que te preguntara por cómo comenzar a escribir un libro de estas características?
Preferiría no hacerlo, que diría Bartleby.


© José Luis de la Torre.

¿Has pensado alguna vez en patentar el término lighteratura, mencionado en Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016)? Por cierto, ¿qué es para ti la lighteratura o literatura ligera?
La lighteratura puede estar muy bien o puede ser un horror, depende de lo que busquemos como lectores, o de lo que nos apetezca leer en cada momento, pero reconozco que se trata de un término más bien despectivo para designar a libros bastante mejorables. Como no deja de ser algo -en el fondo- subjetivo, podría darse el caso de que alguien encuadre en la sección de lighteratura a mi propio libro, y que el término se vuelva contra mí.

¿Por qué casi todos los personajes mencionados se llaman X?
Una forma como otra cualquiera de no mencionar a algunas personas por su nombre, pues a menudo la anécdota tiene sentido independientemente de quién la protagonice. Como en el dicho popular de “se dice el pecado, pero no el pecador”. Para las incógnitas tiro de X, Y, Z… En esto sigo un poco a Andrés Trapiello, cuyos diarios me entusiasman.

¿No crees que debería promocionarse más la zanahoria morada de Cuevas Bajas para que la gente visite más el pueblo? ¿Qué tal escribir un relato sobre ella?
No creo que se promocione poco, la verdad. Con el tubérculo se han elaborado una plétora de productos: mermeladas, vinagre, cerveza, ¡y hasta ginebra! Aunque nunca está de más seguir publicitando esta hortaliza, que se asocia, entre otros municipios, a Cuevas Bajas. En cuanto a la escritura de un relato, tal vez a ti te asista más la imaginación. Por mi parte, poco puedo aportar al asunto.

¿Y qué tal también lo de promocionar las lecturas poéticas veraniegas en la huerta? ¿No crees que podría tener sus adeptos entre los foráneos?
Esas lecturas poéticas, en la huerta de un paisano, se celebran a nivel privado, y tal vez sea el gusto del anfitrión que se sucedan tal cual. Igual si se convirtieran en algo multitudinario perderían su esencia y parte de su encanto, ¿no crees?

¿Qué ha sido lo que más te ha costado escribir de este libro?
No sabría decir. A fuerza de trabajo, todo acaba aflorando sobre el papel en blanco.


© José Luis de la Torre.

¿Y cuál ha sido el sitio más raro en el que te has parado para escribir una anotación en el cuaderno en el que escribías las entradas originariamente?
Quisiera matizar que algunas entradas del diario nacían en el cuaderno y luego se alargaban o modificaban en el ordenador, pero que otras emergían directamente en el medio informático sin siquiera pasar por la fase manuscrita. Y en cuanto al sitio más raro, lamento ser un poco soso, porque no recuerdo ningún emplazamiento demasiado especial.

De camino a la imprenta o una vez publicado ya el libro, ¿te has arrepentido de algo de lo dicho?
Hasta la fecha no, aunque entiendo que no todo lo que digo va a ser del gusto de todos.

Y si pudieras volver la vista atrás, ¿añadirías alguna entrada más a este volumen?
No.

Te has atrevido con un libro de relatos, uno de poemas y ahora con un dietario. ¿Crees que en algún momento pensarás en escribir una novela?
Ahora mismo no tengo la más mínima intención, pero ignoro si en algún momento me lo plantearé.

¿Qué esperas que encuentren los lectores en Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016)?
No sé. Un poco de humanidad, tal vez.

¿Para cuándo la publicación del volumen que continúa a Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016), pues me consta que existe?
Me parece un poco prematuro aventurar una fecha. Me temo que tendrán que pasar algunos años todavía para que llegue ese momento.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Tengo acordada con una editorial la publicación de un nuevo poemario, que si todo va bien verá la luz en 2020.

Antes de finalizar esta entrevista, ¿hay algo que te gustaría añadir?
Agradecería la atención prestada, si alguien se digna a dedicarle tiempo a  esta entrevista, o incluso a leerse el libro. Y ya puestos, como estamos a 31 de diciembre, le desearía un feliz año nuevo a toda la gente de bien.

Pues muchas gracias, Jesús, por tu tiempo, tus palabras, tus fotos y tu felicitación de año nuevo. Esperemos que muchos lectores se interesen por Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016) y pronto podamos leer el segundo volumen. Asimismo, espero que tu poemario sea también un éxito y que el año 2020 esté lleno de musas.
Y a vosotros, amigos lectores, gracias una vez más por estar al otro lado de la pantalla.
Cristina Monteoliva

Reseña: RASGAR ALGO DE VIDA. DIARIOS (2014-2016), de Jesús Artacho.


