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domingo, 26 de marzo de 2017

Reseña: ORFANCIA, de Athos Zontini.

Título: Orfancia
Autor: Athos Zontini
Traducción: Isabel González-Gallarza
Publica: Destino
Páginas: 272
Precio: 18 € / 9,99 € (Epub2)

En tu infancia, ¿eras de los que se terminaban toda la comida del plato sin rechistar o, por el contrario, tu madre tenía que estar detrás de ti para que al menos comieras algo? Si tu caso era el segundo, ¿llegaste en algún momento a pensar que la actitud de tus padres, tan obsesionados por tu alimentación y por verte crecer, era sospechosa? Probablemente no. Pero, ¿y si lo hubieras hecho? La respuesta a esta última pregunta puede que la encuentres en Orfancia, la original novela de Athos Zontini de la que hoy os vengo a hablar.
El narrador y protagonista de esta historia es un niño italiano de ocho años que apenas come. Sus padres, en especial su madre, se desviven por hacer que el chico pruebe bocado. No es que este niño sea un tanto delicado para la comida: es que no quiere comer absolutamente nada. Todos los días se esfuerza por no tener hambre y todo lo que le hacen comer, corre a vomitarlo a escondidas. ¿Por qué hace esto? La respuesta es tan lógica para él como asombrosa para cualquier otro: sus padres quieren comérselo.
La historia comienza en una localidad indeterminada de Italia en primavera, en la casa de esta particular familia compuesta por dos preocupados progenitores, dos simpáticos perros y un niño que no quiere comer, y termina en el mismo lugar en invierno. A lo largo de las cuatro estaciones del año, veremos cómo piensa este chico sin nombre, la forma que tiene de relacionarse con su entorno, las preocupaciones de sus padres, etc. También comprobaremos que incluso alguien como él, de creencias tan arraigadas, es capaz de cambiar de ideas gracias a los estímulos adecuados durante el verano, en la isla donde sus padres suelen pasar las vacaciones, si bien esos estímulos nos pueden resultar un tanto impactantes.
Esta historia podría parecer, a simple vista, sencilla, cuando no lo es en absoluto. Lo cierto es que en ella hay muchos temas que podrían debatirse. El primero de ellos, la visión que tienen los niños de sus padres y la manera poco adecuada que tenemos los adultos de acercarnos a ellos a veces. En segundo lugar, yo hablaría de la fuerza que pueden llegar a tener algunas de las creencias que adquirimos en la infancia. Después, podríamos discutir el tema del acoso en las escuelas, un problema tan en boga últimamente como espinoso, pues su resolución no parece fácil. Tampoco podríamos olvidarnos, una vez terminada la lectura del libro, de hablar sobre la naturaleza violenta del ser humano. También yo destacaría la indolencia que algunos niños pueden tener a la hora de hacer daño a otros seres vivos. Y muchas cosas más, pues, como digo, esta novela que para muchos podría resultar un tanto lineal, más o menos lógica en su desarrollo y hasta simple, no lo es en absoluto cuando se observa con detenimiento todas y cada una de las cosas que nos cuenta este chico inapetente a lo largo de un año de su vida.
El final de la historia resultará sorprendente a muchos lectores. Yo creo que ocurre justo como lo esperaba, aunque tal vez de una forma un poco más precipitada de lo que me hubiera gustado. No obstante, la metáfora que encierra dentro este final, ese mensaje tan ambiguo como rico que permanece en la mente días después de cerrar el libro, me ha satisfecho sobremanera, por lo que puedo decir que esta novela es digna del reconocimiento que la precede.
Orfancia, en definitiva, es una obra de narrativa literaria que, sin embargo, puede clasificarse también como una novela fantástica, un cuento de hadas de nuestro tiempo o un thriller poco convencional. Sea como sea, lo que no cabe duda es que esta historia tan diferente, tan fresca, aporta a todos los que la leen una visión distinta de la infancia, la paternidad, las creencias, la soledad y los miedos, e invita a reflexionar sobre un sinfín de temas, algunos universales, otros hijos de nuestros tiempos. Así que, amigos lectores, si estáis buscando una lectura que no os deje indiferente, que despierte en vosotros sentimientos encontrados y que os haga incluso plantearos la naturaleza del ser humano, no lo penséis más: tenéis que haceros ya con un ejemplar de Orfancia.
Cristina Monteoliva