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viernes, 11 de marzo de 2022

Reseña: LA INTELIGENCIA DE LOS BOSQUES, de Enrique García Gómez.

 


Hace tiempo que comprendí que las respuestas están en la naturaleza.

El ritmo de vida frenético al que nos someten nuestras obligaciones, tareas y responsabilidades han hecho merma en nuestra capacidad de mantener la atención. Hace tiempo que me di cuenta de ello, cuando de pronto los días dejaron de tener sentido para transformarse en un simple asunto que despachar para cumplir muchas obligaciones que, si lo pensamos bien, ni siquiera hemos decidido, más bien nos han sido impuestas o sencillamente hemos aceptado.

¿Esto es todo?

Lo cierto es que la sensación de vacío, falta de sentido que se apodera de quienes empiezan a preguntarse si hay algo más, lleva a un cruce donde de alguna manera decidimos si queremos vivir o simplemente existir.

¿Y que tiene a que ver esto con la naturaleza y con los bosques?

Hace tiempo que ya no estamos conectados con la naturaleza y lo peor de todo con nosostr@s mism@s. Si la historia de la humanidad se pudiera representar con una línea, sería muy poca la distancia recorrida desde el momento en el que bajamos de los árboles para transformarnos en “seres humanos”. Pero cuando das un paseo, o hasta te pierdes por un bosque, te das cuenta de que pasan cosas maravillosas, a veces pequeños milagros. Quizás sean los sonidos o los aromas, quizás los colores o las formas que adquieren seres que parecen sacados de alguna película épica. Visiones como las que ofrece un ejército de musgo que coloniza y genera una perfecta simbiosis con un árbol. O seres titánicos que desafían las leyes de la gravedad, capaces de superar lo más de 100 metros de altura.  

Pasado el primer momento de asombro, las preguntas empiezan a brotar para satisfacer nuestro lado racional, ese que nos ha permitido dominar el planeta y que se pregunta cuáles son las claves del espectáculo que tiene lugar en ese momento.

Enrique García Gómez nos ofrece las claves para adentrarnos en un mundo del que somos parte integrante, aunque lo hayamos olvidado. La inteligencia de los bosques es una mano tendida que nos lleva a la comprensión de la misma vida: cómo y por qué las cosas ocurren. No encontraremos todas las respuestas, y tampoco será necesario, pero en sus páginas podremos avanzar y quizás llegar a comprender el mismo significado de la vida. Ser consciente de que la naturaleza y sus “habitantes” tienen sus lados oscuros, pero la búsqueda de la luz hace que olviden sus diferencias y hasta lleguen a cooperar. Un poco como las sociedades modernas.

Quizás pensemos que la tecnología es la clave para el desarrollo; sin embargo nos damos cuenta de la perfección, a veces resultado de una larga evolución, que ofrece una simple hoja para realizar los procesos vitales necesarios a un árbol para vivir.

Hemos perdido la curiosidad, lo damos todo por hecho, y Enrique es capaz de despertar el niño interior, ese que cuando era pequeño no dejaba de preguntar nunca ¿Por qué? Y de eso va La inteligencia de los bosques: páginas y páginas capaces de dar una respuesta a través de un lenguaje sencillo, que no quiere decir simple, por la capacidad de describir procesos a veces tan complejos que necesitaríamos mucho tiempo para llegar a comprender.

Pueda que la clave esté justamente en la curiosidad: sus páginas consiguen mantener atrapado al lector que ama la naturaleza y que necesita saber, comprender, que es lo que hay detrás de este milagro.

He de reconocer que en algunos momento se pierde la imagen de armonía que necesitamos nos acompañe cuando queremos escapar de nuestro mundo y refugiarnos en la naturaleza o en un bosque. Pero no hay que olvidar que el equilibrio es lo que tienden todos los seres y cualquier estrategia que lo haga posible será la que prevalecerá. Al final de cuenta los beneficios serán superiores a cualquier otra alternativa.

Este libro no deja de ser un libro cuyo objetivo es ofrecer una ventana desde la que mirar y encontrar alguna respuesta que estoy convencido más de uno encontrará. Esto era lo que esperaba pasara cuando La inteligencia de los bosques llegó a mis manos y que sin duda contribuirá a ver el bosque con otros ojos.

Giuseppe Favale