Queridos amigos de La Orilla de las Letras,
hoy nos visita una autora
multipremiada: Leticia
Sánchez Ruiz.
Leticia
Sánchez Ruiz (Oviedo, 1980) es escritora, periodista y profesora de narrativa. Ha ganado el Premio Tétrada Literaria de Novela Corta
2004 por El
precio del tiempo, el IX
Premio Internacional de Novela Emilio Alarcos por Los
libros luciérnaga y el
XVI Premio Ateneo Joven de Sevilla por El
gran juego. Su novela Cuando
es invierno en el mar del Norte (Pez de Plata, 2019) obtuvo ex aequo el Premio Cubelles Noir 2020. Su
última novela publicada es La biblioteca de Max Ventura (Pez de Plata, 2021). Parte de su obra ha sido traducida al italiano
y desde 2018 la compañía El Callejón del
Gato representa su obra de teatro Hermanas.
Dicho esto, ¿a qué esperáis para conocerla mejor con esta
entrevista?:
¿Cuándo
comenzaste a escribir?
Cuando
era pequeña, y aún no sabía escribir, me inventaba historias fabulosas para los
demás, como que mi tío trabajaba en un ballenero chino. Mi primera novela la
escribí con seis años; eran tres folios por las dos caras. Nací escritora sin
remedio.
¿Qué
lecturas crees que te han influenciado como escritora?
Todas las de mi infancia,
fundamentalmente las de Maria Gripe y Michael Ende, y después jugaron un papel
fundamental los escritores del Boom: Borges, Cortázar, García Márquez…
¿Qué
estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?
Ahora
mismo, por motivos laborales, estoy releyendo Estrella distante de
Roberto Bolaño. Lo tengo aquí, a mi lado. ¿Que si lo recomendaría? Me parece
imprescindible. Bolaño es uno de mis mejores amigos literarios, la felicidad
lectora.
¿Ha
cambiado la pandemia de covid tus hábitos de escritora?
En
absoluto. De hecho, fue lo único que se mantuvo igual. Me levantaba a diario a
las cinco de la mañana y escribía. Luego, cuando comenzaba el día, también
comenzaba la anormalidad.
¿Dónde
encuentras la inspiración?
En
los libros, en las películas, en mis recuerdos, en los recuerdos de mi familia,
en las historias que me cuentan, en las que escucho a los pasajeros con los que
coincido en un bus, en un programa que veo por casualidad por la televisión, en
los periódicos, en un anuncio de la calle…en todo, básicamente.
© Leticia Sánchez
Ruiz.
¿Qué
supuso para ti ganar el XVI Premio Ateneo Joven de Sevilla con El gran juego?
Mi
primera novela, Los libros luciérnaga, había ganado el premio Emilio
Alarcos. Al ganar con la segunda el Ateneo confirmé que lo anterior no había
sido casualidad, que realmente podía hacerlo. O eso pensé entonces. Lo cierto es
que cada vez que se escribe una novela, ya sea la segunda, la tercera, la
cuarta o la quinta, se tienen los mismos nervios y las mismas dudas. Esto nunca
acaba.
Tuvieron
que pasar ocho años antes de que volvieras a publicar, en concreto, la novela Cuando es invierno en el mar del Norte.
¿Tuviste una crisis creativa o fueron otras las circunstancias que te llevaron
a ello?
Otras
circunstancias. Fueron los años más raros de mi vida, en muchos aspectos.
Por
cierto, Cuando es invierno en el mar del
Norte ha tenido una muy buena acogida entre crítica y público, incluso
llegando a conseguir reseñas fuera de España. ¿Esperabas que fuera así?
La
verdad es que me ha sorprendido muchísimo las lecturas que se han hecho de esta
novela. Por ejemplo, que fuera tan bien aceptada entre los amantes del género
negro, ya que es una mezcolanza de muchas cosas. Cuento dos historias que se
tocan: la de la familia Larfeuil, que son los sospechosos de un asesinato, y la
de Dora, una periodista cultural en paro que se obsesiona con este crimen. En
la parte de los Larfeuil prima más la acción (un inspector les interroga a
todos en la casa familiar durante una larga tarde noche), mientras que la de
Dora es más intimista y, para mi sorpresa, es ésta última la que más ha gustado
a los lectores, con la que más se identifican. Dora se ha revelado como la gran
heroína del libro, como digo, para mi sorpresa, pero también para mi alegría.
Y
llegamos a La biblioteca de Max Ventura,
tu novela más reciente, una obra que en La Orilla de las Letras no hemos leído
aún. ¿Qué puedes contarnos de ella?
Es una historia de amor a los libros, a las bibliotecas, a los lectores y a este loco oficio nuestro de escribir. Una misteriosa escritora, Julia Tompson, decide contestar un anuncio de Max Ventura, un hombre que, antes de desaparecer, solicita a alguien para que ordene su biblioteca. Las bibliotecas son como muñecas rusas de misterios, no sólo sobre los libros que albergan, sino también sobre sus dueños.
© Leticia Sánchez
Ruiz.
En
La biblioteca de Max Ventura nos encontramos con una biblioteca (obvio) y una
escritora. La pregunta es casi evidente: ¿te has basado en ti misma a la hora
de escribir esta historia?
Sí
y no. Fundamentalmente, Tompson y yo nos parecemos a la hora de escribir. En la
novela hablo de todas las dudas, manías, horrores, triunfos, miedos y alegrías
que te da esta profesión, y el modo en que algunos nos enfrentamos a ella.
También de todo lo que significa ser lector. Tompson es una escritora muy
parecida a mí, y una lectora muy parecida a mí. En lo personal, no nos
parecemos en casi nada (tal vez en alguna que otra mezquindad inconfesable).
¿Y
dónde van los escritores cuando desaparecen?
Uno
de los desencadenantes de esta novela fue precisamente que un día me di cuenta
de la cantidad de escritores que habían desaparecido en algún momento de su
vida (a veces, incluso, para siempre): Agatha Christie, Tolstoi, Conrad,
Shakespeare, Bierce, Saint-Exupéry… Por eso la novela está plagada de
desapariciones, ya sea de escritores reales o de otros personajes, como es el
caso de Max Ventura y del marido de Julia Tompson; los dos se han esfumado sin
dejar rastro.
¿Qué
esperas que los lectores encuentren en La
biblioteca de Max Ventura?
Lo
mismo que cuando entran en una biblioteca real: esa sensación de aventura, la
cercanía de un prodigio, toda esa complicidad, una bocanada de amor.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Pues
varios, pero soy muy supersticiosa y hasta que no estén casi en imprenta no me
gusta decir nada; siempre pienso que si abro la puerta, se puede escapar el
gato. Espero poder decirlo en breve.
¿Te
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Agradecerte
la entrevista, y añadir que, como decía Luis Sepúlveda, escribir es un
ejercicio de resistencia. El triunfo es no desfallecer.
¡No desfallezcamos entonces!
Muchas gracias, Leticia, por tu tiempo, tus
palabras y tus fotos personales. Esperamos que tanto tus obras ya publicadas
como esas que mantienes en secreto encuentren siempre buenos lectores.
Y a vosotros, amigos de las letras, como
siempre, gracias por estar un día más al otro lado de la pantalla. Y ahora, ¡a
leer!
Cristina Monteoliva