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lunes, 27 de abril de 2020

Reseña: EL MÉTODO IKIGAI, de Héctor García (Kirai) y Francesc Miralles.


Título: El método Ikigai
Autores: Héctor García (Kirai) y Francesc Miralles
Publica: DeBolsillo
Páginas: 304
Precio: 8,95 € (edición de bolsillo)

Stanford ,2005: Steve Jobs pronuncia su legendario discurso. Tres historias nada más, tal y como él dice, y un inestimable regalo para el mundo. Para mí, su frase «Stay hungry, stay foolish» sigue estando presente en cada día y decisión: este fue el comienzo del viaje que me llevaría a descubrir mi propósito.
Tras varias paradas en algunas estaciones que en ese momento no tenían relación con la meta principal, el viaje tomó una dirección muy clara cuando llegó a mis manos el libro El método Ikigai de Héctor García y Francesc Miralles.
Esta vez la parada conllevaba la necesidad de una profunda reflexión y de mirar hacía atrás para comprobar que la teoría de los puntos de la que hablaba Steve Jobs seguía siendo valida. Para ello vino en mi ayuda el libro El hombre en busca de sentido de V. Frankl, una de las obras sobre la que se basa el libro de dúo García-Miralles. Gracias a él pude comprender que si no hay sentido, ya tenemos una misión: buscarlo.
Así que retomé el viaje y la búsqueda que por suerte pude completar con éxito: encontré mi Ikigai. Entendí el significado de una palabra que comprende cuatro dimensiones que al juntarlas generan una energía poderosa: lo que amas, lo que sabes hacer, lo que le mundo necesita y para lo que pueden pagarte.
Aun así faltaba una pieza, un metódo que permitiera establecer las pautas, organizar los pasos, definir los procesos que en definitiva permitieran vivir el Ikigai.
Una vez más Garía y Miralles vinieron en mi ayuda publicando su libro, nunca mejor dicho, El Método Ikigai.
Este es el comienzo de un viaje intertemporal a través de las ciudades de Tokio, simbolo del tuturo; Kioto, que recoge las enseñanzas del pasado; para llegar al templo de Ise, lugar sagrado que se destruye y vuelve a construir cada veinte años, simbolizando nuestro presente. Es un viaje maravilloso a bordo de un tren que a lo largo de sus treinta y cinco paradas muestra y, sobre todo, es capaz de generar armonía entre conceptos que cogidos de forma aislada parecerían simples reflexiones. Una parada tras otra, nos conduce a nuestro destino haciendolo de una forma única: generando felicidad en el camino. Porque la felicidad no está en el camino.
Conforme pasan las páginas del libro, crece el asombro por los conceptos y enseñanzas que me brinda su lectura: muchos de ellos están presentes en la vida diaria pero no solemos hacerles caso por la rapidez a la que nos somete nuestro ritmo de vida. Leer este libro es también un paréntesis necesario para volver a una dimensión en la que somos capaces de decidir.
Las enseñanzas del futuro, del pasado y del presente se mezclan de una forma equilibrada, sin que por ello tengamos la sensación de estar en una dimensión lejana respeto a la que vivimos, o perdidos sin tener ninguna referencia que nos permita llegar a nuestro destino.
El viaje por el futuro lo realizamos a bordo del fantástico Shinkansen, el famoso tren bala. No es una casualidad: para expresar todo nuestro potencial es necesario liberar nuestra imaginación y, para ello, nada mejor que las herramientas que nos proyectan hacia el futuro.
Alcanzaremos Kioto subidos en un tranquillo trenecito que nos permitirá recuperar nuestro pasado sin caer en la nostalgia, para evitar quedarnos atrapados en uno que nunca volverá. Esta parte del viaje será la ocasión para recuperar tradiciones, recuerdos y enseñanzas que nos hicieron felices y lo seguirán haciendo en el futuro. Nuestro pasado es nuestro tesoro y fuente de inspiración.
Finalmente llegaremos a nuestro destino principal: el presente. Las enseñanzas del pasado y del futuro son los pilares para ser consciente y poner atención en cada instante del presente para decidir lo que queremos hacer y ser. Solo así podremos vivir nuestro Ikigai y disfrutar de una vida plena y feliz. Para ello falta un último consejo, cómo afirman sus autores: respirar y abrir la mente.
Que vuestro viaje a través de las páginas del libro sea increíble.
Giuseppe Favale


© Cristina Monteoliva.

domingo, 26 de abril de 2020

Entrevista: ANDREA LÓPEZ.


