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lunes, 2 de mayo de 2022

Título: LAS CIUDADES DE PAPEL, de Dominique Fortier.

 

Más de cien años después de su muerte, Emily Dickinson continúa siendo todo un misterio. Nació y murió en la misma casa, Homestead, en la que, en sus últimos años, vivió recluida. Cuando apenas tenía catorce años, confeccionó un herbario que contiene cuatrocientos veinticuatro especímenes de flores silvestres de la zona rural de Massachusetts y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un importante documento científico para muchas generaciones de biólogos y naturalistas de todo el mundo. No se casó ni tuvo hijos. Existió por y para los libros, la naturaleza y la poesía. Escribió casi mil ochocientos poemas que siempre se negó a publicar; apenas una decena de ellos vio la luz en vida de su autora. Hoy día está considerada una de las escritoras más importantes en lengua inglesa de todos los tiempos, uno de los pilares de la literatura norteamericana moderna y una de las mejores poetas de la literatura universal.

         Fascinada con su historia personal y su obra, la escritora Dominique Fortier escribió Las ciudades de papel, un libro en el que se refleja su admiración por la poetisa. Pese a que fue galardonado en 2020 con el Prix Renaudot de Ensayo, se trata de un libro híbrido entre la ficción y la autonarrativa. Fortier imagina momentos de la vida de la escritora de Massachusetts e intercala algunos pasajes en primera persona sobre su propia experiencia personal, concretamente lo que vivió cuando se instaló a en una antigua casa junto al mar en Nueva Inglaterra. Estos fragmentos autobiográficos son apenas pinceladas.

         Con estos elementos la autora construye pequeños textos de enorme belleza con una carga lírica importante. Imagina momentos de la vida de Dickinson al tiempo que reflexiona sobre la creatividad, la inspiración, la escritura o la importancia que pueden llegar a tener los libros en la vida de determinadas personas. La creación literaria como una manera de vivir, un objetivo en sí misma más allá de que un escritor publique o no el fruto de su trabajo. Los libros como un hogar en el que habitar, casas de papel en las que quedarse a vivir para siempre. Porque Emily Dickinson vivió en los fragmentos de papel en los que escribió cada una de las líneas de sus muchos poemas.

         Fortier retrata así la vida espiritual de la “dama de blanco” como la apodaban; cuentan que la poetisa vistió por entero de este color en la última etapa de su vida. Su entrega y dedicación total a la poesía y a los libros no es vista por la autora de Las ciudades de papel como algo negativo; bien al contrario, se pregunta por qué no hay más escritores que se aíslan del mundo para consagrarse por entero a la escritura, tal y como hizo Dickinson.

         La autora es capaz de captar la riqueza de la vida interior de la poetisa. Nos la presenta como una persona entregada totalmente a su arte, no como una excéntrica. Emily Dickinson hallaba en los libros todo lo necesario para vivir y ser feliz. No se trata de una biografía sino de un intento de acercarnos al mundo interior de la protagonista, tal y como lo imagina la autora a partir de los vestigios sobre su vida que han trascendido y han llegado a nosotros por diferentes medios. Además de atrapar al lector con la belleza de sus textos, Fortier tiene la capacidad de despertar en él el interés por la enigmática figura de Emily Dickinson y avivar las ganas de sumergirse en su obra poética.

María Dolores García Pastor