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sábado, 27 de febrero de 2016

Reseña: HERMANA, de Rosamund Lupton

Título: Hermana
Autora: Rosamund Lupton
Traducción: María Alberdi
Editorial: Principal de los Libros
Págs: 464
Precio: 22,50 € / 4,99 € (ebook)

La pérdida de un familiar joven es algo para lo que nunca se está preparado. Si además esta pérdida se produce de forma rápida, repentina, el impacto en el entorno puede ser terrible. Es como si te hubieran arrancado una parte de ti mismo y, por más que intentas superar el trance, no lo consigues del todo. La mayoría intentamos encontrar una explicación que nos consuele. A veces esta no existe, pero otras, sí. Este es el punto de partida de Hermana, la novela de Rosamund Lupton que hoy comentaremos.
Beatrice y Tess son hermanas, también las mejores amigas del mundo. Aunque un océano las separa, ambas se sienten siempre muy unidas. No es de extrañar, por tanto, que la muerte de Tess conmocione severamente a Beatrice. La mayor de las hermanas vuela desde Nueva York, su lugar de residencia, a Londres ya no solo para asistir al funeral de la joven Tess, sino también para averiguar qué es lo que le pasó a su querida hermana. Y es que aunque todos creen que Tess se suicidó tras dar a luz a un bebé muerto, Beatrice está convencida de que alguien la asesinó. Beatrice no parará hasta encontrar al asesino. Pero, ¿y si el asesino va también a por ella?
Beatrice, la narradora y protagonista de esta novela, es una mujer que se esconde tras un trabajo importante en Nueva York y una relación de pareja que en realidad no la llena. Si hay alguien que lo sabe bien es Tess, su hermana pequeña, la valiente de la familia y su mayor apoyo. Cuando Tess fallece de forma repentina y violenta, Beatrice deja todo, su trabajo y su relación, por averiguar en Londres qué es lo que verdaderamente sucedió con la pequeña de la familia durante los últimos días de su vida. Beatrice se nos muestra así como una mujer fuerte a la vez que frágil, una persona que ha de encontrar su lugar en el mundo después de la desaparición de un pilar muy importante de su vida.
Hermana no es solo una novela original por la mezcla de géneros, los de la novela más intimista con el del thriller policiaco, sino también por la manera en la que la narradora, Beatrice, cuenta la historia. Encontramos así que la mayor parte de la historia es relatada como una larguísima carta que Beatrice le dedica a la desaparecida Tess. El tiempo presente, en el que Beatrice relata los detalles del caso a un miembro de la fiscalía, y los del pasado se intercalan hasta un sorprendente final, uno de aquellos que nos hace entender la genialidad de la autora a la hora ya no solo de resolver la trama, sino también de engañarnos con su prosa.
La enfermedad, concretamente la fibrosis quística, es un tema muy presente en la narración. Este mal fue el que acabó con el hermano de las protagonistas cuando este era un niño, también el que se supone que tenía el hijo no nato de Tess. Tess se sometió a un experimento que se suponía habría curado a su bebé. Sin embargo, este nació muerto por otras causas. Beatrice tendrá que averiguar por qué esto fue así y si los dos sucesos, la muerte del bebé y la de Tess, están relacionados de alguna manera.
Hermana, en definitiva, es una estupenda novela negra que por su intensa carga sentimental hará que hasta el más duro de los lectores se estremezca. La novela es original, emocionante, francamente inolvidable tanto por la trama en sí como por la calidad de su prosa; una lectura ideal tanto para los amantes del género policíaco como para los que buscan cierta profundidad en las historias que eligen. Creedme cuando os digo que este libro merece la pena. Casi tanto como la búsqueda de la explicación de una muerte francamente inexplicable.
Nos es imposible entender la muerte, más aún cuando esta es la de un familiar joven. A veces se debe a una enfermedad, otras a un accidente. Otras veces, sin embargo, las causas no están nada claras y hay que esforzarse por encontrarlas. Descubre hasta qué punto en Hermana, una novela de amor más allá de la muerte que hará que te conmuevas.
Cristina Monteoliva