Queridos lectores de La Orilla de las Letras,

Volvemos con las entrevistas desde el confinamiento, esta vez con la que nos ha concedido la autora de Vigo Andrea López.
Andrea López ha publicado las novelas No sin ti (Ediciones Atlantis, 2016), Lo encontré en tus ojos (Amazon, 2017, obra que consiguió alcanzar el número uno en la categoría de romántica erótica de la plataforma y fue el libro más vendido durante varios días), Tú, hielo…Yo, fuego (Amazon, 2018, obra de más éxito de la autora hasta el momento al haber alcanzado el número uno de erótica en la plataforma y mantenerse durante más de un mes como libro más vendido de dicha categoría, además de ser también número uno en la categoría de romántica.), Pintaré estrellas por ti (Amazon, 2019), Recordaré Olvidarte (Amazon 2019) y ¿Quieres soñar conmigo? (Primer libro de la saga Sueños) (Amazon, 2019)
Andrea es también una de las organizadoras del evento Vigo Entre Letras, un evento que se suele realizar en enero con el patrocinio del ayuntamiento de Vigo y que cada año tiene una mejor acogida.
Dicho esto, aquí os dejo por fin con las palabras de la autora:

¿Qué lectura recuerdas de tu infancia?
Pufff, es una pregunta complicada porque era una devoradora de libros. La serie Los cinco de Enid Blyton fue una de las primeras que leí. Uno de mis libros preferidos cuando era pequeña (Diez u once años) era uno que se llama El espejo de C.S.R. de Edebé. Todavía lo tengo y de hecho ahora lo estoy leyendo por las noches con mi hija. Otro libro que me encantó cuando era pequeña fue el de Los escarabajos vuelan al atardecer de María Gripe.

¿Qué libro nos recomendarías leer en esta época de confinamiento?
Cualquiera que te ayude a evadirte y pasar un buen rato. Yo estoy leyendo Un lugar sobre el acantilado de Kris. L. Jordan y cuando lo acabé me pondré con uno que todavía no está publicado de Nesa Costas de quién soy lectora cero. También le tengo echado el ojo a Calcetines rotos de Judith Galán y a El dilema de Carla de Noelia Frutos.

¿Cuándo comenzaste a escribir?
En libretas y diarios desde siempre. Mi primer libro No sin ti empecé a escribirlo cuando me quedé embarazada porque tuve que guardar reposo absoluto durante un tiempo, y como soy un culo inquieto y llevaba tiempo con ganas de hacerlo me animé.

© Andrea López.

¿Por qué escribir historias de amor y pasión?
Va a sonar a cliché total, pero porque el amor en todas sus formas: Amor de pareja, amor fraternal, el amor que sientes por tu amigos, por tus hijos, en definitiva el amor en su máxima expresión es lo que mueve el mundo.

Por cierto, ¿ha cambiado el estado de confinamiento tus rutinas de escritura?
Mis rutinas no, lo que ha cambiado es que escribo más porque tengo más tiempo.

Háblanos de tus novelas: ¿de cuál de ellas te sientes más orgullosa?
No podría elegir, hasta ahora tengo seis novelas publicadas y cada una de ellas me ha aportado cosas diferentes y maravillosas.

¿Y cuál te ha costado más escribir?
Pues… No costar como tal, pero creo que con las primeras siempre tienes más dudas por el hecho de ser las primeras. Creo que cuanto más escribo más disfruto haciéndolo.




