Queridos
amigos de La Orilla de las
Letras,
hoy os traemos una entrevista singular ya que en esta
ocasión hablamos con todo un tándem literario, el que forman Jose Gil Romero y Goretti Irisarri.
Jose Gil Romero
y Goretti Irisarri Vázquez forman un
tándem creativo desde hace más de veinte años. Comenzaron su
colaboración creando un exitoso colectivo de cortometrajes, galardonados con más de cuarenta premios en diversos
festivales, a lo que siguieron años de trabajo conjunto en el mundo del guion de cine, la ficción televisiva o la
animación, donde desarrollan proyectos propios y ajenos; así mismo fundan
con otros compañeros el colectivo La Playa de Madrid donde
realizan crítica de literatura y cine,
además de ediciones experimentales. Tras ello deciden dar el paso a la novela. Han
publicado la trilogía de novelas Todos
los muertos (Caen las estrellas
fugaces, El mecanismo de los secretos y La ciudad encerrada), la novela Ferox bajo el seudónimo de Olivia
Sterling, La traductora y El enjambre (estas dos últimas novelas
pertenecen a la misma saga).
Dicho esto, ¡vamos con las palabras de los autores!:
¿Cuándo
decidisteis convertiros en escritores?
Goretti: Mi primer cuento lo escribí con diez años, era sobre un
carretero al que se le moría el burrito. De lo más melodramático, pero a todo
el mundo le encantó y para mí misma fue una iluminación, recuerdo que pensé
«hala, esto es como leer, pero mejor».
Jose: En mi caso comencé muy, muy pequeñito a escribir los guiones
que yo mismo dibujaba. Recuerdo que al principio estaba muy influido por
Cronenberg, por los monstruos del cine americano, y las historias eran muy
sangrientas y plagadas de criaturas terroríficas. Todavía conservo aquellos
«guiones». Lo de decidir convertirme en escritor llegó mucho, mucho después,
pasados los cuarenta y tantos, después de una experiencia espantosa durante el rodaje de un corto. Ahí abandoné
el cine y abracé la literatura.
¿Qué
lecturas creéis que os han influenciado como escritores?
G: Una
influencia común para los dos es la escritura cinematográfica de Hitchcock, a
los dos nos fascinan Vértigo o Los Pájaros. En literatura somos
lectores muy diferentes, a mí me encantan los clásicos y Jose es mucho más
contemporáneo, pero eso es lo que nos enriquece. Los dos coincidimos bastante
en la literatura gótica y de fantasmas—Poe, Maupassant, James, Lovecraft,
Quiroga, Borges— así que siempre decimos que cuando escribimos juntos es como
si surgiera el fantasma de un tercer escritor.
¿Qué
estáis leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendaríais?
G: Una
novela gráfica que acaba de salir en Astiberri, Fuego de bengala de David Sánchez. Es una joya, y, aunque sea de
ahora mismo, entronca con la atmósfera de estos clásicos góticos que decía.
J:
Mientras estoy en el proceso de escribir una novela procuro no leer novelas. Me
da miedo que me influyan de alguna manera, quizás. Me suelo embarcar en
ensayos. Ahora ando leyendo Imperio,
de Kapuscinski, y me admira lo bien que escribe. Solo he visto una cosa igual,
en Montanelli, que es otro cuyos ensayos me apasionan. Historia de Roma es una obra maestra.
¿Cuándo
comenzó exactamente este tándem literario que formáis?
G: Hará
unos treinta años, nada más y nada menos. Jose y yo estudiábamos cine y
comenzamos a hacer cortometrajes. Ganamos algunos premios y eso nos propulsó al
mundo del guion; trabajábamos por encargo para varias productoras, aunque lo
que más nos tiraba era hacer historias nuestras. Escribimos un guion que nos
encantaba, pero era muy difícil de hacer en España, así que decidimos
novelarlo. La pregunta entonces fue «¿Quién la va escribir, tú o yo?» Y la
respuesta fue «Pues juntos, como siempre». Esa fue nuestra primera novela.
¿Dónde encontráis la inspiración? ¿Hay alguno
de los dos que suela tener primero las ideas?
J: En mi
caso, el «proceso creativo» nunca es consciente. Normalmente salgo a pasear
todas las mañanas y me dedico a pensar en una escena. Enseguida, casi siempre,
comienzo a escuchar a los personajes, a verles moverse por el escenario, a
hacer esto y lo otro, a decir esto y aquello. Mi trabajo, entonces, es
transcribir lo que ellos hacen y dicen sin que medie en ningún caso ninguna
aportación mía.
