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lunes, 18 de marzo de 2024

Reseña: LA LIBRERÍA DE LA ESPERANZA, de Stephanie Butland.

 

Se cumplen cuatro años de la declaración de estado de emergencia y los recuerdos de aquellos días de encierro forzoso permanecen todavía muy vívidos para muchos de nosotros. Hubo quien se refugió en la televisión o en el trabajo a distancia. Fuimos legión los que, por otra parte, nos aferramos a los libros. Pero, ¿qué pasó con las librerías cuando no podían estar abiertas? ¿Y si os digo que habría una que se convirtió en una especie de farmacia? Al menos, en la ficción. Se trata de La librería de la esperanza, de Stephanie Butland. Si quieres saber más sobre ella, no tienes más que seguir leyendo este artículo.

La pandemia de covid obligaría a cerrar muchos negocios durante un buen tiempo. Algunos, consiguieron reinventarse para seguir adelante. Esta es la historia de La librería de la esperanza, una de libros de segunda mano cuya dueña se llama Loveday y su gerente, Kelly. Durante años, la librería fue un espacio de encuentro de lectores, el lugar ideal para ir a buscar nuevas-viejas lecturas. Con las puertas cerradas, sin embargo, Loveday y Kelly no saben qué hacer para mantener a flote el negocio. Hasta que les llega la carta de Rosemary y George, dos profesores jubilados, que quieren pasar el tiempo leyendo los libros que las libreras les recomienden. Entonces surge la idea: ¿por qué no transformar la librería en una suerte de farmacia en la que se receten los libros justos a los lectores con problemas específicos? ¿No creéis que es una gran idea? Pero, ¿qué historia habrá detrás de cada lector?

Las librerías son templos para los lectores. Aunque haya muchas virtuales, los que amamos los libros de una forma especial disfrutamos yendo a curioseas por sus mesas y estanterías. Por supuesto, también nos gusta que los libreros nos recomienden lecturas. Todo eso se acabaría con la pandemia, por lo que las librerías tuvieron que buscar nuevas fórmulas, algunas tan originales como las que nos propone este libro.

Loveday y Kelly son dos libreras entregadas a su trabajo. A pesar de la pandemia, cada día van a la librería y se desesperan porque ya no pueden tener clientes allí. Los pedidos por internet son pocos. Hasta que se les ocurre convertirse en una farmacia de libros. El asunto es bastante sencillo: los lectores les escriben cartas en las que les explican cómo es su vida durante la pandemia, qué les inquieta, qué les gusta, etc, y ellas, sobre todo Kelly, contestan con una lista de lecturas recomendadas. El lector ha de decidir entonces qué libros escoger. El pedido les será entregado más tarde por reparto en bici o por correo.

Si bien la narración sigue la vida de varios personajes (un profesor universitario de origen kurdo, una chica lesbiana con una relación a distancia, una mujer que huye de su maltratador con su hijo, y un largo etc), (en muchas ocasiones, de forma fragmentada), esta se centra especialmente en la vida de Loveday y Kelly, las libreras con sus propios problemas, y la pareja de jubilados formada por los entrañables George y Rosemary. La de estos adorables ancianos nos llegará completa, desde que se conocieron en sus respectivos trabajos, pasando por los distintos problemas que han superado a lo largo de los años, hasta la actualidad, más negra que nunca para ellos dos. Y es que George y Rosemary se enfrentan de verdad al final. Pero, ¿por qué no disfrutar de su jardín y de las buenas lecturas antes de que lo inevitable llegue?

Son muchos los libros que Loveday y Kelly recomendarán a sus clientes a lo largo de estas páginas. Para aquellos lectores que quieran tener la lista a mano, la autora ha añadido un apartado final en el que los recopila todos. Y sí: hay libros para casi todos los gustos.

La librería de la esperanza, en definitiva, es una novela feel good que homenajea a los libros, los libreros y los lectores. Una obra amable que, sin embargo, nos invita a reflexionar sobre los problemas de hoy en día, la pandemia y mucho más. Una lectura que hará las delicias de los amantes de los libros que hablan de libros. Y tú, ¿a qué esperas a que Loveday y Kelly te receten su propio libro?

Cristina Monteoliva