¿Crees en las brujas? Y
en el caso de que existan, ¿qué piensas que te llevaría a querer ser una de
ellas? La curiosidad, las ganas de empoderarte, una situación complicada… ¿Y si
fuera todo a la vez, como le ocurre a Fern y sus amigas en Brujería para chicas descarriadas? Me refiero a la última y
estupenda novela de Grady Hendrix. Si quieres saber de qué va, no tienes más
que seguir leyendo esta reseña.
1970,
Estados Unidos. Fern es una joven estudiosa y amante del teatro que sorprende a
sus padres quedándose embarazada de un chico que la rechaza al conocer la
noticia. Aunque le cueste entenderlo, Fern es una chica descarriada, una
vergüenza tanto para sus padres como para la sociedad, y su problema ha de ser
solucionado sin que los vecinos sospechen nada. Es por ello que su padre
conduce durante horas hasta Florida para dejarla en la Casa Wellwood, una
suerte de residencia en la que las adolescentes embarazadas pasan el tiempo
hasta que dan a luz, momento en el que son obligadas a dar a sus hijos en
adopción para retomar su vida de vuelta a casa en el momento en el que la
dejaron. Aunque los días en Wellwood son duros, Fern tiene tiempo de hacerse
amiga de Rose, Zinnia y la callada Holly, la menor de las tres. Cuando Holly
les cuenta su terrible secreto, Fern decide que tiene que hacer algo al
respecto. La oportunidad se presentará en forma de biblioteca ambulante. La
bibliotecaria, una mujer extravagante, le dará a Fern y sus amigas un manual
para brujas novatas. Un libro que hará que se sientan poderosas por una vez en
la vida. Lo que no saben es que todo tiene un precio, y a veces se paga con
sangre.
Esta
es la historia de Fern, una adolescente que comete la peor de las imprudencias
de su época: la de enamorarse de un chico y tener más que palabras con él. Fern
se queda embarazada y el chico no quiere hacerse cargo de nada, tampoco la
familia del mismo. Los padres de nuestra chica decidirán por ella: ha de
esconder su estado por todos los medios, y lo mejor es llevarla a una institución
donde se hagan cargo de la muchacha hasta el momento del parto. Después, Fern
dará a su hijo en adopción y volverá a casa, como si nada hubiera pasado. Como
si de verdad eso fuera posible.
En
la Casa Wellwood casi todas las jóvenes han de trabajar para pagar su estancia,
haciendo tareas domésticas, cosiendo, etc. La comida es un asco y el trato por
parte del doctor y la enfermera dejan mucho que desear. Por suerte, Fern conoce
a Rose, que estuvo una vez en una comuna hippie y sueña con largarse de nuevo a
una con su bebé cuando este nazca; Zinnia, la chica negra que toca el piano y espera
casarse con el padre de su hijo, también músico, cuando todo acabe; y Holly,
una muchacha de solo catorce años que parece menor, incluso, y que no habla.
Hasta que un día lo hace y cuenta su horrible secreto. Un secreto que hará que
sus amigas quieran ayudarla. Pero, ¿cómo?
En
este libro hay brujas bibliotecarias y hippies, libros mágicos y hechizos que
no siempre salen bien. Grady Hendrix es un autor especializado en terror y
horror y este de alguna forma tenía que aparecer en esta obra. Aunque he de decir
que esta historia no tiene tantas situaciones que den canguelo como otros de su
firma.
La
razón de lo que cuento en el anterior párrafo debemos buscarla en el apartado
de Agradecimientos de este volumen. Aquí, Grady empieza contando una historia
muy personal: nada más acabar la universidad, supo que una mujer de su familia
quedó embarazada en su adolescencia y fue obligada a permanecer en una
residencia especial hasta que tuvo el hijo, el cual la obligaron a dar en adopción.
Más adelante, otra familiar le confesaría que le había sucedido prácticamente
lo mismo. Estas historias impactaron profundamente al autor, hasta el punto de
querer investigar el asunto a fondo y decidirse por plasmarlo, con todo lujo de
detalles, todo en una de sus novelas: esta de la que os hablo.
Así
que, en definitiva, Brujería para chicas descarriadas no es solo una novela de terror
más con brujas malvadas, otras buenas y hechizos escalofriantes: es una magnífica
obra feminista que viene a denunciar el terrible trance por el que muchas adolescentes
tuvieron que pasar en Estados Unidos al quedarse embarazadas viviendo en una
sociedad machista y racista. Chicas que no entendían que su pecado fuera tan grave
y que, en la mayoría de los casos, no querían separarse de sus hijos. Jóvenes,
en el caso de esta obra, con una gran sororidad, capaces de hacer lo que fuera
por ayudar a una amiga. Mujeres valientes que, estoy segura, tienen mucho que
enseñarte. Y tú, ¿te atreverás a conocer su magia?
Cristina Monteoliva