Título: Noche que te vas, dame
la mano
Autor: Mario de los Santos
Publica: Editorial Candaya
Páginas: 304
Precio: 18 €
La llegada de un gran congreso, una feria
internacional o una exposición universal puede ser una gran oportunidad para
una ciudad y sus habitantes, sobre todo para aquellos que se dedican a la
hostelería y a la construcción. Este cambio, sin embargo, no sería favorable
para todos. Como para los inquilinos de los edificios más codiciados, esos que
hay que remodelar para convertir en hoteles de lujo. Podríamos estar hablando
de unas monjas de clausura, precisamente las que conoceréis en Noche que te vas, dame la mano, la
novela de Mario de los Santos. Si queréis saber un poco más de este libro, no
tenéis más que seguir leyendo este artículo.
El convento de las
Hijas Dolientes de Santa Inés de Montepulciano corre peligro: un importante constructor
quiere transformarlo en un hotel de lujo de cara a la exposición universal que
se va a celebrar en la ciudad, y pretende conseguirlo a toda costa. El problema
es que las monjas se resisten a su salida. Con tal de conseguir pagar el diezmo
que de pronto les reclama la iglesia han recurrido, incluso, al negocio del
sexo por internet. A este nuevo servicio de las religiosas se conectará un
director de banco al que su mujer acusa de haber abusado sexualmente de su
hija. Este, a su vez, conoce casualmente a la esposa del constructor, una mujer
desahuciada que busca la felicidad en sus últimos meses de vida. Tras el gran
suceso que tendrá lugar en el convento y en la casa del constructor, entrará en
acción un policía que mientras investiga lo sucedido, se enamora de la chica a
la que sus compañeros y él acosaban en el colegio.
Me parece estupendo que
los espacios que antes fueran de la Iglesia adquieran otro uso cuando precisamente
esta decida venderlos o cederlos. El problema surge cuando el espacio aún está
ocupado y las personas que las ocupan no quieren dejarlo. El dinero parece más
poderoso que la fe en el caso de las monjas montepulcianas que conoceremos en
la primera de las cuatro partes de las que consta este libro. También parece,
en su historia, que el pecado siempre es perdonable cuando se realiza con fines
más excelsos que solo el placer. Un pecado continuado en el tiempo que ha de
cometer la más joven de las monjas con tal de conseguir ese dinero que haga que
todas puedan seguir con su clausura y su silencio. Es entonces cuando las
monjas empiezan a morir. ¿Será por la edad o por algo más?
En la segunda parte, la
única narrada en segunda persona cuando el resto del libro nos llega de la mano
de una voz omnisciente, conoceremos en profundidad al director de banco
dispuesto a ayudar a las monjas a averiguar la verdad de lo que pasa entre sus
muros. Esta misión supondrá para él una manera de distraerse de sus
pensamientos, que siempre le llevan a su mujer, de la que se distanciara tras
el nacimiento de su hija, y las graves acusaciones que ella ha vertido sobre
él. Para llegar al fondo de la cuestión, nuestro personaje deberá mantener
relaciones con la esposa del constructor interesado en el convento. ¿Acabará
enamorándose de ella? ¿Y ella de él?
La tercera parte del
libro nos dará a conocer a la esposa del constructor, una mujer aún atractiva y
joven a la que le quedan pocos meses de vida y pretende hacer con su tiempo lo
que nunca pudo. Aunque quiere a su marido, decide, como él siempre ha hecho,
conocer otras camas. El final de su historia será tan inesperado para ella como
para los lectores.
En la cuarta y última
parte de este libro sobre personajes de intrincada psicología, mentes ancladas
en pasados tortuosos y anhelos imposibles, conoceremos a uno de los policías
que ha de resolver un par de casos en los que parece estar involucrado el
constructor. Mientras sus compañeros buscan pistas, nuestro agente se dedicará
a seguir a una antigua compañera de clase, una chica a la que sus amigos y él
se dedicaban a molestar.
Noche
que te vas, dame la mano es un verso de Alejandra Pizarriz,
el estribillo de una canción de Los Suaves (grupo omnipresente en este libro,
por cierto) y el título de una historia de historias que ahonda en la soledad
de cuatro personajes, en sus carencias, sus gustos musicales, sus
arrepentimientos y sus pocas esperanzas de futuro. Se trata esta de una atípica
novela negra que nos hace reflexionar sobre lo que creemos que los demás
piensan de nosotros, lo que nosotros pensamos de nosotros mismos y sobre la especulación
inmobiliaria y la ambición desmedida que nos rodea. Un libro, en definitiva,
que está esperando que lo descubras para desvelarte toda su verdad.
Cristina Monteoliva