Páginas

lunes, 23 de diciembre de 2019

Entrevista: ANTONIO DE CASTRO CORTIZAS.


Queridos amigos de La Orilla de las Letras,


Volvemos con la sección de entrevistas con la que tan amablemente nos ha concedido Antonio de Castro Cortizas, autor de Tiempo prestado, libro de relatos cuya reseña podéis leer en:

Y de Al caer la tarde, que tenéis reseñado en el enlace:

Como podéis leer en esta última reseña, el último libro publicado de Antonio de Castro Cortizas, Al caer la tarde, es de carácter autobiográfico. Hablamos de ello con él en esta entrevista, pero también de otros temas relacionados con la escritura, el relato breve, etc. Ya sabéis: para conocer todas las preguntas y respuestas, ¡tendréis que leerla! Así que ya, sin más, os dejamos con ella:  


¿Cuándo comenzaste a escribir?
Cuando era pequeño escribía pequeñas novelillas en una vieja Olivetti que había por casa, imitando las obras de Mark Twain o de Jack London que tanto me gustaba (y me gusta) leer. Luego les dibujaba portadas, grapaba las hojas y se las daba a leer a parientes y amigos. Más adelante, cuando estaba terminando en el instituto, empecé a escribir relatos de serie negra con los que gané algún concurso, lo que me dio confianza y me animó a seguir en ello.

¿Dónde encuentras la inspiración?
En lo que veo a mi alrededor y en cosas que me han sucedido a mí, ya que aunque no todos los relatos que he escrito son estrictamente autobiográficos, la mayoría de ellos tiene una base real. Supongo que la lectura también sirve de inspiración, en el sentido de que es imprescindible leer mucho para llegara escribir con cierta soltura. A veces la inspiración viene de algo que acaba de ocurrir o de un recuerdo que se moldea hasta dar forma a una narración. También puede venir de un texto literario que se acaba de leer con entusiasmo, pero en ese caso hay que tener cuidado de que el resultado no caiga en lo puramente imitativo.

¿Por qué relato y no otro género?
No es algo premeditado, es el género en el que más a gusto me siento. Por el momento me impone demasiado iniciar la escritura de una novela.

Por cierto, ¿qué debe de tener según Antonio de Castro Cortizas un buen relato?
Muchos de mis autores favoritos -London, Kipling, Greene, Stevenson, Faulkner, Poe, Arlt- han escrito relatos que son verdaderas obras maestras. Me gusta que un relato sea una narración compacta en la que no sobre nada y que desarrolle a fondo todas sus posibilidades, independientemente de su duración. Por ejemplo, en los mejores relatos de Jack London los personajes están perfectamente descritos y en todo momento sabemos sobre ellos todo aquello que es imprescindible conocer para que el relato funcione. También me parece muy importante que los ambientes y la atmósfera tengan consistencia, eso le da mucha fuerza a la narración: autores que han tocado el género fantástico como Stevenson, Poe o Blackwood son maestros en la creación de atmósferas, algo que también supieron hacer escritores de estilo diferente como Hemingway o Shepard, empleando los mínimos elementos.


© Antonio de Castro Cortizas.

Has publicado dos libros de relatos: Tiempo prestado y Al caer la tarde. Háblanos de ellos: ¿qué tienen en común y qué los diferencia, a tu parecer?
Todos los relatos que aparecen en ambos libros tienen estilos y estructuras similares, pero la mayoría de los del primero son textos de ficción, generalmente de aventuras y de serie negra, y la mayoría de los del segundo son autobiográficos. También hay algunos autobiográficos en el primer libro, concretamente aquellos protagonizados por niños y por adolescentes.

Si bien Tiempo prestado era un libro de relatos protagonizados por personajes distintos que transitaban en lugares también diversos, en Al caer la tarde, tu último libro publicado, encontramos que el protagonista es siempre el mismo, un chico que rememora su época en el colegio y en el instituto. ¿Podríamos considerarlo un libro autobiográfico?
Así es. Salvo un par de relatos que mezclan recuerdos diversos en una misma narración, todos los demás cuentan vivencias de mi infancia y mi adolescencia tal y como yo las recuerdo.

