Título: Desconexión
Autor: Neal Shusterman
Traducción: Adolfo Muñoz
Editorial: Anaya
Págs: 416
Precio: 16 €
No sé si hay más chicos conflictivos hoy
en día que en el pasado. El caso es que estos destacan lo suficiente como para
que incluso se hagan programas de televisión en los que se intenta reeducarlos
de mil maneras. Imagino el gran problema que tienen que suponer estos jóvenes
rebeldes para sus padres, sus profesores, toda la sociedad cuando interactúan
con ella. Lo que jamás hubiera imaginado es que se pudiera tomar con ellos
medidas tan radicales como las que nos plantea “Desconexión”, la novela de Neal
Shusterman.
Connor ha llegado al límite de su
rebeldía según sus padres, por eso estos han decidido desconectarle. El chico
descubre la decisión de sus progenitores justo a tiempo de escapar. Las cosas,
sin embargo, no resultarán tan fáciles como pensaba, y tras un grave altercado
en una autovía, Connor se unirá en su huida a Risa, una chica huérfana a la que
el estado quiere desconectar simplemente por no seguir manteniéndola, y a Lev,
un chico muy religioso cuyos padres quieren desconectar en calidad de diezmo
entregado a Dios. A partir de entonces, los tres adolescentes, a veces juntos,
a veces separados, lucharán con todas sus fuerzas para llegar con vida hasta el
final de esta historia que a nadie dejará indiferente.
El futuro es un lienzo en blanco en el
que cualquiera puede pintar lo que desee. Al fin y al cabo, ¿qué hace que un
posible futuro sea más certero que otro, cuando lo más probable es que al final
ninguno acertemos? Lo único cierto es que algunos de estos futuros imaginados
sólo sirven para entretenernos. Otros tantos, por fortuna, hacen que no sólo
pasemos un rato emocionante y divertido, sino que además nos planteemos ciertas
cuestiones morales que sin duda también nos afectan hoy en día. Este es el caso
de “Desconexión”, una novela juvenil que recuerda mucho a las aventuras de las
películas de los años ochenta, por el espíritu heroico de sus protagonistas, lo
bien perfiladas que están sus personalidades y los principios que los mueven,
pero que además nos hace pensar en el tema del aborto y el derecho a la vida
desde un punto de vista muy novedoso.
Para entender la esencia de esta obra
hay que explicar que la acción nos traslada a un hipotético futuro que poco se
diferencia de nuestro presente en cuanto a tecnología y formas de vivir se
refieren. Este futuro es posterior a la Segunda Guerra Civil Americana, una
cruel contienda en la que midieron sus fuerzas tanto los que estaban en contra
del aborto como los que defendía la libre elección. La guerra acabaría en
tablas, y con una extraña decisión: la de imponer la “desconexión” como medida
opcional para padres de hijos entre trece y dieciocho años. La desconexión, un
secreto para muchos (no para los que hemos leído ya esta novela), no supone la
muerte, sino una vida “divisa”. La cuestión es: ¿qué diferencia esta medida a
la condena a muerte? ¿Por qué una sociedad se deshace de sus hijos cuando estos
parece que estorban? ¿Y por qué entre los trece y los dieciocho años, no antes
ni después? Las respuestas a estas preguntas y a muchas otras que os iréis
haciendo a lo largo de la lectura de esta interesantísima novela las
encontraréis a lo largo de sus páginas.
“Desconexión”, en definitiva, es una
novela juvenil con la que disfrutarán muchos adultos tanto por lo bien escrita
que está, por la naturaleza de sus protagonistas, las distintas situaciones que
los personajes viven y las cuestiones morales que nos plantea el futuro en el
que transcurre la trama. Adéntrate ahora en el mundo de Connor, Risa y Lev,
descubre su pasado, sus motivaciones, lo que les impulsa a seguir adelante en
un mundo tan cruel con los jóvenes. Estoy seguro de que tanto si eres defensor
del derecho al aborto como si estás en contra disfrutarás de esta gran aventura
que, además, te hará replantearte muchas cosas sobre tan delicado asunto.
Es difícil saber qué hacer con ciertos
chavales rebeldes. Cada uno es un mundo y a veces solo gente muy preparada
puede acercarse a ellos para ayudarles a encontrar otro modo de vida. Ojalá, no
obstante, nunca se lleguen a tomar medidas tan radicales como nos plantea
“Desconexión”, una novela juvenil diferente que sin duda te sorprenderá.
Cristina Monteoliva