Víctor
Cassini, según dice la solapa de su novela, Las
salvias florecen en el barro, es un malagueño afincado en Granada, lugar en
el que acabó sus estudios en 1988. Ha publicado artículos científicos, ama la
repostería, el montañismo, la escritura y la lectura. El resto es, para los que
no le conocen personalmente, un misterio, a simple vista.
No
me pidáis que recuerde exactamente cómo conocí en Facebook a Víctor Cassini
pues gracias a Elías y los ladrones de
magia, de forma directa o indirecta, he conocido a tantas personas
maravillosas últimamente, que me es imposible recordar todos los datos.
Pedidme, eso sí, que os relate a continuación cómo llegué a conocerlo en
persona, pues eso creo que no lo olvidaré nunca.
Habíamos
quedado una mañana de octubre en Namasté Coffee & Books. Era martes y los
clientes no dejaban de entrar, por lo que aunque intenté quedarme con Víctor en
su mesa el mayor tiempo posible, se me hizo imposible dedicarle mucho
finalmente.
Víctor
venía cargado con un elegante y misterioso maletín y un montón de inquietudes
que, sabiendo que ambos habíamos autoeditado, deseaba compartir conmigo. Eran
prácticamente las mismas que me habían abordado a mí antes, durante y después
de la publicación, por lo que creo que aparte de llegar a un entendimiento,
encontramos los dos cierto alivio al compartirlas.
En
algún momento de la charla, le dediqué un ejemplar de Elías y los ladrones de magia para su hija. En ese momento, me dio
pena haberle vendido el libro en vez de haber hecho un “intercambio haciendo
cuentas” con su libro. Las lecturas pendientes daban vueltas en mi cabeza (aún
lo hacen) y pensé en dejar la compra para dentro de un mes, puede que dos.
Tras
su marcha, sonó el teléfono. Era Víctor. Me había dejado un ejemplar dedicado
de su novela, Las salvias florecen en el
barro en una de las estanterías de libros de la cafetería-librería. Me
sentí abrumada (y los clientes no dejaban de entrar. Creo que ese día hicimos
buena caja). Pocas veces alguien te da una sorpresa tan agradable y generosa,
menos alguien a quien apenas conoces. Solo personas tan buenas como Víctor
pueden hacer cosas así. Es por ello que os digo que da igual si en la solapa de
su libro no se dan muchos datos sobre lo que hace o deja de hacer este
escritor. Tan sólo sabed que merece la pena conocerlo aunque sólo sea a través
de su obra y que…
©Cristina Monteoliva.
¡PERO BUENO, QUÉ
INVENTO ES ESTE!
¡Si yo le he hecho una entrevista larguísima precisamente para que le conozcáis
mejor! Nada, nada, ahora mismo os olvidáis de lo que acabo de decir y os ponéis
a leer las palabras del autor en el siguiente artículo, ¡he dicho!
Cristina Monteoliva