Título: Una verdad
delicada
Autor: John le
Carré
Traducción: Carlos
Milla Soler
Editorial: Plaza
& Janés
Págs: 368
Precio: 22,90 € /
10,99 € (epub)
Gracias a Wikileaks, a los informadores
anónimos o no tan anónimos, a los piratas informáticos, etc, somos cada vez más
conscientes de las tramas ocultas de los gobiernos y otras organizaciones de
poder. Aunque imagino que siempre habrá cosas que no sepamos. Cosas que den
para una buena novela de espías, persecuciones y adrenalina al máximo como la
nueva obra de John le Carré, Una verdad
delicada, el libro que precisamente os comento a continuación.
Toby Bell es un chico brillante, con mucho
futuro en el Foreign Office (la oficina de asuntos exteriores) de Reino Unido. Sin
embargo, la relación con su nuevo jefe, Fergus Quinn, no es tan buena como
debería. Porque si lo fuera, ¿no le habría invitado a la reunión secreta que le
ha ordenado organizar? Pero, ¿cómo puede esperar Quinn que un chico tan curioso
como Bell se quede al margen? Efectivamente, no lo hace. Y es que a Bell se le
ocurre la ingeniosa idea de grabar la reunión para escucharla más tarde y
descubrir así una operación
antiterrorista a llevar a cabo en Gibraltar, una operación de nombre Fauna, que implica, entre otros, a un
veterano diplomático. La sorpresa viene cuando dicho diplomático, ya retirado
con todos los honores, invita a Bell a su casona para hablarle de aquella
operación misteriosa, de las graves consecuencias que tuvo y de la manera, tal
vez, de arreglar las cosas en el presente de alguna manera. La cuestión es:
¿dejarán los peces gordos que Bell y sir Christopher Probyn (pues así es como
se llama el veterano diplomático) lleven a cabo su plan con éxito?
Hubo un tiempo, allá por mi primera
adolescencia, en el que leía con asiduidad novela negra, en todas sus
vertientes. Últimamente no es que haya dejado de hacerlo, pero lo cierto es que
hacía mucho que no me ponía frente a una novela de espionaje. Y, aunque os
cueste creerlo, ¡esta es mi primera obra de John le Carré!
Leo en la pequeña biografía de una de
las solapas interiores del libro que le Carré trabajó durante la Guerra Fría en
los servicios británicos de inteligencia. También que vive en Cornualles. Lo
primero me hace pensar que si no protagonizó este autor algo como lo que se
narra en este libro, al menos de su experiencia laboral habrá sacado bastantes
buenas ideas para sus novelas. Lo segundo, que podría parecerse él mismo mucho
a sir Christopher Probyn, uno de los protagonistas de esta interesante
historia.
Pero vayamos por partes.
Sir Christopher Probyn: así es como se
llama en realidad el diplomático que viaja a Gibraltar bajo el nombre en clave
Paul Anderson. A él le cuentan que el gobierno de Gran Bretaña se ha aliado con
Efectos Éticos, una organización privada dirigida por el ladino Jay Crispin,
con el fin de capturar a un terrorista de forma, digamos, no muy legal. De esta
manera, con la operación en el peñón y un montón de cosas confusas (tranquilos,
que se aclaran después) es cómo comienza la historia.
Por otro lado tenemos a Toby Bell, ese
joven inquieto que graba la reunión de su jefe con Probyn. Un chico muy
correcto, pensaréis. ¿Un poco temerario? Tal vez. ¿Dudará en acudir a la
llamada de Probyn tres años más tarde? Ni un segundo. La cuestión es: ¿hasta
dónde estará dispuesto a llegar para aclarar lo que pasó en realidad? ¿Tan
lejos como para perder su trabajo, su reputación y puede que incluso su
integridad física?
Existe un tercer personaje fundamental
en esta obra, además del sinfín de secundarios tan bien matizados por le Carré.
Ella, pues es una mujer, es Emily, la hija de sir Probyn, una joven doctora muy
valiente que ayudará a Bell en todo lo posible. Una gran pareja para el joven
diplomático si no fuera porque… En fin, tendréis que leer la novela para saber
qué pasa entre ellos, o que no pasa. Yo no voy a matar el suspense.
Una
verdad delicada es una obra narrada en tercera persona
por un ser omnisciente muy directo tanto con los personajes de esta novela como
con el lector; un ser que sorprenderá tanto como los hechos que nos narra, esa
oscura trama que no puede acabar bien para nadie. Con tiempos bien medidos,
dosificando bien la acción y proporcionando un ritmo in crescendo que hará que
nos sumerjamos más y más en las páginas de este volumen: así es cómo consigue
el Carré que esta obra no sea una novela más de espías, sino una que hará las
delicias tanto de los amantes del género como de los que quieren empezar a
bucear en él. Y si encima te hace pensar en la situación del mundo actual, ¿qué
más se le puede pedir?
Cristina Monteoliva