Título: Stevenson.
Relatos de terror y misterio
Autor: Robert
Louis Stevenson
Traducción: Victoria
León
Publica: Editorial
Almuzara
Páginas: 208
Precio: 15,95 €
El bien existe porque
también existe el mal, y viceversa. Los dos son caras de una misma moneda que a
veces cae de un lado y a veces, del otro. Y aunque casi todo el mundo piense de
sí mismo que es bueno, ¿acaso no hay también una parte en cada uno de nosotros
que no lo es tanto? Una parte que puede estar muy escondida en lo más recóndito
de nuestras almas, a la espera de ser despertada, o más cerca de la superficie,
siempre acechante, pienso tras la lectura de Stevenson. Relatos de terror y misterio, el libro de Robert Louis
Stevenson que comentaremos hoy.
Stevenson. Relatos de terror y misterio,
esta edición literaria de Victoria León, es un volumen compuesto por tres
relatos del célebre autor escocés: El
extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Markheim y Olalla.
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde,
el relato más extenso (se trata más bien de una novela corta) y más conocido de
este volumen, comienza con el misterio que se cierne sobre la figura de Mr.
Hyde, el supuesto protegido del Dr. Jekyll al que este habría dejado todas sus
pertenencias en su testamento. Este hecho, además de las fechorías que se
conocen de Mr. Hyde, hará que Mr. Utterson, el abogado y amigo del doctor,
comience a investigar. Será al final de la narración, y gracias tanto a un escrito
del Dr. Lanyon, amigo tanto de Utterson como de Jekyll, como a otro de este último
cuando descubramos que Jekyll y Hyde eran en realidad la misma persona,
representando Jekyll al hombre bondadoso y Hyde el perverso que permanecía
adormecido en su interior hasta que el doctor encontró la manera de
despertarlo.
En
Markheim nos encontramos con un
hombre de apellido Markheim que acude al anticuario que normalmente frecuenta
con la intención de matar a su dueño y así hacerse con la recaudación. Ya ha
acabado con el tipo cuando de pronto se le aparece un hombre que le hace
replantearse toda la situación de tal manera que, páginas después, nos
encontramos con un final totalmente inesperado.
Olalla,
el único relato escrito en primera persona, nos hace viajar a unas inhóspitas
montañas de un recóndito lugar de España, lugar al que se traslada su protagonista
para recuperarse de una enfermedad. El decadente castillo en el que recae está
habitado por una dama y sus dos hijos: el inocente Felipe y la enigmática
Olalla. Nuestro protagonista se enamorará de Olalla, pero será rechazado por
esta por importantes razones.
Si
bien las historias que contienen este libro son bien distintas, las tres nos
hablan de la lucha que existe entre el bien y el mal, concretamente, la que
puede haber dentro de una misma persona. Así, en El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde nos encontramos con un
hombre que ha conseguido separarse de su parte malvada, dejando esta depositada
en otro cuerpo (que es en realidad el suyo transmutado) para que pueda cometer
todas las fechorías que le plazcan. Queda claro, sin embargo, al final de la
historia que la parte mala y la buena del ser humano no pueden ser disociadas.
En
Markheim, por otro lado, nos
encontramos con la aparición de un ser externo (¿un fantasma, el diablo?) que
le hace ver al protagonista no solo el mal que ha hecho, sino sus consecuencias
y lo que podría hacer o no a continuación. Sin desvelar el final, os adelanto
que en esta ocasión es el bien el que acaba ganando la batalla.
Finalmente,
en Olalla nos encontramos con una
familia consciente de la maldad que encierran sus genes y de la necesidad del
protagonista de alejarse de todos ellos. La bondad también existe aquí: es
justo ella la que empuja al protagonista a marcharse.
Si
bien son muchos los elementos que utiliza el autor a la hora de crear sus
atmósferas de misterio y terror (terribles crímenes, huidas, apariciones
sorprendentes, nieblas londinenses, castillos decadentes, comportamientos
agresivos inexplicables…), me ha llamado especialmente la atención el uso que
hace del aspecto físico de Mr. Hyde y Olalla. Mr. Hyde es un ser pequeño,
enjuto, con una deformidad inconcreta y de aspecto malvado, lo que tiene
sentido, pues siempre que pensamos en el mal que se asocia con los varones
pensamos en algo feo, algo que nos resulta desagradable. Por su parte, Olalla
es hermosa, tanto como todas las mujeres de su familia, mujeres todas ellas
malvadas y malditas. Es decir, Olalla es bella porque el mal asociado a lo
femenino tradicionalmente nos ha hecho pensar en mujeres extremadamente guapas
y seductoras. Pero, tranquilos, que Olalla tiene su lado bueno: el mismo que
hará que lleguemos a un final bien justo para su historia. Que debamos o no
conservar estos patrones (el hombre malvado como feo y desagradable mientras
que la mujer malvada, bella y seductora) es otro asunto interesante del que
deberíamos tratar, tal vez cuando leáis este magnífico libro que nos da a
conocer la narrativa breve de un autor sin duda imprescindible. Y tú, ¿te
atreves a descubrir tu lado malo con la lectura de Stevenson. Relatos de terror y misterio?
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.