Si algo hemos
descubierto con la pandemia de la COVID es que el mundo vive en un equilibrio
precario. Un frágil balance que puede
romperse de un momento a otro. De esta crisis acabamos saliendo, pero, ¿qué
pasará si llega una mayor? Esta sería la premisa de partida de la singular
novela Colapsos, de Ángel Vallecillo.
Te hablo de ella en este artículo.
El
intrépido Malcom la Sal está a punto de hacer que el sistema económico mundial
colapse. Ajenos a lo que se les viene encima, algunos intentan rodar una loca
película pornográfica mientras otros transportan a un preso fugado en un ataúd
por carretera. Tanto ellos como otros muchos personajes tendrán que hacer frente
a lo que se les viene encima. ¿Serán capaces de capear el temporal?
Hay
novelas difíciles de clasificar por muchos motivos. Sin duda Colapsos es una de ellas. En principio,
estamos ante lo que parece una distopía protagonizada por un sinfín de personajes
singulares (los encargados de rodar una película pornográfica, una embarazada
que haría cualquier cosa por dinero, un hombre que no puede dormir por culpa de
un león, un mafioso que huye dentro de un ataúd…). La dificultad radica en la
forma en la que está narrada esta obra. Una forma diversa, poliédrica, en la
que la primera, la segunda y la tercera persona se dan la mano tanto en pasado
como en presente. Básicamente, cada nuevo capítulo es una aventura para un
lector que nunca sabrá con qué encontrarse: numerosos diálogos, profusas
descripciones, cartas, monólogos, confesiones diversas… Todo un experimento
narrativo sarcástico que funciona a la perfección.
La
historia de nuestros variados actores comienza antes del colapso para
prolongarse meses y años después. En ese tiempo, conoceremos lo que pasó con
los que conocimos al principio, pero también qué es de la vida de las nuevas
incorporaciones al elenco.
¿Qué
pretende Colapsos, en realidad? Creo
que tendrás que leer este libro para sacar tus propias conclusiones. A mí me ha
parecido entender que la obra viene a denunciar la dependencia global que
tenemos actualmente. Una dependencia que hacer que cualquier mínimo
contratiempo afecte a los habitantes de todo un planeta. Pero, al final, ¿de
todo se sale? Lo dicho: ¡a leer este libro!
Cristina Monteoliva