Todos sabemos que hay muchas empresas y
personas poderosas a las que no les interesa hablar de cambio climático, medio
ambiente ni nada que pueda enfrentarse a sus intereses. Estos entes, además,
estarían dispuestos a cualquier cosa con tal de llevar a cabo proyectos que les
reporten grandes dividendos. ¿Y si alguien se opone? Sadie, la protagonista de El lago de la creación, la narradora y
protagonista de la novela de Rachel Kushner Finalista del Booker 2024, nos
cuenta qué es lo que les pasaría. Os doy más pistas en esta reseña.
Tras ser expulsada del
FBI por un terrible error, Sadie Smith decide ponerse a las órdenes de empresas
e instituciones privadas para velar por sus intereses. Básicamente, Sadie se
encarga de infiltrarse en comunas ecologistas con el fin de convertir a sus miembros
en ecoterroristas, primero, y neutralizarlos más tarde. Su última misión la
llevará a Francia, concretamente a una región rural llamada La Guyena. Allí
entablará relación con Le Moulin, una comuna dirigida por el narcisista Pascal
Balmy, uno de los seguidores del filósofo autodidacta Bruno Lacombe, verdadero fanático de los neandertales que
aboga por la vuelta del hombre a la caverna. Esta podría ser una misión
cualquiera, pero conforme Sadie conozca más sobre las teorías de Lacombe y
tenga más relación con los miembros de Le Mouline, puede que algo cambie en
ella. ¿Conseguirá finalmente llevar a cabo su misión?
Sadie Smith es una
mujer inteligente que pone todos sus talentos a disposición de las grandes
organizaciones del mundo y de sus intereses poco respetuosos con el medio
ambiente. Cínica y sabedora de su enorme atractivo sexual, no le cuesta
engatusar a cualquiera, como Lucien, ese director de cine que tiene una casa en
La Guyena, lugar en el que se asientan los moulinards, su próximo objetivo. Los
comuneros están en contra de un embalse pues el gobierno francés estaría
dispuesto a robar el agua para dársela a grandes corporaciones agrícolas. Sin
embargo, Sadie pretende que hagan algo más que atentar contra el embalse ¿Conseguirá
Sadie convencerles para que lo hagan?
Si os animáis con este
libro cargado de sarcasmo y situaciones disparatadas, todo esto que os acabo de
contar lo descubriréis conforme vayáis leyendo. Lo que quiero decir es que
buena parte del comienzo de esta historia son las teorías de Lacombe, que Sadie
no puede dejar de leer pues ha tenido acceso a los emails que el filósofo rural
envía a los moulinards, de tal forma que hasta cierto punto de la lectura he
tenido la sensación de que estaba ante un ensayo disfrazado de novela.
Las teorías de Lacombe,
disparatadas o no, están muy bien justificadas, lo que hace que Sadie se
enganche a ellas. La cuestión es: ¿llegarán a convencerla?
De los personajes
secundarios, por supuesto, destaban Pascal Balmy, el líder ecologista un tanto machista;
y Bruno Lacombe, del que tendremos noticias gracias a esos largos emails que
Sadie nos narra.
El
lago de la creación, en definitiva, es una obra compleja y
original que nos hace pensar en el mundo que habitamos, donde los poderosos parecen
tener siempre la última palabra. Una historia sobre la posibilidad de cambiar
de idea, de entender lo que antes no entendíamos, y de acabar encontrando un
camino distinto. Y tú, ¿a qué esperas a irte con Sadie a La Guyena para cambiar
de vida?
Cristina Monteoliva