De este libro destacan, entre otras cosas, las pequeñas aventuras de los chicos y los momentos violentos de los adultos, especialmente, los maestros y profesores. ¿Qué puedes comentarnos sobre esto?
Creo que, desgraciadamente, la violencia forma parte de nuestra vida, y eso desde que somos muy pequeños. Aunque no tengo una visión nostálgica de la infancia, guardo muy buen recuerdo de aquellos tiempos, pero de una forma u otra la violencia siempre estaba a la vuelta de la esquina. Como se puede ver, por ejemplo, en el relato titulado “School days”, el origen de esa violencia a menudo provenía de los adultos, pero ésta terminaba contagiándose a los chavales, que la imitaban o en muchas ocasiones desarrollaban comportamientos violentos para resarcirse de los que habían sufrido ellos. En cuanto a las vivencias más memorables de nuestra infancia, la capacidad para la sorpresa y la fascinación propia de esa edad puede convertir simples anécdotas en verdaderas aventuras que se recordarán con agrado muchos años después.

¿Qué relato te ha costado más escribir de este libro?
En general lo he pasado bien escribiendo la mayoría de los relatos, ya que muchos evocan hechos de los que tengo muy buen recuerdo y que además he comentado con amigos después de que hubieran leído el libro. Quizá “Don Jaime”, “The Butcher Boy” y “Made in England”, que son los que describen las situaciones más cruentas, fueron los más difíciles de escribir. En los dos primeros era complicado narrar determinadas escenas sin caer en lo abiertamente desagradable, y del tercero me costó un poco conectar la descripción general de aquellos tiempos con el desmayo en plena clase de inglés.
  

© Antonio de Castro Cortizas.

¿Dejó el protagonista algún tesoro escondido para la posteridad en una cueva o una cala de la zona?
Precisamente estos días que estoy de vacaciones en Galicia suelo ir a pasear hasta la cala en la que tiene lugar el cuento titulado “Al caer la tarde”, y me pregunto si aquellas diez monedas de diez pesetas siguen allí, ocultas bajo las algas y la arena. Hace ya más de treinta años de todo aquello...

¿Qué te ha faltado contar en este libro?
Hay tres cuentos que escribí recientemente y podían haber estado incluidos en Al caer la tarde: uno de ellos se titula “La conquista del Oeste” y gira en torno a recuerdos del ya desaparecido cine de mi pueblo, y otro, el número XIV de la serie School days, cuenta otra aventura de mi infancia. Ambos están publicados en mi blog. El tercero se titula “Noviembre” y también tiene una fuerte carga autobiográfica. Lo hice para la revista Alquimia Literaria, en la que cada mes varios autores escribimos un relato basado en un cuadro, y lo han publicado en el número 31.

¿Te atreverás alguna vez con una novela?
Tal vez si encuentro uno o varios asuntos que me interese desarrollar más allá de las dimensiones de un relato, me decida a emprender la escritura de una novela.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Cada mes escribo un relato para Alquimia Literaria. El blog lo tengo un poco parado, pero no es algo que me preocupe. En este momento no siento especiales ganas de escribir nada nuevo para el blog, pero cuando surjan otra vez me pondré a ello.

Por último, ¿te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Me gustaría mucho agradecer iniciativas como La orilla de las letras, Alquimia Literaria o Tea & Books por su esfuerzo en dar a conocer a todo tipo de autores, muchos de los cuales publicamos al margen de las grandes editoriales.

Gracias por la parte que nos toca, Antonio, además de por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales para ilustrar este artículo. Te deseamos mucha suerte con Al caer la tarde y con todos los que seguro que están por venir.
Y a vosotros, amigos lectores de La Orilla de las Letras, gracias por estar ahí una vez más leyendo esta entrevista.

Cristina Monteoliva