Título: El cuento de la criada
Autora: Margaret Atwood
Traducción: Elsa Mateo Blanco
Publica: Salamandra
Páginas: 416
Precio: 19 € / 11,99 € (ebook)
Imagina que un buen día vas a pagar con
tu tarjeta de crédito y esta no funciona. Al volver a casa, descubres que tu
cuenta bancaria ha pasado a pertenecer a un familiar, así como todas tus
posesiones. Te enfadas y discutes, pero no sirve de nada: el gobierno incluso
ha hecho que tu jefe te despida y tu vida dependa de unos extraños. Suena
horrible, ¿verdad? Pues esto, o algo bastante similar, les está sucediendo a
muchas personas, sobre todo mujeres, en varios países del mundo en estos
momentos. También es el punto de partida de El
cuento de la criada, la novela de Margaret Atwood de la que hoy quiero
hablaros.
La protagonista de esta
historia guarda en secreto su verdadero nombre, aquel que le pusiera su
aguerrida madre feminista hace treinta y tres años. Desde hace un tiempo se
llama Defred. Este nombre hace alusión al dueño de la casa en la que vive: su
propietario. Este hombre, un comandante del nuevo orden establecido en la
República de Gilead, lo que antes se conocía como los Estados Unidos de
América, y su esposa la quieren para una sola cosa: para que les dé un hijo. Si
Defred no lo consigue en un tiempo estimado, será trasladada a otra casa o
retirada a un lugar horrible en el que sin duda morirá por culpa de la
contaminación. Si no fuera una de las pocas mujeres fértiles que quedan en el
país, tal vez su vida fuera mejor. O tal vez peor. En todo caso, Defred está
sola y necesita contar su historia a alguien, aunque ese alguien tarde mucho en
leerla. Y tal vez, algún día, encontrar la manera de escapar del infierno que
le ha tocado vivir.
La protagonista y
narradora de esta angustiosa historia es una mujer de treinta y tres años madre
de una niña y esposa de un hombre que, en el momento en el que comienza su
narración, no sabe si aún vive o muere. En el pasado, su título universitario
le permitió tener un trabajo que le gustaba, y las leyes del país, poder
relacionarse con quien le diera la gana, disponer de su dinero a su antojo y
gozar de plenas libertades. Pero entonces hubo un golpe de estado. Con la
excusa de proteger a los ciudadanos del terrorismo islámico, un grupo de
fundamentalistas cristianos asesinaron al presidente, acabaron con el congreso
e hicieron que la constitución dejara de tener valor. Después le quitaron todos
los derechos a las mujeres y tomaron a las fértiles para instruirlas y
utilizarlas como madres de la próxima generación de gobernantes. Por eso la que
ahora ha de llamarse Defred se encuentra en la casa del comandante, viviendo
junto a su esposa, una vieja gloria venida a menos, y dos criadas que la
detestan, relatando su historia a manera de cuento.
¿Qué harías tú en su
lugar? Seguro que intentarías buscar un aliado, un amigo. Pero cuando todo el
mundo tiene el cerebro lavado y la vigilancia es tan estricta, ¿cómo hacerlo?
Defred lo intenta, claro que sí. Se siente terriblemente sola y necesita
alguien con quien hablar. Atrás quedaron su marido, su hija, su madre y su
mejor amiga. Todos, en su soledad, parecen más valientes que ella. Pero Defred
aún está viva y sus deseos son fuertes. Tal vez solo haya que tener paciencia y
esperar. Pero, ¿qué?
Me interesé por El cuento de la criada en cuanto supe
que había una adaptación para la televisión en forma de serie. La novela fue
escrita por Margaret Atwood hace treinta y tres años y, sin embargo, compruebo
tras la lectura que la historia de Defred no puede ser más actual. Así, la
excusa de la amenaza externa ha sido la excusa perfecta para imponer regímenes
en los que la política y la religión fanática se unen íntimamente a lo largo y
ancho del mundo en los últimos años. También en todos estos casos reales, como
en la novela que nos ocupa, las mujeres suelen tener las de perder, obligadas a
vestir de una forma determinada, a casarse con hombres impuestos, a vivir sus
vidas de una forma nada libre. El cuento
de la criada, por tanto, es una ucronía, pues lo que nos cuenta no llegó a
suceder en la época que la autora calculada; pero también una distopía, pues,
como digo, la historia en sí es totalmente atemporal. Terriblemente vigente.
Es la primera vez que
leo una obra de Margaret Atwood y no creo que sea la última. Lo cierto es que
su prosa, inteligente, ágil, crítica, sarcástica y profunda, me ha resultado
tan cautivadora como el personaje que ha trazado a la perfección para transmitírnosla,
la pobre Defred. Esta autora posee una voz única y potente, lo que hace de esta
historia algo tan fascinante como temible.
El
cuento de la criada, en definitiva, nos muestra el
testimonio de una mujer terriblemente sola que siente la necesidad de contar al
mundo lo que le sucede en su cautiverio, a veces desde una forma objetiva, a
veces distorsionando la realidad para que esta no le haga tanto daño. Esta es
una magnífica novela de ciencia ficción y terror con tintes feministas, pero
también una historia de superación y esperanza. Y mucho más. Pero paro ya de
contar. Es hora de que también vosotros conozcáis esta gran obra y que si llega
lo peor, que el desconocimiento no sea vuestra excusa.
Cristina Monteoliva