Título: Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016)
Autor: Jesús Artacho
Publica: Fuente Clara Ediciones
Páginas: 209
Precio: 10 €

Existen muchas formas de abordar la escritura autobiográfica, tal y como estamos aprendiendo (al menos yo sí) con el auge, en los últimos años, de este tipo de narraciones. Hoy vamos a hablar de una muy particular: la del di(et)ario, un original híbrido entre diario y dietario, de Jesús Artacho titulado Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016).
Imaginemos a un joven escritor al que las musas han abandonado después de escribir un buen número de poemas y relatos. Ahora pensemos en nuestro autor cogiendo un cuaderno y comenzando a escribir sobre su vida, todo lo que le pasa en su interior y cuando se relaciona con los demás en casa o por las calles de su pueblo. Pasa el tiempo y nuestro hombre piensa que las musas siguen sin llegar. Sin embargo, en mi opinión, las musas lo que querían era precisamente que, durante algún tiempo, se dedicara a hablar de películas, libros, citas de autores, personajes de su pueblo, pensamientos íntimos, ocurrencias graciosas, etc. Que narrara sobre él mismo, en definitiva, ya no solo para darse a conocer una vez que publicara este libro, sino también para llegar a conocerse él mejor a sí mismo y, en cierta medida, encontrar la paz en medio de la tempestad que a veces puede ser su propia mente.
Como el propio título ya indica, Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016) nos habla de tres años en la vida de Jesús Artacho, autor premiado en numerosos concursos literarios que anteriormente había publicado la antología de relato El rayo que nos parta y el poemario Aproximación a la herida. Los éxitos en los concursos no se le han subido a la cabeza a Artacho, como podemos fácilmente comprobar a lo largo de estas páginas donde no hay anotaciones de fechas por días más allá de los años en los que se encuadran las distintas entradas. Muy al contrario, nuestro autor sabe que todo puede ser muy relativo en el mundo literario, y él muchas veces no se siente con todas consigo. Sea como sea, con musas o sin ellas, Artacho escribe porque no sabe hacer otra cosa: sobre las películas que va a ver al cine y los curiosos individuos que en la sala encuentra, las veladas poéticas veraniegas en una huerta de su pueblo (Cuevas del Campo), las anécdotas que le cuentan sus padres, su relación con su hermana, los personajes pintorescos del pueblo, sus vivencias como bibliotecario, todo aquello que en el pasado le ha producido cierto hastío, sus anhelos, sus esperanzas, reflexiones más hilarantes…
Artacho nos ofrece citas de sus autores favoritos que se entremezclan con sus propios haikus y aforismos. Nos habla en un momento de cuestiones de lo más intelectuales para enseguida relatarnos un hecho cotidiano acontecido en su día a día, siempre dotándolo de una luz que hará que a todos nos parezca algo extraordinario. Se pierde en sus pensamientos, a veces lleno de desasosiego e incertidumbre, para salir de ellos con renovadas esperanzas. En definitiva, Artacho vive y nos hace compartir sus vivencias de una forma inteligente, amena y, muchas veces divertida.
Como suele pasar a menudo, Rasgar algo de vida. Diarios (2014-2016) es un proyecto que comenzó como una distracción para convertirse rápidamente en un interesante volumen tan humilde y cercano como lleno de verdad y buenas letras. Un libro con el que el lector se entretendrá, reflexionará y conocerá, como decía al principio, a su autor, un escritor de talento que no se rinde, le acompañen o no las musas en su camino.
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.

martes, 7 de enero de 2020

Entrevista: VÍCTOR AMELA.


Queridos amigos de La Orilla de las Letras:

la primera entrevista que publicamos en este 2020 es la que hemos tenido el placer de hacerle a Víctor Amela para hablar, entre otros muchos temas, de su última novela publicada, Yo pude salvar a Lorca, cuya reseña podéis encontrar en:
Victor Amela, decano de la crítica televisiva en la prensa, es el cocreador de la sección La contra en el diario La Vanguardia, además de colaborador del programa de televisión Aruseros de La Sexta. Como escritor, ha publicado, siempre en Ediciones Destino, El cátaro imperfecto, Amor contra Roma, La hija del capitán Groc y Yo pude salvar a Lorca.
Dicho esto, os dejo ya con las interesantes respuestas del autor. ¡A LEER!:

¿Qué fue antes: la vocación periodística o la de ser escritor?
Van juntas. Me gustaba leer. Y me atrajo un oficio que integra la lectura y la escritura para narrar historias, y la curiosidad y el descubrimiento. Esta inclinación (y la fantasía de ser Tintin) me condujo al periodismo, ya que lo de ser escritor me parecía demasiado inalcanzable, por el respeto que sentía por los grandes escritores de todos los tiempos.

