La jubilación puede ser
una época ideal para por fin descansar después de una vida de dura trabajo,
viajar y conocer mundo o adentrarse en nuevas aficiones. Lo que no suele ser
muy usual es que una persona aproveche sus años dorados para resolver crímenes.
Este sería el caso de Judith, que junto a sus amigas más jóvenes, Suzie y
Becks, vuelve a la carga en La muerte
visita Marlow, la nueva novela de Robert Thorogood, para descubrir a un
nuevo asesino. Te cuento más sobre este caso en esta reseña.
Tras
un baño en el río un poco accidentado y una vez en casa, Judith recibe una
intrigante llamada de sir Peter Bailey, la celebridad local de Marlow. Sir
Peter va a celebrar esa misma tarde una fiesta previa a su boda con su joven
prometida Jenny y cree que es muy importante que Judith esté allí. Aunque
Judith no conoce en realidad a los novios, acaba yendo a la fiesta, donde se
encuentra con sus amigas Suzie y Becks, las mujeres con las que unos meses atrás
resolviera unos misteriosos crímenes ocurridos en el pueblo. Todo parece ir
bien hasta que se escucha un gran estruendo. Casi al instante, todos los invitados
descubren que sir Peter ha aparecido muerto en su estudio bajo el peso de un
enorme armario. Como la puerta estaba cerrada por dentro y no hay otros indicios
que apunten a lo contrario, la policía enseguida cree que ha sido un terrible
accidente. Judith, sin embargo, sabe que sir Peter ha sido asesinado y no
parará hasta descubrir al culpable. ¿Lo conseguirá?
Judith
es una mujer madura con tres grandes pasiones: bañarse desnuda en el Támesis, construir
crucigramas y resolver los crímenes que últimamente tienen lugar en el pueblo
de Marlow. Un buen día, tras uno de sus baños, recibe una llamada inesperada
que la lleva a una gran fiesta y a lo que parece un crimen. Varios son los
sospechosos: Jenny, la desdichada prometida del finado; Rosanna, la hija a
cargo de los negocios familiares que, sin embargo, no iba a heredar nada; y
Tristram, el impetuoso hijo segundo que se quedaría con todo tras la muerte de
sir Peter. Todo parece apuntar a este último, pero, ¿y si hay algo más?
Judith
es una mujer muy capaz, pero no va a estar sola en esta aventura. La acompañan
otras dos grandes mujeres: Suzie, la excéntrica paseadora de perros que quiere
triunfar en la radio; y Becks, la siempre sensata mujer del pastor local que,
por una vez en su vida, parece haberse descarriado. No podemos olvidarnos
tampoco de Tanika Malik, la subinspectora de policía, siempre tan disponible.
Hasta que el inspector, de baja durante un largo tiempo, vuelve para recuperar
su puesto. ¿Conseguirá Tanika convencerle de que hay que investigar este caso?
Decía
el 6 de marzo en el diario El País el editor David Remartínez que “a todos los
libros le sobran 75 páginas”. Muchas veces, he estado de acuerdo con esta
afirmación, aunque creo que no es el caso de La muerte visita Marlow, un volumen donde todo está perfectamente
calculado, de manera que las descripciones y diálogos son los justos; la
información suministrada, la precisa y al final todo encaja como en un buen
crucigrama.
También
dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Pues bien, aunque yo no he leído
El club del crimen de Marlow, el
primer libro de las aventuras detectivescas de Judith y sus amigas, puedo decir
que La muerte visita Marlow es un
gran libro. Y digo más: sin desmerecer a otros cozy crimes estupendos, este es el mejor que he leído hasta la
fecha. Un libro magnífico tanto por la trama, sus entrañables personajes y el
buen sabor de boca que deja tras la lectura. ¿Que si lo recomiendo? ¡Sin ninguna
duda!
Cristina Monteoliva