A no ser que el difunto
deje instrucciones antes de su muerte sobre cómo quiere que sea su funeral, la
mayoría de estos solemnes actos sociales se realizan al gusto de los familiares
y amigos. Y no sé tú, pero yo soy de las que piensa que los homenajes hay que
hacerlos siempre con el homenajeado presente, vivito y coleando. Es por ello
que la idea de un funeral en vida no me resulta disparatada. Si quieres saber
más sobre el asunto, aquí te vamos a hablar de Los oficiantes, la interesante novela de Steven Rowley que trata de
ello.
La
muerte de Alec en la universidad supuso un shock
para sus amigos. A todos ellos les hubiera gustado tener tiempo para
despedirse de él, pero eso no fue posible. Dispuestos a que no les pase lo
mismo en el futuro, los que quedan de la pandilla pactan volverse a encontrar
siempre que sea necesario para celebrar el funeral en vida de cada uno de
ellos. ¿Exactamente en qué momento? Cuando alguno se encuentre capeando una
crisis existencial importante. Hasta que llega el turno de Jordan. En su caso,
la cercanía de la muerte es una amenaza real. ¿Cómo se lo tomarán sus
compañeros? ¿Y el propio Jordan?
Aunque
esta novela no empiece con tal acontecimiento, podemos decir que la historia de
estos amigos con los funerales en vida comienza con la muerte en la universidad
de Alec. El hecho, del todo traumático para Jordan, Jordy, Naomi, Marielle y
Craig les hizo plantearse variados aspectos de su existencia, hasta el punto de
hacerles establecer el curioso pacto.
El
presente en esta historia es aquel en el que vemos a Jordan lidiando con un
cáncer terminal. El fin está cerca y no queda otra que hacer el funeral en vida
de rigor. La narración nos lleva al pasado en numerosas ocasiones para que
conozcamos cómo fueron los funerales en vida de todos los integrantes del
grupo. Aquí vamos a encontrar todo tipo de situaciones, desde las cómicas a las
dramáticas, siempre motivadas en inicio por un hecho traumático para el que lo
padece: una separación, la muerte de unos padres, un juicio que puede llevar a
alguien a la cárcel... Las conversaciones entre los personajes están cargadas
de intenciones, no hay ninguna que podamos clasificar como banal. Pero, ¿no es
acaso lo que merecen momentos de este tipo?
Los oficiantes es
una historia sin duda tan original como agridulce, una obra con la que celebrar
la vida y el amor entre unos amigos que saben estar juntos cuando es necesario.
Esta es una novela para pensar en lo que es importante y lo que es superfluo,
para, incluso, replantearse la existencia. Y tú, ¿estás dispuesto a ir a un
funeral de este tipo?
Cristina Monteoliva