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martes, 11 de agosto de 2020

Reseña: LA EDAD DE LA INOCENCIA, de Edith Wharton.


Título: La edad de la inocencia
Autora: Edith Wharton
Edición de: Teresa Gómez Reus
Traducción: Martín Schifino
Publica: Cátedra
Páginas: 494
Precio: 20 € / 15,99 €

Vivir en sociedad significa acatar una serie de normas. Todos (o casi todos) estaremos de acuerdo que unas cuantas, o bastantes de ellas, son necesarias. Pero, ¿por qué tener otras que coartan del todo la libertad de los individuos? Normas que hacen que el que las incumpla sea rechazado de pleno por el resto del rebaño, de manera injusta, pienso tras la lectura de La edad de la inocencia, la novela de Edith Wharton de la que a continuación hablaremos.
Newland Archer es un joven abogado neoyorkino con una vida acomodada, una encantadora prometida y un futuro brillante por delante. Su existencia tan ordenada y predecible cambiará, sin embargo, el día en el que vuelva a aparecer en sociedad la prima de su prometida, la bella condesa Ellen Olenska, una mujer separada que ha estado pasando una larga temporada en Europa. Si bien Newland al principio recela de una dama cuyas costumbres y pensamientos contrastan con la rígida alta sociedad neoyorkina, pronto quedará prendado precisamente de su forma de ser y su escasez de prejuicios. ¿Y si Ellen se divorciara definitivamente de su tiránico marido extranjero? ¿Y si Newland deshiciera su compromiso? ¿Podrían ser felices juntos el abogado y la dama? ¿Soportaría el primero el peso del escándalo por fugarse con la segunda?
La acción nos sitúa en el Nueva York de 1870 de la más alta y rancia sociedad. Como perteneciente a este estamento social, el joven abogado Newland Archer ha de acatar ciertas normas: hacerse ver en fiestas, el teatro o la ópera; tener una prometida de su misma clase y, por supuesto, no visitar los barrios y lugares en los que viven personas de clase media o baja. Nuestro hombre parece feliz viviendo así hasta que conoce a la condesa Ellen Olenska, la prima de su prometida, la cándida May Welland. Si bien al principio Newland siente cierto rechazo por Ellen y todo lo que esta representa (la figura de la mujer separada que vive su vida fuera de todo convencionalismo, aunque arropada por su familia), pronto irá sucumbiendo a sus encantos como persona y como mujer.
Newland Archer representa al hombre recto que acata las normas, al temeroso del “qué dirán”, a aquel que hará cualquier cosa por no decepcionar a sus iguales y que, por tanto, decide casarse con una mujer a la que pronto descubre falta de encanto; mientras que Ellen Olenska es la mujer que se atreve a huir de un matrimonio tiránico, la que no se preocupa en absoluto de la opinión que genera en el resto de la sociedad, la que disfruta de la vida sin ataduras. Sobra decir que La edad de la inocencia es una novela feminista que nos hace ver el precio que habrían de pagar las mujeres de esta época, incluso las adineradas, por obtener su parte de libertad. Pero, ¿de qué les servía si se enamoraban de hombres que no querían ser igualmente libres?
La edad de la inocencia es una gran novela con la que conocer cómo era la alta sociedad de finales del siglo XIX, pero también, gracias al esmero con el que su autora se empeña en describir absolutamente todo, cómo eran las costumbres de la época, el vestuario, la rica arquitectura… La obra, además, y fundamentalmente, nos hace preguntarnos qué es mejor para el individuo: acatar las estrictas normas morales de una sociedad superficial e hipócrita o hacer lo que el corazón dicte con tal de ser feliz.
La presente edición de Cátedra, elaborada por Teresa Gómez Reus, consta de una extensa introducción que nos habla de Edith Wharton, de su vida y obras, y un no menos amplio análisis de la novela que enseguida conocerán los lectores. Asimismo, nos encontramos, a lo largo de la lectura, con una buena cantidad de notas y aclaraciones que nos harán comprender mejor esta obra tan interesante como crítica y necesaria.
La edad de la inocencia, en definitiva, es una excelente novela con la que conocer de forma exhaustiva la sociedad neoyorkina de finales del siglo XIX, los problemas con los que debían enfrentarse aquellos que no querían salirse de las normas y los que sí afrontaban los miembros de la sociedad que, a ojos de los demás, caían en desgracia por hacer las cosas de forma diferente a los demás. Una obra sobre la hipocresía de los convencionalismos, el amor y  la felicidad que está esperando a que la leas para que tú también te hagas ciertas preguntas. Dicho esto, ¿a qué esperas para hacerte con ella?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.