© Andrea López.

¿Sueles identificarte con los personajes de tus historias?
Siempre intento que cada personaje tenga su propia personalidad y sea único. Con sus virtudes y sus defectos, que no se parezcan a nadie. Pero es cierto que al final de una manera u otra todos tienen algo mío.

¿Qué esperas que los lectores encuentren en tus obras?
Espero que encuentren historias que los emocionen, que los hagan sentir, que les muevan algo por dentro, que los mantengan enganchados, les hagan reír, llorar, enamorarse de los personajes y tener ganas de matarlos con sus propias manos en algunos momentos y sobre todo espero que durante el tiempo que están leyendo se olviden de su mundo y se dejen llevar por la historia.

Háblanos de Vigo entre Letras, el evento del que eres organizadora en Vigo.
Vigo entre Letras es un evento literario que junto a dos compañeras y grandes amigas (Antía Eiras y Nesa costas) organizamos cada año en el mes de Enero. El evento tiene carácter solidario pues el 10% de las ventas que es el porcentaje que pertenece a la organización va íntegramente donado a una ONG que trabaja con niños. La entrada al público y los bloggers es gratuita y estamos muy contentas porque la verdad es que cada año la afluencia tanto de lectores como de escritores es mayor.
El año pasado a lo largo del día pasaron por el Museo de Arte Contemporánea de Vigo más de trescientas personas, de hecho el sitio se nos quedó pequeño y para la próxima edición (Que adelanto será el 30 de Enero de 2021) hemos contratado un sitio increíble, igual de bien situado en pleno centro de Vigo y con más capacidad.


© Andrea López.

¿Crees que cambiaremos tanto escritores como lectores después de esta pandemia?
Pues la verdad es que no lo sé, puede que al principio sí haya que cambiar algunos hábitos, pero espero que en un futuro más próximo que lejano las cosas vuelvan a la normalidad.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Pues el proyecto más próximo que tengo es la publicación En Junio de ¡Ni en tus sueños! La historia de Alex y Alana, que será el segundo libro de la serie Sueños.

¿Te gustaría añadir algo más antes de terminar esta entrevista?
Me gustaría daros las gracias por la entrevista a vosotras y a todas las personas que han dedicado un ratito de su tiempo a leerla.

Gracias a ti, Andrea, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Mucha suerte con tus proyectos.
Y a vosotros, lectores del otro lado de la pantalla, muchas gracias por estar ahí un día más.

Cristina Monteoliva

lunes, 20 de abril de 2020

Entrevista: MARÍA DOLORES GARCÍA PASTOR (II)


Queridos amigos de La Orilla de las Letras,


El mes de abril sigue su curso y, aunque siempre hay que vivir el momento, pues solo tenemos una vida, todos deseamos que por una vez el tiempo pase rápido para vernos pronto en las calles y fuera de peligro.
Hagamos el confinamiento más llevadero con buenas lecturas y lo que nos pueden aportar sus autores. O autoras, como María Dolores García Pastor.
Esta no es la primera vez que la entrevistamos, pero por si os perdisteis la anterior, volvemos a comentaros que María Dolores García Pastor es licenciada en Ciencias de la Información por la UAB. En el mundo literario, ha colaborado recomendando libros en diferentes medios (Onda Cero, La tormenta en un vaso, La Biblioteca Imaginaria…) y ha publicado los libros El susurro de los árboles (Fundación Drac, 2008), El Café de la Luna (Alrevés, 2012) y El domador de lagartijas (Palabras de Agua, 2018). Además, ha participado en libros colectivos como  Relatos de Mujeres Viajeras (Casiopea Ediciones, 2011), Sonrisa de Gato (Jirones de Azul, 2009), Scream Cielo Abierto, alto al trabajo infantil (SM, 2009), Sorbo de letras (Gobierno de La Rioja, 2010) y Más cuentos para sonreír (Hipálage, 2009). También sus relatos han aparecido en revistas como Parteaguas (México), Contemporary Literary Orizont (Rumanía) y BCN-Week (España). En el terreno de los concursos, resultó ganadora de los Premios YoEscribo.com de Novela en su edición 2008, del Concurs de Relats Breus de Dones “Paraules d’Adriana” en sus ediciones 2014 y 2016, del Certamen de Escritura Scream “Cielo Abierto” en sus ediciones 2008 y 2009 y del Concurso Literario La Rosa de Barcelona en el año 2006, además de ser finalista o mención especial en numerosos certámenes.
Y dicho esto, aquí os dejo por fin con las palabras de María Dolores:

