Título: Ni
siquiera los muertos
Autor: Juan
Gómez Bárcena
Publica: Sexto
Piso Editorial
Páginas: 20,90 €
Precio: 404
Existen un sinfín de
formas de abordar la historia universal, la de un continente o la de un país, y
aunque en los últimos tiempos he encontrado autores que se han esmerado en
aportar bastantes datos curiosos (algo que siempre llama mi atención) y grandes
dosis de humor (otro factor que me resulta atractivo), todavía prefiero
decantarme por las novelas que, de una forma original, nos hablan de los
grandes o pequeños sucesos pasados que, de una y otra manera, nos afectan en el
presente. Novelas como Ni siquiera los
muertos, la nueva obra de Juan Gómez Bárcena de la que a continuación
trataremos.
La
conquista de México ha terminado, lo que no quiere decir que no queden todavía
enemigos del visorrey y, por ende, del mismísimo rey, pululando por sus
tierras. Enemigos con el indio Juan, un peligroso hereje al que hay que
capturar, preferiblemente vivo. Aunque en principio no parezca el candidato más
apropiado, finalmente será Juan de Toñanes, un antiguo soldado, cazador de
indios rebeldes y buscador de oro que regenta una taberna junto a su esposa, el
elegido para tal misión. Su viaje hacia el norte, hacia La Gran Chichimeca,
lugar donde se esconde su tocayo, no ha de durar más de dos semanas. O, al
menos, eso le gusta creer. También que en algún momento podrá volver a casa con
su mujer. Conforme recorre el camino a lomos de su caballo, encontrándose a un
sinfín de personajes que le hablarán del indio Juan y de los distintos nombres
que adopta, se da cuenta de que tal vez eso no sea posible. Pero, ¿cómo no
seguir adelante? ¿Cómo no intentar alcanzar a ese indio que en cada sitio
parece prometer algo distinto que al final es siempre lo mismo?
Todo
comienza en México, en el siglo XVI, en un tiempo en el que algunos antiguos
soldados tuvieron que conformarse con las migajas de una colonización tan
provechosa para unos como cruel para otros. Juan de Toñanes es un hombre
desencantado de la vida que regenta una taberna junto a su mujer, una indígena
buena y amable. La promesa de un futuro mejor hará que Juan deje su hogar y
ponga rumbo hacia el norte a la caza del ansiado indio Juan.
¿Quién
es el indio Juan? ¿Qué hizo para que desde las más altas esferas se le quiera
dar caza? ¿Por qué es tan difícil encontrarle? Estas son algunas de las
preguntas que nos haremos, los lectores, conforme avance la narración. En
ocasiones creeremos encontrar las respuestas. En otras, nos sentiremos tan
perdidos como Juan de Toñanes, ese hombre que en cada localidad se encuentra
con alguien que le cuenta lo que allí hizo el indio, por qué se le admira, lo
que prometió y a dónde fue después.
Tras
dos semanas de viaje vienen otras dos y, luego, otro par de ellas. Este es un largo
viaje que nos lleva no solo a lo largo del espacio, sino también a lo largo del
tiempo. Un tiempo que se detiene en nuestros días, con el famoso muro de Trump,
para darnos a conocer la realidad de México a lo largo de los siglos. Una realidad
marcada por personas que se conformaron con lo poco que podían obtener, pero
también por ambiciosos conquistadores, indios sublevados, revolucionarios que
toman sus caballos y sus fusiles, migrantes subidos en el techo de trenes que
cruzaban la frontera, mujeres asesinadas en Ciudad Juárez…
¿Era
el indio Juan, el Padrecito, el Compadre, una persona real o una promesa?
¿Ayudó a combatir las falsas esperanzas que ofrecía el progreso o era tan solo
un ardid del capitalismo para conformar a las masas empobrecidas? ¿Cuántos
indios Juanes quedan todavía pululando en México, en América, en todo el
mundo?, me pregunto tras la lectura de esta intensa e hipnótica novela escrita
con un estilo inconfundible.
Ni siquiera los muertos,
en definitiva, es una singular y magistral novela con la que revivir la
historia de México posterior a la conquista del continente americano de una
forma tan amena como crítica que hará que el lector se enfrente al presente del
planeta sabiendo que somos herederos de lo que sucedió en el pasado. Una obra que,
como el indio Juan y su perseguidor, el pobre Juan de Toñanes, deja huella allá
por donde pasa. Y tú, ¿a qué esperas para adentrarte en sus páginas?
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.