Queridos
lectores de La
Orilla de las Letras,
continuamos
con las entrevistas en tiempos de confinamiento, esta vez con un autor del que
aún no hemos tenido el placer de leer ninguna obra: Ismael Ahamdanech Zarco.
Ismael
Ahamdanech Zarco es
Doctor en Economía y actualmente es
consultor de organismos internacionales. Como escritor, ha publicado Garnacha (Tandaia, 2014), Uclés (novela histórica cuyos derechos
de autor ha destinado a la ONG Ángeles urbanos), El origen del enigma de Cervantes y Los últimos hijos de Príamo (Distrito 93).
Los últimos
hijos de Príamo
fue la obra ganadora de I Certamen
Martín Fierro de denuncia social. Hablamos con el autor sobre lo que le
supuso recibir este premio, pero también de otros muchos asuntos. Ya sabes: si
quieres saber de cuáles, no tienes más que leer completa esta entrevista.
¿Cuándo
despertó tu interés por la escritura?
Siempre me ha gustado leer,
pero la verdad es que comencé a escribir hace solo unos años, después de
presentar mi tesis doctoral. Estuve un tiempo investigando y publicando
artículos científicos, pero llegó un momento en el que me aburría y decidí
cambiar de tercio.
Eres
un hombre que, por tu trabajo como consultor para organismos internacionales,
has tenido que viajar mucho por el mundo. ¿Te ha sido fácil encontrar momentos
para la escritura mientras tanto?
Si te gusta escribir, siempre
encuentras momentos para hacerlo. De hecho, mi trabajo me ha ayudado mucho. Las
noches de hotel, lejos de la familia, pueden ser difíciles, así que encontré
una buena simbiosis: escribir me ayudaba a llevarlas mejor y tenía el tiempo
necesario para darle a la tecla.
Como
lector, ¿qué debe de tener para ti un buen libro?
Esa es una buena pregunta,
tanto que no tengo una respuesta. Un buen libro es como un buen truco de magia,
de eso que cuando se han hecho dice, claro, no podía ser de otra forma, y sin
embargo, si te lo vuelven a hacer (o lo vuelves a leer) te sorprende de nuevo.
Es una mezcla de una buena trama, un empleo acertado de las palabras, unos
personajes que tengan fuerza… Lo dicho, un truco de magia que es evidente pero
imposible a la vez.
Has
publicado cuatro novelas: Garnacha, El origen del enigma de Cervantes, Uclés y
Los últimos hijos de Príamo. ¿Qué podríamos decir que guardan en común entre
ellas, aun siendo las cuatro diferentes?
Es difícil decir qué tienen
en común. Quizás no mucho, porque me considero un escritor en crecimiento, que
aún está mejorando su técnica, por lo que espero que cada novela que escribo
sea mejor que las anteriores.
Y,
por cierto, ¿en qué género literario crees que te sientes más cómodo?
En todos, honestamente. Me
gusta experimentar con la escritura y no tengo problema en escribir novela
histórica, costumbrista, realista, de enredo… Como he dicho antes, mi principal
objetivo es crecer como escritor, así que quiero tocar todos los palos.
© Ismael
Ahamdanech Zarco.
Los
últimos hijos de Príamo ha resultado ganadora en el I Certamen Martín Fierro de
denuncia social. ¿Cómo ha sido para ti recibir este galardón?
Una alegría enorme. Es el
reconocimiento al trabajo de muchos meses, y, también, una forma de reafirmarme
en que sí, que estoy creciendo como escritor. También, por supuesto, es un
acicate para seguir trabajando.
¿Y
cómo surgió la idea de escribir esta novela?
A raíz de la crisis de 2008
pasaron demasiadas cosas que me disgustaron profundamente. Yo soy economista y
creo en el libre mercado, pero regulado por estados fuertes. Sin embargo, las
ideas de algunos economistas, en especial la escuela de Chicago con Milton
Friedman a la cabeza, provocaron una fuerte desregulación en la creencia de que
el mercado se autorregula y encuentra por sí solo el óptimo; esto no es así, y
en 2008, unos mercados fuertemente desregulados llevaron a una crisis que
empezó siendo financiera, pero se convirtió rápidamente en económica y social y
aumentó la desigualdad. Yo solo quise hacer un retrato de parte de la sociedad
que se quedó en fuera de juego.
Los
últimos hijos de Príamo no es la primera de tus novelas que habla de Alcalá de
Henares. ¿Por qué Alcalá?
Soy alcalaíno. Viví allí
desde los dos meses hasta que, con 26 años, me fui a estudiar con una beca a
Estados Unidos. Y soy un enamorado de mi ciudad; mucha gente dice que los
alcalaínos estamos muy orgullosos de Alcalá; hombre, es que tenemos motivos
para estarlo. La cercanía con Madrid ha difuminado su estrella, pero eso es muy
injusto.
Hasta
la fecha, en La Orilla de las Letras no hemos leído Los hijos de Príamo. ¿Qué
podrías contar a nuestros lectores sobre esta historia y sus personajes?
Es una historia dura pero
realista, con personajes de carne y hueso que viven situaciones complicadas,
muy complicadas, pero que al final encuentran un hilo de esperanza del que
tirar.
© Ismael
Ahamdanech Zarco.
¿Te
has basado en alguna persona real a la hora de dibujar sobre el papel a alguno
de tus personajes principales?
No
exactamente, aunque podría decir que conozco a la mayoría de los personajes. Yo
me crie en un barrio obrero, muy parecido al que se describe en la novela, y
también conozco gente del mundo de las finanzas por mi profesión.
¿Qué
esperas que encuentren los lectores en Los últimos hijos de Príamo?
Una historia real que le ha
podido pasar a gente que vive al otro lado del descansillo o dos calles más
abajo, un cuadro del sufrimiento por el que pasan muchas personas, que nos
parecen lejanas pero que son nuestros vecinos. Y, también, y es muy importante,
la esperanza con la que acaba la novela, porque siempre hay luz al final del
túnel.
Cuando
comencemos a salir de la cuarentena, ¿crees que por fin los lectores empezarán
a darle la relevancia que se merece la literatura de denuncia social?
No lo creo, honestamente.
Describir realidades duras no vende, y el mundo editorial no deja de ser un
negocio.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Estoy trabajando en una
novela que arranca en la matanza de 1982 en los campos de refugiados en Sabra y
Chatila, en Beirut, y que llega a España a principios de la segunda década del
siglo XXI… Y hasta ahí puedo decir.
¿Te
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Me gustaría daros las gracias
por la oportunidad y desearos, a vosotros y a todos los lectores, salud y mucho
ánimo en esta coyuntura tan compleja que nos ha tocado vivir.
Muchas
gracias a ti, Ismael, por tu amabilidad, tu tiempo, tus respuestas y tus fotos personales.
Esperamos que tus obras lleguen cada vez a más lectores y que pronto sepamos de
más publicaciones tuyas.
Y
a vosotros, queridos amigos lectores, gracias una vez más por estar al otro
lado de la pantalla.
Cristina Monteoliva