En la ficha biográfica de Víctor Amela de Ediciones Destino, imagino que escrita en 2018, año en el que se publicó Yo pude salvar a Lorca, tu última novela publicada, dice que entonces llevabas más de dos mil cien entrevistas publicadas. Se me ocurren muchas preguntas al respecto, pero como vamos a centrarnos en tu faceta como escritor, solo haré una: ¿qué te preguntarías a ti mismo si fueras tu propio entrevistado?
Publiqué mi última novela (después de otras tres), Yo pude salvar a Lorca, el 1 de diciembre de 2018: lleva más de un año viva en librerías, ¡y eso me enorgullece! Mi trabajo como periodista consiste en entrevistar, y ahora llevo unas 2.200 entrevistas publicadas en la contraportada del diario “La Vanguardia”. Me preguntaría algo que siempre pregunto a mis entrevistados: “¿Qué estampa de tu niñez te viene a la memoria?” Y respondería: “estoy sentado en un silloncito de casa de mis padres con una pila de tebeos pegada al cuerpo, leo y soy feliz”.


© Víctor Amela. Juan Bonilla y su nieto Víctor Amela.

Como escritor, ¿siempre supiste que lo que más te interesaba era la novela histórica?
Teniendo a mano la realidad y sus historias no necesito inventar demasiado. La realidad me resulta sobradamente cautivadora: me fascinan sucesos del pasado, con sus zonas de penumbra. Bien contada, cualquier historia pretérita se convierte en una buena novela. El pasado siempre me ha atraído, y hay historias que piden ser contadas, bien contadas, con todos los resortes y recursos narrativos de la novela, para mí insuperables.

¿Sobre qué tema de la historia no escribirías nunca?
Escribiría sobre cualquier asunto, personaje, periodo, lugar, suceso... pero únicamente si me atrapa profundamente por algo. Si no, no. He novelado las peripecias de un grupo de fugitivos de la herejía cátara en la Edad Media en Morella, he novelado la Roma en la que se enfrentaron el emperador Augusto y el poeta Ovidio, he novelado la lucha de un guerrillero carlista levantino de 1840...: en cada caso latía una historia que me enamoraba. Y he escrito Yo pude salvar a Lorca para contar una historia muy íntima y personal y, a la vez, de resonancia universal.

En esta entrevista vamos a hablar fundamentalmente de Yo pude salvar a Lorca, una novela cuyo germen primigenio podríamos decir que surgió una noche de los años sesenta en la que tu abuelo, Juan Bonilla, te dijo, tras ver a Luis Rosales en televisión, que él pudo haber salvado al gran escritor granadino. Por entonces, Víctor Amela, creo que se interesaba más por otras lecturas que no tenían nada que ver con Lorca. ¿Cuáles en concreto?
Juan Manuel Bonilla Jiménez, mi abuelo, de Torvizcón (La Alpujarra, Granada, 1906-Barcelona, 1990) era poco hablador. Pero un día mencionó a Luis Rosales. Y esa noche mencionó otro nombre: Lorca. “Yo pude salvar a Lorca”, dijo, en su cerrado andaluz. Era 1970, yo tenía sólo diez años y no entendí qué había querido decir. Por entonces yo leía tebeos (“El Jabato”, “Capitán Trueno”, “Hazañas Bélicas”, “TBO”, “Pulgarcito”, “DDT”...),  las novelas de Enid Blyton como “Los siete secretos”, “Los cinco”, otras como “Los tres investigadores”... y empezaba con las de Julio Verne (“La isla misteriosa”), Stevenson (“La isla del tesoro”), Mark Twain (“Tom Sawyer), e historias del Tíbet, y Thor Heyerdahl y su “Kon Tiki”...

