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sábado, 2 de diciembre de 2023

Entrevista: MIGUEL FERNÁNDEZ M.

 Queridos amigos de La Orilla de las Letras,

volvemos una vez más a la carga con nuestras estupendas entrevistas, esta vez con la que nos ha concedido el autor Miguel Fernández M.

Miguel Fernández M. lleva desde los diecisiete años dedicándose al cómic y a la ilustración de una forma profesional, alternando sus labores de dibujante y guionista especializado en Disney con colaboraciones para franquicias como Mattel, Fox, Playmobil o Lego, tanto en el campo de la ilustración como en el del diseño o creación de gráficos para juegos, greeting cards, logos, etc. Ha escrito en coautoría con Juan Pedro Ferrer e ilustrado también Aquellos maravillosos kioscos (Edaf, 2016). Disquisiciones de un Pelma (Ediciones Azimut, 2023) es su primer libro en solitario.

Dicho esto, vamos por fin a conocer mejor a Miguel:

¿Qué fue lo primero que escribiste, lo recuerdas?

Perfectamente. Hablamos de algo estructurado, claro. Tendría unos 12 ó 13 años, y en aquella época estaba fascinado por las novelas de detectives. Novelas genéricas, de bolsillo, si sabéis a lo que me refiero. Así que me lancé a la aventura y comencé a escribir las aventuras de un detective torturado al que todo el mundo había dado por muerto en uno de sus casos, habiendo perdido a toda su familia por culpa de una organización mafiosa. Una novela de venganza que, bien mirado, no tiene nada que envidiar a algunas producciones de serie B de Hollywood (risas). 

Lo segundo que me propusieron (en mi época de lector compulsivo de Delibes) fue el escribir una novela costumbrista y rural. Fue mi profesor de Literatura, a la sazón corrector de Plaza y Janés, que se interesó mucho por algunos relatos que había presentado como ejercicio. Él me la corregiría y me ayudaría a presentarla. Pero con 16 años, no estás por la labor, evidentemente, y dejé pasar aquel hipotético tren alegremente.

¿Qué lecturas crees que te han influenciado como escritor?

Como explica en la solapa del libro Disquisiciones de un pelma, mis lecturas infantiles y de adolescencia fueron totalmente caóticas, ya que papá compraba libros en el rastro cuando le gustaban las tapas… Y yo me leía todo lo que entraba en casa, desde Torcuato Luca de Tena a Edgar Rice Burroughs, pasando por El Decamerón de Bocaccio (mis padres ignoraban el contenido del libro que yo devoraba mientras se preparaba la cena) o las Leyendas de Guatemala de Miguel Ángel Asturias o la Biblioteca Básica Salvat RTV completita. Pero de mis lecturas adultas, destacaría autores como Delibes, por supuesto, Tom Sharpe, Kennedy Toole, Jardiel Poncela, Miura o los hermanos Quintero (el género teatral en general y el humorístico en particular me privan). Y las sagas obligatorias de Arthur Conan Doyle, Agatha Christie o Maurice Leblanc.

¿Qué estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?

Me sigue gustando mucho el género negro. Últimamente he devorado del tirón toda la obra de Michael Connery o Chris Carter. También soy muy aficionado a la novela histórica. Las trilogías de Santiago Posteguillo me apasionan, y también las novelas de Simon Scarrow. Otra cosa que me he leído del tirón ha sido la serie de novelas de Ian Fleming con su famoso agente secreto. Hablan de otra época y están escritas con una ingenuidad (a veces una ingenuidad cruel) que me parece hasta tierna. En fin, difícil decir, porque sigo siendo muy anárquico a la hora de elegir mis lecturas (o audiolibros), así que tan pronto estoy leyendo algo de Fernando Fernán Gómez como una novela de Pablo Poveda. 

© Miguel Fernández M.

¿Dónde encuentras la inspiración?

Sin duda en la vida real. Es ahí donde uno encuentra los mejores personajes. Y en el recuerdo, claro. El paisaje de mi niñez, con aquellas gentes un poco ingenuas y faltas de información y libertad de pensamiento a veces, me proporciona unas anécdotas realmente jugosas y unos personajes muy particulares.

Si tuvieras que elegir entre solo escribir cómic, ensayo o novela, ¿con qué te quedarías?

Difícil elección, aunque seguramente escogería aquella disciplina que mejor me diera de comer (risas).

Ahora en serio, te diría que tienen un proceso creativo y de realización muy similares, y la misma dignidad a la hora de crear.

¿Qué similitudes y qué diferencias hay entre crear cómics y crear otro tipo de obras, como el ensayo y la ficción?  