¿Qué lectura nos recomendarías para estos días?
Cualquier cosa que nos apetezca, cualquier cosa que nos ayude a evadirnos y a salir por un rato, aunque sea con la imaginación, de esta situación extraña. Si hablamos de libros concretos: El viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda es siempre un acierto, y estos días también un pequeño homenaje a su autor recientemente fallecido; Momo de Michael Ende; La ladrona de libros de Markus Zusak; La insoportable levedad del ser de Kundera; Bichos y demás parientes de Gerald  Durrell; La Biblia de neón de John Kennedy Toole; cualquiera de la saga de Harry Potter... Pero párame que la lista podría ser interminable.

¿Y qué libro no recomendarías leer ahora (o puede que nunca)?
Para poder apreciar los buenos libros también hay que leer libros malos y para emitir un juicio hay que haber leído el libro. En todo caso, si no nos gusta siempre podemos cerrarlo y coger otro. También hay libros que en determinado momento no hay manera y luego los retomas y te gustan un montón. En cualquier caso, no suelo recordar los que no recomendaría. Todo este rollo para decir que ahora mismo no se me ocurre ninguno que no recomendaría. Mejor en positivo siempre.

¿Ha cambiado tu rutina de trabajo como escritora el confinamiento?
He intentado mantenerla dentro de lo posible porque la rutina me ayuda a mantener la cabeza en su sitio, me da seguridad; soy persona de rutinas porque este oficio, de alguna manera, lo exige. Eso sí, he tenido que aprender a gestionar la inusual actividad que hay en la casa. Yo soy como los gatos: ando un poco inquieta porque me ha invadido el espacio, pero lo llevo bien. Como escritora paso bastante tiempo de mi vida “confinada” así que, hasta cierto punto, para mí es algo más o menos normal.

© María Dolores García Pastor.

Tu última novela publicada, El domador de lagartijas (obra de la que hablamos anteriormente en La Orilla de las Letras), se ha convertido en una obra bastante popular que no solo se ha reeditado, sino que te ha llevado a ferias del libro, a dar charlas en clubs de lecturas, etc. ¿Cómo has llevado esta buena acogida? Es decir: ¿te ha sorprendido o lo esperabas desde el principio?
A veces pienso que El domador de lagartijas es lo mejor que he escrito hasta la fecha; pero una no puede ser objetiva consigo misma ni esperar que los demás piensen como ella. Es un proyecto muy personal basado en  recuerdos familiares y le tengo un cariño especial así que, supongo que es normal que piense que me quedó bastante bonito. Pero, sinceramente, también soy un poco insegura y tenía mis dudas y, por supuesto, nunca imaginé que gustaría tantísimo y que llegaría a la cuarta edición. Me ha dado enormes alegrías y muchos lectores maravillosos. Tras El Café de la Luna, y la mala experiencia editorial, pasé seis años sin publicar y sin ganas de intentarlo. Después de leer El domador de lagartijas, los lectores quieren leer más libros míos. No solo los he recuperado, sino que he ganado muchos nuevos que redescubren mis otros libros. La verdad es que es una maravilla.