Yo pude salvar a Lorca, novela que comenzaste a escribir tras la muerte de tu abuelo, habla sobre la biografía del mismo y tu familia (tanto la materna como la paterna), los últimos días del poeta, la Guerra Civil, el exilio, la posguerra… ¿Pensaste desde el principio tratar tantos temas en esta novela o fueron surgiendo conforme le dabas a las teclas del ordenador?  
Daba vueltas desde hacía tiempo a la idea de escribir algo sobre mi abuelo y Lorca, en la Granada sublevada de 1936, pero no sabía cómo encararlo. Cuándo me enteré, hace tres años, por mi tío Antonio (hermano mayor de mi madre) que mi abuelo se dedicaba a pasar gente clandestinamente de la zona republicana a la sublevada, entendí el encuadre y el foco: el drama de un hombre que se compromete en un plan, y todo falla. Planifiqué un esquema. Luego, mientras escribes, se te aparecen rocas en el camino, y túneles y puentes, y desvíos y atajos, y tomas decisiones narrativas, según te pide la trama. Se trata de dejar dichas las cosas fundamentales que querías decir, con más o menos detalle, y que el armazón resista.

Con respecto a ese tono tan cercano y poético, ¿te costó descubrir que era el apropiado para la historia o salió solo desde el principio?
Mejoré el tono cuando tenía ya mediada la novela: descubrí una mañana (hablando conmigo mismo mientras me duchaba) que me apetecía dirigirme al lector sin máscaras, recordarle que lo que está leyendo es una novela... pero que esta novela la escribe uno (yo) que tiene sus profundos motivos personales para escribirla. Era arriesgada esta combinación, pero me lancé (pensando que mi editor me reñiría: no fue así, al contrario). Y me felicito del resultado, porque encaja con lo que soñaba conseguir.

©Victor Amela. El autor en la casa de Federico García Lorca en Valderrubio (Granada).

¿Cuánto tiempo tardaste en escribir una novela tan compleja como Yo pude salvar a Lorca?
Empecé a escribirla, sin saberlo, a los 10 añitos, cuando mi abuelo mencionó a Rosales y a Lorca en su pisito aluminósico del barrio de la Trinidad Nueva, en el extrarradio de Barcelona, en 1970. Y seguí escribiéndola el resto de mi vida... pero sin saberlo tampoco. Empecé a pensar en escribir algo respecto de mi abuelo hará unos quince años, cuando le conté la escena de la comida de Año Nuevo de 1980 a un hispanista inglés... Y me dijo, atónito: “Pero... con estas historias que tenéis en todas las familias españolas, ¡¿¡¿por qué no escribís más novelas?!?!” Le asombró la coincidencia de que mi tío paterno y mi abuelo materno acabasen la guerra en el mismo sitio, sin conocerse, y que lo descubriesen al romper yo sus silencios con una pregunta mía en aquella comida, ¡41 años después de los hechos! Me di cuenta de que tenía razón Jason Webster (así se llama el hispanista inglés): ese día sentí que quería contar esa historia en una novela, que no quería llevármela a la tumba conmigo. Pero la vida nos distrae, y me puse  trabajar en ella en serio hace sólo tres años.

Esta es una historia de subtramas que giran alrededor, de una forma u otra, de la figura de Lorca, y en la que aparecen un gran número de personajes interesantes. ¿Cuántos de ellos son reales y cuántos los has creado para contar lo que querías al lector?
Todos los personajes son reales, a excepción de dos: los niños Palmira y Jacinto (construidos a base de historias reales del Albaicín que he recogido al documentarme). Incluso la prima de Lorca (madre de Palmira) ¡existió realmente! y decía lo que cuento que decía, y la mataron también. Al maestro de escuela que enseñó a leer a mi abuelo en la guerra (¡esto me lo contó mi abuelo!) le he dado el nombre de Justo Garrido y le he construido una peripecia después de la guerra: la cruzo con el barrio de mi tío y mi padre (que sí tuvo un profesor de refuerzo al acabar la guerra...). Eso mismo hago con ese amigo de Agustín Penón (personaje real) llamado Manuel Fernández: sé de él que firmó y dedicó un ejemplar del “Romancero gitano” a Agustín (se conserva), y sobre eso le construyo una biografía mortificada por la homosexualidad, sabiendo yo que Penón era homosexual (lo que en parte debió de alimentar su pasión por Lorca).

