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martes, 11 de agosto de 2020

Reseña: Y ZELDA SE CONVIRTIÓ EN VIKINGA, de Andrew David MacDonald.


Título: Y Zelda se convirtió en vikinga
Autor: Andrew David MacDonald
Traducción: Pilar de la Peña Minguell
Publica: Ediciones Destino
Páginas: 352
Precio: 19,90 € / 8,99 € (ePub 2)

Durante milenios, el ser humano ha creído en todo tipo de mitos que han llegado a nuestros días gracias a la tradición oral, por un lado, y a la escrita, por otro. Muchos de ellos nos hablan de grandes héroes que se enfrentaron a tremendos villanos para conseguir sus objetivos, y aunque hace tanto que sus gestas quedaron atrás, todavía hay personas que creen en ellos. Como Zelda, la protagonista de su propia leyenda, la misma que queda reflejada en la novela Y Zelda se convirtió en vikinga, de Andrew David MacDonald. Si quieres saber cómo he llegado a adorar a esta chica de veintiún años hasta el punto de echarla tanto de menos tras acabar la lectura de esta novela, no tienes más que seguir leyendo este artículo.
Zelda es una chica con trastorno del espectro alcohólico fetal y una entusiasta de las historias de vikingos. Mientras Gert, el hermano con el que vive, va a la universidad, Zelda acude al centro cívico, donde pasa buenos ratos con otros chicos con capacidades diversas. También a veces va a la consulta del doctor Laird, un experto en desarrollo cognitivo que un día le cuenta que el valeroso guerrero encontrado en una tumba era en realidad una mujer. Tras cumplir veintiún años, Zelda está preparada para comenzar a escribir su propia leyenda como vikinga. Pero, ¿cómo lo hará? ¿Será cuando decida tener relaciones con su novio, Marxy, un chico totalmente dependiente de su madre, Pearl? ¿ En el momento en el que encuentre un trabajo con el que sentirse más independiente? ¿O cuando descubra que su hermano se ha metido en líos y tenga que ir a rescatarlo?
Zelda, la narradora y protagonista de esta inspiradora historia, es una chica de veintiún años que se sabe diferente y no le importa en absoluto. Siempre dispuesta a superarse, nuestra chica ha decidido convertirse en una vikinga, aunque no tenga muy claro cómo hacerlo. Serán las pruebas que la vida le ponga tras su divertido cumpleaños (amenizado por un vikingo que era en realidad un stripper) las que la guiarán hacia su verdadero destino. Un destino que tal vez no se parezca al que ella tenía en mente en un principio pero que, sin duda, resultará espectacularmente glorioso.
Zelda vive con Gert, un chico que tiene aspecto de ser alguien problemático y que, por desgracia, acabará siéndolo cuando decida dejar la universidad y vender drogas para un tipo peligroso. ¿Conseguirán AK47, la ex novia de Gert y Zelda convencer al muchacho de que vuelva al buen camino?
Zelda no sería la que es sin ese hermano que siempre, a pesar de todo, se preocupa por ella; pero tampoco sin sus amigos, en especial AK47 (cuyo nombre real es Annie), la increíble conductora de autobús que la lleva al centro cívico cada día, la misma que salió por un tiempo con Gert; el doctor Laird, el médico experto en desarrollo mental siempre dispuesto a escucharla; y el doctor Kepple, el autor del Manual del vikingo, el libro de referencia de nuestra chica y hombre que nunca contesta a sus emails (y, aun así, ella le sigue escribiendo).
Por otra parte, Zelda tiene un novio con el que pretende mantener relaciones sexuales: Marxy. Aunque todo el mundo intente convencer a Zelda de que Marxy y ella no están en los mismos niveles de desarrollo, ella no cejará en su empeño de seguir con él. ¿Qué podría separarles entonces?
Hay libros de los que podrías pasar días hablando. Para mí, Y Zelda se convirtió en vikinga es uno de ellos: una novela en la que de una forma natural y fluida, y gracias a una protagonista carismática, valiente, sensible, inocente y única, su autor, Andrew David MacDonalds nos habla de lo increíbles que son las personas con capacidades diferentes, del valor de la familia, de la importancia de la amistad, de las relaciones sexuales entre personas de capacidades diversas, del valor de la independencia, de la esperanza que reside en los sueños, de este mundo de prejuicios en el que vivimos, de la búsqueda de oportunidades de todo tipo y mucho más. Y sí, por supuesto que al final Zelda se convierte en una vikinga. Pero no pienso contarte cómo lo hace: tendrás que leer su novela para averiguarlo. ¡Y tendrás que hacerlo pronto si quieres convertirte algún día tú también en tu propia leyenda! Pues estoy segura que en este libro, además de un carrusel de sentimientos y muy buenas letras, encontrarás tu camino para hacerlo.
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.