Tu nueva novela, que se publicará en breve, lleva escrita desde 2014. ¿Por qué ha tardado tanto en viajar a imprenta?
Básicamente por lo que te comentaba. La mala experiencia editorial de El Café de la Luna me dejó muy tocada anímicamente. Seguí escribiendo, porque no sé dejar de hacerlo, pero estaba muy desilusionada con el mundo editorial. De tal manera que los proyectos acabados se quedaban en el ordenador, como mucho se los daba a leer a mi pareja. Los editores de Palabras de Agua, mi actual editorial, me dieron mucha confianza y me trataron genial, algo a lo que no estaba acostumbrada. Recuerdo una conversación en la que, textualmente, me preguntaban cómo era posible que, “escribiendo como escribo”, no hubiera publicado nada nuevo desde 2012. Que me valoraran me dio ánimos, me hizo creer de nuevo en mí y entonces pensé que, tal vez, les gustara esa otra novela que seguía en una carpeta del ordenador.
Ahora, a causa de la pandemia que estamos viviendo, la novela se ha quedado a las puertas de la imprenta, debería estar ya en las librerías, pero el mundo se ha parado, así que se hará esperar como todo en estos momentos.

Puesto que la obra aún no ha salido a la venta y queremos mantener altas las expectativas de los futuros lectores, no diremos su título, pero, ¿podemos decir que gira alrededor del mundo egipcio, uno de los temas que sabemos que más te apasionan?
Sí, la Egiptología es uno de mis temas preferidos, desde que era pequeña. Con nueve o diez años ya me compraba libros sobre el tema. El Antiguo Egipto me empezó a fascinar de la mano de las grandes producciones de los años dorados de Hollywood. Y, poco a poco, fui profundizando y descubriendo una cultura fascinante, tanto que he hecho varios cursos universitarios sobre la materia. Siempre había querido escribir algo sobre el tema y, al acabar uno de esos cursos, pensé que había llegado el momento.

© María Dolores García Pastor.

¿Hay algo más que puedas contarnos sobre esta obra?
Es una novela que viaja al pasado pero también se desarrolla en el presente. Las protagonistas son una arqueóloga y una misteriosa caja y su contenido. La parte que llevará al lector al pasado transcurre en el Egipto de los grandes descubrimientos arqueológicos, también el de los saqueos y los expolios. Es una novela de misterios y crímenes, me lo pasé genial escribiéndola.

¿Crees que esta nueva novela guarda algo en común con El domador de lagartijas?
Nada en absoluto. Es algo totalmente diferente a lo que había publicado hasta ahora. Para mí la escritura tiene mucho de aprendizaje y me pongo a prueba adentrándome en géneros por los que nunca he transitado. Básicamente cuento historias que me apetece contar y eso me lleva a moverme en géneros dispares, en este caso el terror, mi primera vez.

¿Qué esperas que los futuros lectores encuentren en esta nueva obra tuya?
Espero que encuentren lo que yo busco en un libro: que pasen un buen rato y que les quede un buen sabor de boca. Espero que se lo pasen tan bien leyéndola como me lo pasé yo escribiéndola.

Esta primavera nos hemos quedado sin ferias del libro, sin presentaciones y, obviamente, sin montones de lanzamientos literarios que estaban previstos para los meses de marzo, abril y mayo. Tu nueva novela también tendría que estar ya en librerías o a punto de llegar. ¿Cómo llevas este revés?
Lo llevo bien. Con los años he aprendido a ser paciente y, como escritora, también he aprendido a sobrellevar los golpes y las trampas que encuentras por el camino. Proyectos que no se materializan, negativas, editores que no te valoran ni respaldan tu obra... De todo un poco. Este año me he quedado con la novela a punto de entrar en la imprenta y una antología de relatos que debía estar lista para Sant Jordi pero, de momento, se ha aplazado. Me da un poco de pena, sí, pero hago lo que siempre hago ante los reveses: seguir escribiendo. Espero que todo se materialice cuando esto haya pasado y vuelva la normalidad. En cualquier caso lo importante es seguir aquí con salud y todos nuestro seres queridos, el resto ya llegará.

