Los internados en medio
del bosque parecen sitios de lo más seguros. Hasta que los sucesos extraños
empiezan a tener lugar. Sucesos, por ejemplo, en forma de asesinatos y
suicidios. Esta es la premisa de partida de La
casa de los suicidios el trepidante thriller
de Charlie Donlea del que hablaremos en esta reseña.
Los
chicos del internado Westmont, en Peppermill, tienen una tradición: jugar un par
de veces al año a El hombre del espejo en la casa abandonada del bosque. Por
desgracia, el juego no es tan inocente como parece, y hace un año dos alumnos
fueron asesinados mientras lo jugaban. Desde entonces, varios estudiantes se han
suicidado y Mack Carter le ha dedicado varios pódcast al asunto. Convencido de
poder llegar hasta el meollo de la cuestión, Mack se adentra en el bosque junto
a la periodista Ryder Hillier sin saber que esto supondrá su fin. Tendrán que
ser Rory Moore, la especialista en casos sin resolver, y su compañero Lane
Phillips, psicólogo forense de prestigio, los que desvelen el misterio que envuelve
a la no menos intrigante casa.
Todo
empieza en 2019, con lo que parecía ser un juego inocente. Por supuesto, no lo
es, y dos adolescentes acaban brutalmente asesinados. Será un año después
cuando por fin se descubra el misterio, no sin ciertas dificultades, ya que el
asesino, que por supuesto nada tiene que ver con el imputado en un principio,
es de lo más astuto.
En
esta novela coral nos encontramos con varios tipos de narraciones: el diario
del supuesto asesino, lo que ocurrió en 2019 y lo que sucede en el presente del
libro, en el 2020. Las tres narraciones se van intercalando conformando un
complicado puzle.
Con
respecto a los personajes, cuatro son los principales: Rory Moore, la
especialista en crímenes sin resolver con una personalidad peculiar; su compañero,
Lane Phillips, el gran psicólogo forense; la periodista Ryder Hillier y el
reportero de pódcast Mack Carter.
Como
todo buen thriller actual, La casa de los suicidios brinda al lector
un asesino inesperado, giros de locura y una trama original llena de acción,
misterio y sangre. Esta sería la segunda aventura del tándem Moore-Phillips,
como el propio autor nos indica una vez acabada la historia (la primera sería Hay quién elige la oscuridad). El libro
se puede, sin embargo, leer de forma independiente, por lo que no os va a
suponer ningún problema enfrentaros a esta interesante lectura. La cuestión es:
¿os apetece averiguar qué pasa en esta casa?
Cristina Monteoliva