Como te decía, son procesos muy similares. Hablando de cómics: cuando tienes una idea potencialmente válida, hay que elaborar una sinopsis muy resumida y someterla al examen del jefe de editores. Si a éste (o ésta, claro) le parece viable, escoge a un editor que comience el proceso. El editor encargará al guionista un guión previo, distribuido en el número de páginas necesario para la historia y las diferentes publicaciones. El guión tiene una parte narrativo-descriptiva y unos diálogos para cada viñeta o escena. Tras elaborar el guión en formato, el editor hace los cambios oportunos, tanto en el desarrollo de la historia como en los diálogos, y escoge el dibujante adecuado para realizar el cómic. Y una vez completado este paso, será el editor, de nuevo, quien revise todo para cerciorarse de que todo está en su sitio y no hay fallos, incongruencias o errores de raccord. Como ves, se trata de un proceso muy similar. Y al final será el publisher el que dará el último visto bueno. En mi caso el proceso se simplifica a veces, ya que cuando se da el caso, guionizo y dibujo mis propias historias.

Disquisiciones de un pelma es tu última obra publicada. ¿Qué es para ti un pelma?  

Según la RAE, un pelma es una persona «persistentemente molesta e inoportuna». Todos hemos conocido gente así. Serafín Tostón, en concreto, es alguien que tiene más miedo que vergüenza. Más miedo a la soledad y el olvido que vergüenza ante el acaparamiento solapado del tiempo y la paciencia de los demás. Es una persona cuyo mundo está desapareciendo paulatinamente con el paso del tiempo, y se agarra a los trazos sueltos del pasado que todavía perduran en el presente como un náufrago al maderamen del navío que se hunde. Pero también es un personaje que aplica la teoría de la navaja de Ockham a todo, así que simplifica, analiza, y a menudo encuentra absurdas la mayoría de nuestras costumbres «modernas».

¿Por qué escribir sobre uno?

Precisamente porque es una excusa para autoanalizarnos y ver si nuestra vida ha mejorado en todos los aspectos o quizás es que adoptamos todas las novedades y nuevas opciones y costumbres posibles por ese miedo a descabalgarse de un mundo que va a toda velocidad o a parecer reaccionarios de cara a la sociedad ante los nuevos avances que se nos ponen por delante casi como obligaciones. Por eso adoptamos toda nueva red social que aparezca, o cualquier nuevo electrodoméstico que nos ofrezcan que hace cosas que hasta ese momento teníamos muy asumido que eran nuestras propias tareas cotidianas. Y ¿qué me dices de la tan cacareada inteligencia artificial? Son pequeños ejemplos para ilustrar, pero en general asumimos con mansedumbre muchos cambios que se nos imponen por la vía del progreso, a menudo sin cuestionar si realmente… hacían falta.

© Editorial Azimut.

¿Qué esperas que los lectores encuentren en Disquisiciones de un pelma?

Una mirada crítica y humorística, incluso tierna las más de las veces a un pasado que no es tan lejano y a un presente que nos dura un suspiro. Y una reflexión acerca de lo que es necesario y lo que puede llegar a ser extravagante. Y sobre todo, un pequeño reducto de humor absurdo y descabellado teñido de una nostalgia que viene a ser, ni más ni menos, el recuerdo de cosas que forzosamente tenían que cambiar. A menudo la sencillez del pasado era simplemente inevitable. Prueba de ello es la rapidez con la que cambiamos nuestro estilo de vida en cuanto se nos da la oportunidad de hacerlo. Las cosas no eran mejores antes que ahora. Ahora, sin duda, vivimos mucho mejor y con más calidad, aunque contemplamos el pasado con la inevitable nostalgia del que sabe que las cosas bonitas que nos pasan no pueden vivirse otra vez y solamente quedan en nuestro recuerdo. Y muy a menudo, teñidas de una capa de bondad que las hace mejores de lo que realmente fueron. Y eso sí: todo ello descrito con un léxico muy cuidado, como corresponde a la idiosincrasia del personaje, un poquito sabiondo y a veces insufriblemente pedante en sus aportaciones culturales.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?

Además de mi trabajo habitual en el mundo del cómic, barajo la posibilidad de hacer un segundo libro con cosas que se me han quedado en el tintero, y una novela más larga en la que Serafín y su amigo Benito (también jubilado) se meten en un follón increíble (del cual no quisiera revelar aún nada), sin apenas darse cuenta ni ser conscientes. Y claro, acaban salvando el mundo, los tíos. Aunque nunca llegan a saberlo. Ya tengo la sinopsis registrada, sólo falta escribir la novela (risas). A ver si tengo tiempo.

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?

Nada más agradecer que haya blogs y páginas como la vuestra en la que os dedicáis a fomentar, de alguna forma, la lectura. El mundo de la literatura está algo depauperado, y sólo funciona realmente bien de cara a los best sellers, cuyos libros a menudo se compran un poco a ciegas. Hay que dar oportunidad a autores menos conocidos, porque también tienen cosas muy interesantes que aportar. Y ahí es donde entran vuestros consejos, para dar a conocer nuevos contenidos que pueden llegar a ser interesantes para el público lector.

Muchas gracias, Miguel, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Te deseamos mucho éxito con todos tus proyectos.

Y a vosotros, amigos lectores, muchas gracias por estar un día más al otro lado de la pantalla. Ahora, ¡a leer!

Cristina Monteoliva