¿Crees que el confinamiento nos cambiará a escritores y lectores cuando todo acabe?
Creo que lo que está pasando cambiará el mundo en general. Está claro que habrá un antes y un después del coronavirus, estamos ante un cambio de época, pero no me atrevo a decir en qué manera nos cambiará. Espero que aprendamos algo de todo esto, pero vistos algunos comportamientos de las últimas semanas, no sé qué creer.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Durante los últimos meses he puesto punto y final a La otra cara de la Luna, la segunda parte de El Café de la Luna. Eran muchos los lectores que se habían quedado con ganas de más y, aunque es un reto importante porque puedes no cumplir expectativas, no estar a la altura de la primera parte, al final pensé que se lo debía.
Por otro lado, en uno de los clubs de lectura de El domador de lagartijas una lectora me dijo que le apetecía mucho saber más de uno de sus personajes secundarios, la Úrsula. Me pareció muy buen idea, pero no fue hasta el verano pasado, cuando encontré una camada de gatitos recién nacidos abandonados en la calle, que me puse a darle vueltas a la historia. Ya sabes que una parte importante del proceso de escritura transcurre dentro de la cabeza del escritor. En noviembre del año pasado empecé a trabajar en ese nuevo proyecto mientras dejaba macerar el anterior. Estos días he estado trabajando en ambos, cada uno en la fase en la que se encuentra. Y seguro que me dejo algo, en la cabeza siempre tenemos proyectos que algún día queremos materializar, si no mala cosa.

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar con esta entrevista?
Me gustaría animar a la gente a que lea, a que descubra y disfrute de todo lo que nos pueden dar los libros. Y agradecerte, como siempre, que pienses en mí para pasear por tu orilla.

Muchas gracias a ti, María Dolores, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Esperemos que pronto tu nueva novela pueda ver la luz y esta te traiga tanto éxito como la anterior.
Y a vosotros, amigos lectores, como siempre, gracias por estar al otro lado de la pantalla, también en los tiempos difíciles.

Cristina Monteoliva

domingo, 19 de abril de 2020

Reseña: CHOWA, de Akemi Tanaka.


Título: Chōwa
Autora: Akemi Tanaka
Traducción: Laura Pizarro
Editorial: Kitsune Books
Páginas: 336
Precio: 15,90 €

