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viernes, 24 de marzo de 2023

Reseña: LA PRINCESA PROMETIDA, de William Goldman.

 

Hay películas que se convierten en un clásico instantáneo. Esto sucedió hace ya unos cuantos años con La princesa prometida, una historia que no me canso nunca de ver en la pequeña pantalla. Pero, ¿sabíais que esta película se basa en la novela homónima de William Goldman? ¿Y que Ático de los Libros la ha editado varias veces en España, con mucho mimo? ¿Qué tal si os hablo en esta reseña de esta obra?

Cuenta William Goldman en el prólogo de este libro que cuando era niño enfermó de pulmonía. Uno de aquellos aburridos días en cama, su padre, un hombre proveniente del ficticio reino de Florin, en Europa, le leyó una historia de amoríos y espadachines: La princesa prometida. Poco podía el niño que era entonces sospechar que aquella novela marcaría para siempre su vida.

William Goldman creció, se hizo escritor y guionista, se casó y tuvo un hijo. Unas Navidades que estaba lejos de casa, decidió regalarle a su vástago aquel libro que tanto le había gustado cuando tenía su edad. Después de mucho esfuerzo, conseguiría un ejemplar. El niño, sin embargo, no disfrutaría tanto como él de la experiencia lectora. La novela original, escrita por un tal S. Morgenstern, estaría repleta de pasajes largos y aburridos que le harían sombra a los interesantes, aquellos que el padre de Goldman decidió leerle de crío a nuestro autor. Decidido a convertir La princesa prometida en una historia asequible para todos los lectores, Goldman acometería el trabajo de revisarla y dejar solo los pasajes relevantes para disfrutar la trama.

Así es como llegamos a La princesa prometida que todos conoceremos, una historia en la que nos encontramos con una dama en apuros, un enamorado dispuesta a salvarla, un par de compinches entrañables y más de un malvado odioso.

Todo empieza cuando Buttercup, nuestra dama, era todavía casi una niña. Por aquel entonces, la jovencita vivía con sus padres en una granja de Florin, con Westley, un joven apuesto, como sirviente. Buttercup y Westley se enamoran, pero ambos han de separarse. Westley se marcha para hacer fortuna en América y Buttercup se queda a la espera de sus noticias. Poco después, llega la que nadie querría recibir: Westley ha muerto.

El tiempo pasa y todo se complica en el reino por culpa del sanguinario príncipe Humpedinck, el hombre con quien, con tal de evitar una guerra, se compromete nuestra chica. Buttercup es entonces secuestrada por tres mercenarios: Iñigo Montoya, el espadachín español que busca vengar la muerte de su padre; Fezzik, el bonachón gigante más fuerte de mundo; y el astuto siciliano Vizzini. De pronto, entrará en juego el pirata Roberts. Pero, ¿por qué querría salvar a la princesa? ¿Y por qué la secuestraron en principio los malhechores?

Las aventuras se suceden en una historia que está condenada a acabar de la mejor forma para sus protagonistas. Pero, ¿creéis que William Goldman ha hecho bien acortando el texto? Por si nos queda alguna duda, el autor aparece aquí y allá con sus anotaciones. En ellas, hace comentarios divertidos, explica por qué eliminó tal o cual pasaje, etc. También nos encontraremos con otras anotaciones: las realizadas por el supuesto S. Morgenstern. El conjunto, como podréis comprobar cuando leáis esta obra, es un texto rico en acción, humor e ingenio la mar de entretenido.

La princesa prometida es un libro que se ha reeditado un buen número de veces a lo largo del tiempo. En la presente edición, como prólogo, nos encontraremos la Introducción del 30º aniversario y la Introducción del 25º aniversario. Tras La princesa prometida en sí nos encontraremos otros dos apartados: El bebé de Buttercup. Una explicación (en él, su autor cuenta por qué decidió escribir una continuación de La princesa prometida) y El bebé de Buttercup (una segunda parte a mi parecer incompleta que, de haber sido más extensa, podría haber dado mucho más de sí).

Llegados a este punto, seguro que os estáis preguntando: ¿es película de La princesa prometida fiel al texto? Podemos decir que en buena parte sí. El libro, sin embargo, nos aporta muchas más situaciones cómicas y matices que no tuvieran cabida en el film. En todo caso, yo recomendaría a los fans de las buenas historias de amor, amistad y aventuras que lean tanto la novela como que vean la película. Ambas obras se complementa, ¡y qué buenos ratos os harán pasar!

Cristina Monteoliva