Volviendo a la documentación, ¿qué dato encontrado, hecho o anécdota te sorprendió más cuando te estabas preparando para escribir esta novela?
¡Muchísimos! Supe de la existencia de los “niños de la noche”, y de los hermanos Quero del Albaicín; de la prima de Lorca con la que iba a los “saraos” del Sacromonte; de los crímenes de las “escuadras negras” en Granada, y cómo asesinaban, se iban de putas y agitaban en vasos de cristal los casquillos de bala de sus tiros de gracia de esa madrugada; lo del gitanillo andaluz que enseñó a Leonard Cohen  a tocar la guitarra; y cómo Luis Rosales salvó la vida a amigos  comunistas poniéndoles camisas de Falange; y que mi abuelo se afilió a la Falange de Granada el 14 de agosto, justo cuando Luis Rosales registraba a los voluntarios; cómo el joven Narciso Perales salvó la vida de Luis Rosales; y que nunca apareció el cuerpo de Joaquín Amigo, despeñado en Ronda; y que el poeta Luis Felipe Vivanco pudo ser degollado en una trinchera una noche; y el delirio amoroso de Emilia Llanos… y, en fin, que pudo suceder con los restos mortales de Federico García Lorca.

© Cristina Monteoliva. Presentación de Yo pude salvar a Lorca en el Palacio de los Condes de Gabia en Granada el 4 de diciembre de 2019.

Con respecto a Lorca, ¿crees que de verdad habría habido forma de evitar el cruel desenlace?
Decía Antonio Machado que le resultaba increíble y odioso que nadie en Granada hubiese podido salvarle la vida a su querido Federico García Lorca. Machado no podía saber que sí, que un hombre lo intentó: Luis Rosales. Falló por cinco horas. Y a Rosales le ayudó mi abuelo, que me dijo lo que me dijo por eso. De haberse cumplido su plan, a Lorca lo hubiesen colocado en zona republicana: quizás hubiese embarcado hacia México... o no. Lorca, por su celebridad, o su familia y amistad con el socialista Fernando de los Ríos, era una pieza mayor  en  sangrienta cacería que era Granada, sólo huir de Granada le hubiese salvado, y él no quería irse...

¿Crees que te ha faltado algo por contar en esta novela?
Sólo un detalle de un sombrío lirismo, por trágico pero elocuente, un detalle que he conocido después de publicada la novela: al acabar la guerra,  las familias de Granada que tenía en casa todavía algún ejemplar del “Romancero gitano” o de alguna otra obra de Lorca..., ¡lo quemaron! Llamas de terror devoran poemas maravillosos: negra estampa, medieval, que expresa cómo el pisotón de una guerra civil destruye el espíritu.

¿Qué esperas que encuentren los lectores en Yo pude salvar a Lorca?
Una mirada compasiva hacia personas buenas que se vieron arrastradas por el momento y la guerra a sitios que no hubiesen querido... Y de ahí venimos todos: quiero propiciar que cada lector mire a su propia familia y escuche sus silencios. Que entienda de qué silencios viene. ¡Y que vea qué es la maldad!: dañar a un tercero por sacar algún provecho personal. Así como la bondad: beneficiar a otro aún a riesgo de la propia vida.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
El próximo marzo publicaré un libro de testimonios: ¡Nos robaron la juventud!, que reconstruye mediante un diálogo imaginario con mi tío José (muerto en 2005) el drama de los chavales de 17 y 18 años que en el año 1938, durante la guerra civil, fueron enviados a combatir en la batalla del Ebro, cómo a él le sucedió. He reunido en este libro 25 testimonios espectaculares. Y durante el año 2020 se conmemora el centenario del nacimiento de esos chicos... Y algunos aún sobreviven: cumplen 100 años, ¡y merecen todos los homenajes!

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Nada me complace y emociona más que un lector de mi novela cuándo me dice: “mi corazón ha empatizado y entendido”. He querido hacer  entender qué pasó en aquella Granada y cómo venimos de ahí... Y, sobre todo, que sólo la amistad, la bondad, la poesía, la belleza y el arte pueden salvarnos por dentro incluso cuando todo está perdido por fuera. ¡Gracias por leerme!
@amelanovela

Muchas gracias a ti, Victor, por rendir tan merecido homenaje a los que sufrieron, llegando incluso a perder la vida, por culpa de la Guerra Civil tanto en tu novela Yo pude salvar a Lorca como en este nuevo libro que pronto conoceremos, ¡Nos robaron la juventud! Asimismo, desde este espacio te agradecemos tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales para ilustrar esta entrevista.
         Y a vosotros, amigos lectores, gracias por estar una vez más al otro lado de la pantalla.
Cristina Monteoliva