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jueves, 2 de agosto de 2018

Reseña: NINGUNA MUJER HA PISADO LA LUNA, de Kike Parra Veïnat.


Título: Ninguna mujer ha pisado la luna
Autor: Kike Parra Veïnat
Publica: Relee
Páginas: 182
Precio: 17 € / 5,95 € (ebook)

Hay títulos que parecen elegidos al azar por el que publica un libro. Otros, nos resultan atractivos al primer vistazo. Unos cuantos más, solo cobran sentido para el lector una vez acabada la lectura. Y luego están aquellos que parecen encerrar un gran misterio que, sin duda, será algo distinto para cada una de las personas que lean la obra. Dentro de esta última categoría encuadraría yo el título del libro de Kike Parra Veïnat que vamos a comentar hoy: Ninguna mujer ha pisado la luna.
A pesar de que vivimos en un mundo con prisas, en el que parece que para que algo sea verdaderamente bueno ha de ser cada vez más breve, especialmente en el campo del relato, nos encontramos con Ninguna mujer ha pisado la luna, un volumen compuesto de ocho relatos largos, ocho historias para leer con calma, mente abierta y ganas de reflexionar mientras nos dejamos transportar tal vez no a la luna, pero sí a cruceros de final incierto, el Berlín del día de la caída del muro, la brillante ciudad de Nueva York, la rutilante urbe de Las Vegas, un búnker reconvertido en refugio para cazadores pudientes o una idílica casa de campo en verano, entre otros muchos lugares.
El título del libro se lo cede el quinto de los cuentos, uno de los dos en los que el narrador no cuenta una experiencia biográfica desde la posición de la primera persona, sino la aterradora historia de una mujer, inmigrante ilegal para más señas, que ve cómo tantos unos como otros están dispuestos a abusar de ellas en repetidas ocasiones. Curiosamente, el tema del abuso sexual es tratado también desde la perspectiva del narrador omnisciente, al menos parcialmente ya que ciertas partes del relato están narradas en primera persona, en El cuarto oscuro, una historia en la que conoceremos la parte menos brillante del mundo de la fotografía de élite, la ambición y los dudosos valores éticos de dos de sus personajes.
El libro no comienza, sin embargo, con el relato que le da su título, sino como Trepar a un árbol, saltar las olas, un cuento en el que todo gira alrededor del naufragio de un crucero, pero también de la relación del protagonista con su amante y del mismo con su padre. Comprenderemos, después, al leer La vida de siempre de Markus Reinmann, la historia de un hombre que ve cómo su vida se desmorona tras la huida de la Alemania del este de su hijo y la muerte de su mujer, que en este libro van a primar, entre otras cosas, las relaciones entre padres e hijos, muchas de las veces, rotas e irrecuperables.
El tercer relato, Si puedes salvarme, es una historia también de fracaso: el de un actor de doblaje que descubre que el actor americano al que siempre doblaba, ha muerto justo antes de que él lo conociera. Al fracaso profesional, al menos desde el punto de vista del actor, se suma el de su matrimonio, aunque, en esta ocasión, tal vez la relación con su hija no esté perdida del todo. Otro relato que nos habla, por cierto, de relaciones de padres e hijos, en este caso, de una hija y su padre, que no está perdida, y en la que las relaciones sexuales de carácter tortuoso también, como en Si puedes salvarme, están muy presentes, es el último del volumen: Tantas veces como amor, una historia muy veraniega que nos hace viajar a la época de autodescubrimiento de su protagonista durante unas vacaciones en la casa de campo de su padre.
No solo hay relaciones de padres e hijos complicadas en este libro: también las hay de pareja, como vemos en Trepar a un árbol, saltar las olas, Si puedes salvarme, El cuarto oscuro y El búnker. En El búnker tenemos la particularidad de encontrarnos con que la otra parte de la pareja, la amante del protagonista narrador, ya no está viva, por lo que será imposible recuperar su amor. Lo que sí encontramos por parte de ella es una interesante carta con una importante confesión, la misma que determinará cómo se sucedan los hechos durante el fin de semana que nuestro hombre ha de pasar con su hermano y su sobrino en el búnker para cazadores pudientes de la familia.
De todos los relatos de este libro sin duda mi favorito es No existe Lucy, una historia de corte fantástico, o al menos eso me gusta pensar a mí, en la que vemos a una familia desdichada intentando llegar a un gobernador americano para que le facilite una vivienda social. Se trata este de un relato divertido a la par que trágico que nos viene a mostrar una de las partes oscuras del mundo en el que vivimos. Una historia tan entretenida como cargada de significado.
Ninguna mujer ha pisado la luna, en definitiva, es un libro de cuentos singulares en los que nadie viaja a la luna, pero sí a otros sitios igualmente interesantes para el lector. Lugares en los que conocer las dudas de sus personajes, sus miedos, sus faltas y todo aquello que no les permite ser felices. Es esta una obra sobre relaciones personales, secretos y viajes más interiores que exteriores con los que estoy segura de que todos los amantes del buen cuento disfrutaréis, aunque siempre, seguro también, encontrando significados distintos de los que descubran los otros lectores. ¿Os atreveréis con este viaje?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.