Respecto de las ideas, unas veces se me ocurren a mí y otras a
Gore, no hay una regla establecida. Y ocurre mucho que el otro matiza o mejora
lo que primero se le ocurrió a uno. Varía.
©Jose Gil
Romero y Goretti Irisarri.
¿Qué es
más difícil de escribir: guion o novela?
G: Lo más
difícil es conseguir que haya «verdad» y buenos personajes, que estén vivos y
te los creas. Esto son dificultades comunes al guion y la novela.
¿Cómo
surgió la idea de escribir vuestra primera novela?
J:
Salíamos bastante decepcionados de la industria del cine y de la tele.
Decidimos aprovechar aquella crisis vital y cambiar de oficio, reinventarnos.
Probamos adaptando a novela uno de los guiones en los que habíamos estado
trabajando. Se lo presentamos a una representante literaria, Alicia Sterling,
que enseguida nos dijo que le interesaba y comenzó a mover la novela. No
tardamos mucho en firmar con Penguin Random House y ahí empezó todo.
¿Qué vamos
a encontrar en El enjambre?
G: Elsa
es una mujer de lo más normal a la que obligan a infiltrarse en el círculo de
una científica nazi y ganarse su confianza; la científica va a dar una
conferencia y, en ese tiempo tan escaso, Elsa tendrá que escurrirse hasta la
habitación de la científica y copiar el descubrimiento que guarda en un
cuaderno rojo: quien posea esta información puede cambiar el curso de la II
Guerra Mundial.
¿Qué
diferencia a El enjambre de otras
novelas negras ambientadas en el mundo nazi?
J: Las
comparaciones son odiosas y hay novelas y maravillosas historias de espías que
merecen lo mejor. En este caso el lector que se asome a El enjambre encontrará una historia trepidante, eso sí; encontrará
intriga y suspense, humor, mucha aventura, giros en la historia, personajes que
mienten, que nunca resultan ser lo que parecían. Queremos pensar, y así nos lo
dicen los lectores, que la nuestra es una de esas novelas que no puedes dejar
de leer.
El enjambre es la
continuación de La traductora. ¿Habrá
más novelas con la misma protagonista?
G: Le
hemos cogido mucho cariño a Elsa Braumann. Elsa comenzó siendo una traductora
tímida, una mujer de libros que no quería meterse en ningún lío; por supuesto
Jose y yo nos hemos ocupado de meterla en todos los berenjenales posibles,
pobrecilla.
En El enjambre Elsa
Braumann ha dado un vuelco y se ha transformado en una auténtica espía, capaz
de sobrevivir en un mundo de traiciones y mentiras. Así que para la siguiente
sus dificultades tendrían que ser todavía más peliagudas, todo un reto…
¿Qué
esperáis que los lectores encuentren en vuestras novelas?
G y J: Lo mismo que nosotros esperamos cuando leemos. Una buena
historia, sólida, bien contada; mucha pasión, pasión entre las letras y pasión
en la escritura; sorpresas, ingenio, trabajo, honestidad. Trabajamos mucho,
mucho tiempo y durante muchos meses para que los lectores encuentren una buena
dosis de entretenimiento. ¿No dicen eso?, que las buenas historias son las que
forman, informan y entretienen.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tenéis en marcha?
G: Todavía
no podemos contar mucho, pero acabamos de terminar una novela histórica en el
sentido clásico, una road movie de
época. Tiene aventuras, una historia de amor, mucho humor, y un punto místico
que le da cierto peso. A nosotros nos encanta, la estamos disfrutando.
J: Y ya
hemos comenzado a trabajar en la siguiente, una historia sorprendente,
protagonizada por un personaje histórico al que apenas se le ha dado voz. Será
una novela que dé mucho que hablar.
¿Os
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
G y J: Solo dar las gracias; a ustedes por la entrevista y a quienes
nos leen, por seguirnos, por estar ahí, por apoyarnos con su lectura y sus
palabras de cariño en las redes; por darle sentido a tanto trabajo. Mil
gracias.
Muchas
gracias a vosotros, Goretti y Jose,
por vuestro tiempo, vuestras palabras y vuestra foto. Formáis un dúo literario
perfecto, ¡ojalá cosechéis muchos éxitos!
Y a vosotros, amigos
de las letras, muchas gracias, como siempre, por estar al otro lado de la
pantalla. Ahora, ¡a leer!
Cristina
Monteoliva