Nos encontramos ante una novela que se
sitúa en una isla escocesa en el día de año nuevo de 1921 donde siete cuerpos
mutilados aparecen en el antiguo círculo de piedras de Altnaharra. Son niños
que formaban parte de un culto gobernado por un hombre al que llaman tío y que
han sido asesinados, según Dinah, una de las supervivientes, por Eve, una de
sus compañeras que también habría muerto ahogada al intentar escapar tras la
matanza. Pero, ¿es eso exactamente lo que pasó?
Empecé a leer La pequeña Eve (Premio Shirley Jackson y Premio August Derleth a la mejor novela de
horror de los British Fantasy Awards 2019) sin saber nada de la novela
que tenía entre manos. Lo único que había escuchado antes de eso eran las
alabanzas a la autora por su anterior novela, La casa al final de Needless Street, por lo que mi curiosidad era
bastante alta. Por supuesto también había leído alguna que otra crítica
negativa, pero eso solo me provoca muchas más ganas de conocer la obra y
valorarla por mí misma. Así que eso es lo que hice, comencé la lectura
encantada con lo que me iba encontrando: una ambientación exquisita donde nos
presenta unos personajes muy interesantes en una situación un tanto
controvertida. Y es que la autora nos va a presentar a sus dos personajes
principales, a Eve y a Dinah. Las dos van narrando sus propias vivencias desde
dos tiempos diferentes con lo cual hay que estar muy concentrados en la lectura
para saber dónde y cuándo nos encontramos.
Quizás este es el punto negativo que le he encontrado a la novela, que
se hace un poco lioso en cuanto a los tiempos, pero estoy convencida de que a
otras muchas personas les puede resultar de lo más interesante esta forma de
hacerlo.
Sin duda alguna lo que
más me ha fascinado, a parte de la magnífica ambientación, ha sido esa duda que
te plantean en cuanto al culto religioso en el que están metidas nuestras
protagonistas. Un culto (o secta, al principio no lo tienes nada claro), en el
que está la figura de “el tío”, que es el que dicta cómo tienen que hacer para
que la Víbora o la gran serpiente esté contenta ya que él es el único que se
puede comunicar con ese ente. Eso significa hacer un estricto ayuno y un
contacto casi nulo con el exterior, dos prácticas que bien podrían ser de
sumisión o de ferviente religioso. Además de varios castigos si no se lleva
todo a cabo tal y como dicta “el tío”.
Eve, además, cree tener
visiones que la hacen especial y que ha sido llamada por la gran serpiente para
ser la siguiente líder del grupo. Ella es lo que más desea y hará lo que sea
para que así sea. Pero, ¿es todo así o no es más que lo que quieren que crea?
Las dudas le llegarán con el Inspector Black y ahí es cuando te plantearás que
Eve no te está contando la historia entera porque es un narrador nada fiable ya
que está completamente cegada por las circunstancias que vive. Sin duda la
autora nos lleva por donde ella quiere, jugando con la mente del lector para
que vaya planteándose dónde empieza y acaba esa realidad que se llena de
asesinatos y de fervientes cultos ocultos en una isla escocesa.
Si te gustan los
misterios, los cuentos oscuros y una prosa bien cuidada, sin duda te recomiendo
que te adentres en el mundo de Catriona. No será el último libro que lea de
ella.
Katty Le Fay