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jueves, 13 de enero de 2022

Reseña: UNA CASA LEJOS DE CASA. LA ESCRITURA EXTRANJERA, de Clara Obligado.

 

Los lectores sabemos que es inevitable que un libro nos lleve a otro libro. En este caso, Todo lo que crece, de Clara Obligado, me llevó a su hermano gemelo Una casa lejos de casa. La escritura extranjera. Se trata de libros diferentes, independientes aunque también complementarios; su autora los define como “libros espejo”. Ambos versan sobre la vida de la escritora, sobre las experiencias que han dejado una huella indeleble en su escritura; la infancia y el exilio, de la Argentina de Videla a la España que vivía los últimos coletazos del franquismo. Pero también son una reflexión sobre el lenguaje y la escritura; sobre los dos castellanos, el del país de origen y el del país de acogida.

         Clara Obligado nos lleva de la mano a través de su biografía, de su búsqueda de una identidad de la que se quedó huérfana al tener que marchar al exilio desde su Argentina natal. Ni de aquí ni de allá, así se sentía la escritora, un poco en tierra de nadie hasta que entendió, descubrió, aceptó, que en realidad era extrajera, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva. Al igual que ella, este es un libro híbrido, una obra que se mueve entre las fronteras de géneros como el ensayo, las memorias o el libro de viajes. Decir simplemente que es un ensayo es decir poco.

         Sincera y nostálgica, Obligado reflexiona sobre el desarraigo, los desencuentros con el idioma o la soledad del exilio. También sobre los libros, los leídos durante la infancia que perduran para siempre, y los que nos salen al paso durante el resto de nuestra vida y nos acompañan. “Somos lo que leemos”, afirma. Siempre presentes en la vida de la lectora y, sobre todo, de la escritora, los libros, los escritos y los leídos, la ayudaron a encontrar su lugar en el mundo. La experiencia de autores como Vladimir Nabokov, Agota Kristof o Mahmud Darwish, entre otros, le sirvieron de herramientas para enfrentarse al peso de la experiencia vital que supone el exilio. Como ella misma dice, “la pérdida de la patria no puede repararse nunca, pero bien puede convertirse en un gran tema literario”. También en una identidad y en una manera de estar en el mundo, añadiría. Una vez más, disfrutamos de la capacidad de observación y de interpretación de los pequeños detalles que tiene esta escritora, de su intensa experiencia vital que se plasma en una interesantísima trayectoria literaria, de su capacidad de convertir la vida en literatura. Una lectura muy recomendable para disfrute tanto de sus incondicionales como de aquellos lectores que se acerquen a esta autora por primera vez.

María Dolores García Pastor