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sábado, 21 de noviembre de 2015

Reseña: EL CUERPO SECRETO, de Mariana Torres.

Título: El cuerpo secreto
Autora: Mariana Torres
Edita: Páginas de Espuma
Páginas: 136
Precio: 14 €

A menudo echamos la vista atrás, hacia nuestra infancia, con la esperanza de recuperar parte de aquella inocencia, de aquella magia, de aquella luz que iluminaba nuestros pasos. Intentamos no recordar el dolor, los instintos básicos que nos movían, lo unidos que estábamos en realidad a cualquier cachorro de mamífero. Y, sin embargo, ahí está todo, lo bueno y lo malo, lo alegre y lo triste, lo valiente y lo cruel, pienso tras la lectura de El cuerpo secreto, el libro con el que se estrena en el mundo del cuento (editorialmente hablando), Mariana Torres, de la mano de Páginas de Espuma.
El cuerpo secreto es un volumen compuesto por un total de treinta y cuatro relatos de extensión variable (desde el microrrelato hasta el relato largo que amenaza con convertirse en novela corta), todos ellos con un tema común (aunque en algunos se vea más claro que otro): la infancia.
Aunque en este libro hay tanto narradores en primera persona como en tercera o en primera, casi nunca encontraremos narradores protagonistas. Por lo general, el narrador, tenga la voz que tenga, nos habla del actor principal desde la cercanía familiar o la del amigo, casi siempre con un tono maduro, por lo que hemos de pensar que ha pasado algún tiempo entre la historia y la narración en sí.
El libro comienza con El hombre araña, una historia desconcertante que nos habla de un niño que tiene una caja de tesoros muy especial. Creo, sin duda, que este es un buen punto de partida, pues precisamente este cuento nos da idea de lo que vamos a encontrar a lo largo de este libro: infancia, inocencia, instintos primarios, crueldad, alegría, desconcierto, inquietud, misterio…
La infancia es un territorio fantástico donde la ilusión y la realidad pueden llegar a confundirse. Aunque muchos crean que lo fantástico es siempre algo bueno, muchos sabemos que también puede esconder cosas terribles, miedos inenarrables. De eso nos damos cuenta precisamente en los siguientes relatos: Esos niños que lloran, El monstruo está despierto y La planta que grita.
En este lado fantástico de la infancia hay niños que se salen de lo común por su extraña anatomía. Aunque nos puedan dar pena, lo cierto es que no todos ellos sufren, ya que casi todos ellos tienen asumidas sus limitaciones. Conoceremos  a estos niños en relatos como: El otro lado, El niño pera, Árbol monstruo niño árbol, Época de muda, El otro, Fuego, El grito y Como cuando era niño.
Los niños con trabas físicas, por desgracia, no solo son cosa del mundo de la fantasía. Todos hemos conocido alguno al menos una vez en nuestra vida y sabemos lo cruel que pueden ser los demás niños con ellos, la manera positiva que tienen de llevar sus limitaciones físicas o, por el contrario, lo difícil que se les hace enfrentar la vida con la anatomía que la naturaleza les ha dado. De todo esto nos deja constancia en este libro cuentos como Estrella caída, El corsé y la niña, El cuerpo sólido, Los niños rotos y Volver a la tierra.
Volvamos a lo fantástico para mirar por un momento con los ojos despiertos de un niño. Seguro que descubrimos cosas la mar de curiosas de este modo. Seres fascinantes que aparecen donde no deberían, fenómenos meteorológicos singulares, etc. De esto y mucho más nos hablan los relatos titulados Escarcha, Crucero, Después de la caída, Desierto, Pólvora, Terrario y Surcos.
El tema de la infancia, como vemos, se puede abordar desde muy distintos puntos de vista. Admito que, en este libro, me han gustado especialmente todos aquellos que tenían que ver, de una forma u otra, con el núcleo familiar. Estos relatos nos hablan de niños que recuerdan episodios familiares de su infancia, padres que recuerdan la infancia de sus hijos y hijos que recuerdan a sus padres tal y como eran cuando ellos eran niños. Los cuentos con esta temática se titulan: El entierro, Mi padre, Palomitas de maíz, Todo tan blanco, El camino a Oh, Tierra madre, Nido, Todos los colores y La máquina.
He dicho antes que este libro comenzaba dejando muy buen sabor de boca. Como era de esperar, la última pieza de este volumen, no iba a ser menos. De hecho, En la cuerda floja, el relato final, es mi favorito de todo el volumen. En esta historia, la infancia ha quedado atrás para los personajes, pero no olvidada. El protagonista, un equilibrista, acude al funeral de la mejor amiga de su niñez. Lo que pasa durante la trama me parece tan razonable como triste. Este es, sin duda, el relato que más me ha dado que pensar, pues su historia me ha resultado la más cercana. Una historia que nos podría pasar a cualquiera de los lectores.
El cuerpo secreto, en definitiva, es un libro lleno de historias increíbles, a veces alegres, a veces siniestras, que prometen no dejar al lector de ninguna forma indiferente. Escritas todas ellas con un estilo único, con una voz brillante, estos cuentos exploran la infancia desde múltiples puntos de vista, sobre todo desde el fantástico real o imaginario. Un libro este, sin duda, que los amantes de los relatos originales no deberían dejar escapar. ¿Lo harás tú?
Cristina Monteoliva