Por razones personales y profesionales, suelo leer a menudo libros que hablan de Japón. Cada uno de ellos abre una puerta que parece llevar a otra dimensión, tales son la diferencias entre nuestra cultura y la del Grande Wa, el nombre con el que se conoce la nación del Sol Naciente. Así que cuando supe de la existencia de Chōwa, sentí que tenía que leer la obra que Akemi Tanaka ha escrito para que podamos empezar nuestro camino hacia la armonía y la plenitud.
Desde las primeras páginas se hizo evidente que no se trataba de un libro como otros. Aún con palabras y conceptos muy bonitos, me mostraría cosas nuevas que me ayudarían a profundizar en mis conocimientos de mi querido Japón y su cultura. Esta sería una experiencia donde la misma Akemi me acompañaría en un viaje en el que sus vivencias y experiencias serían la brújula que me guiaría a un destino con una recompensa que por los avatares de la vida a veces parece un sueño: la armonía.
El viaje hacia la armonía comienza al llegar a casa: la de Akemi Tanaka. No tardé en descubrir que esta casa representa también la mía. Los gestos, los rituales que tienen lugar para cruzar las metafóricas puertas que separan el ajetreo diario de lo que es nuestro refugio, han sido los primeros peldaños de mi particular escalera hacía la armonía. Quizás este sea el paso más importante. Los ritmos, los sonidos y las personas que están en nuestras casas son los que nos mueven y otorgan sentido a nuestra vida. La misma que muy a menudo nos lleva a distancias de años luz de un sitio y de personas que en realidad tenemos muy cercanas.
Como no podía ser de otra forma, tras haber dejado su morada, Akemi sigue guiándome para que tome consciencia de otro gran aspecto que contribuye a mi felicidad y armonía: el trabajo y las relaciones profesionales. Es una dimensión que cada uno de nosotros conoce muy bien y que probablemente se caracterice por la búsqueda y lucha constante entre las emociones que nacen al no saber qué es lo que queremos de nosotros mismos y de los demás. Estoy muy agradecido a Akemi por llevarme a reflexionar acerca de la mía a través de una figura muy querida: el maestro interior y exterior. Aprender a aprender y enseñar son tareas que en algunos momentos pueden parecer titánicas. Y, sin embargo, una vez que hayamos descubierto para qué queremos hacerlo nuestra meta final estará un poco más cerca. Y así habremos subido el segundo peldaño de nuestra escalera.
El viaje hacia la búsqueda de la armonía llega a su fin cuando comprendemos que esta reside en la persona más importante que hay el universo: nosotros mismos. Si no somos capaces de querernos, difícilmente seremos capaces de hacer lo mismo con los demás y de llevar la armonía a nuestra existencia y relaciones. Para ello es necesario tomar consciencia primero, con nuestro cuerpo y espíritu, de que necesitamos alimentarnos con ingredientes sanos y equilibrados. El acto de la comida se convierte así en un momento vital, pleno, equilibrado y de armonía. Nuestro cuerpo y el mundo quedarán enormemente agradecidos por nuestras decisiones.
No debemos olvidar, además, la naturaleza: es una gran fuente de armonía y sabiduría. Ser consciente de que somos parte de ella nos permite escuchar y aprender que hemos de pasar a la acción para protegerla. Nuestras acciones han de realizarse pensando en el entorno y en el largo plazo. La recompensa es encontrar nuestro equilibrio en ella.
El viaje acaba reflexionando acerca de las personas que pasan por nuestra vida. Si nos paramos a pensar que cada momento compartido es único y que no volverá a repetirse, si fuéramos capaces de comprender el significado y lo efímero de cada segundo, probablemente la vida tendría más sentido.
El viaje hacia la armonía es sin duda la experiencia que todos deberíamos realiza y con Akemi Tanaka y su libro Chōwa es posible.
Giuseppe Favale


© Cristina Monteoliva.


Entrevista IREL FAUSTINA BERMEJO.


Queridos lectores de La Orilla de las Letras,

los días avanzan sin que todavía veamos el fin del confinamiento. Nos sigue quedando la esperanza de que esto no dure ya más de tres semanas. Y las letras, por supuesto. Como las de nuestra entrevistada de hoy: Irel Faustina Bermejo.
Irel Faustina Bermejo es maestra, actriz y escritora. Si nos fijamos en su currículo literario, podemos decir que es coordinadora de la revista literaria Molínea y miembro del grupo Retén literario, además de organizadora de eventos culturales como el Festival Internacional de Arte y Poesía Grito de Mujer. Ha publicado los poemarios: El Hombre era un Monte (2004), Reloj de Candela (2007), ¿Realidad desvanecida? (2007), Realidad Recobrada (2010); las otras de ensayo: Alas, un camino hacia la libertad (Ed. Seleer 2013 y Ed. ADIH, 2015),  Los secretos guardados en el silencio del corazón (Ed. Trirremis,2017) y las novelas: 22 Arcanos / Esa maldita Eva (Dulce Lectura Ediciones. 2020). Asimismo, ha colaborado en diferentes antologías y revistas literarias con sus relatos y poemas, y ha organizado diversos espectáculos poéticos.
Dicho esto, os dejamos ya con sus palabras:

De tu infancia, ¿qué libros recuerdas?
Especialmente El Principito y la colección de los cinco.

¿Y te acuerdas de cuándo comenzaste a escribir?
Empecé siendo niña, escribiendo cuentos y redacciones que mis compañeras de aula me pedían que les hiciese para la escuela. Después me adentré en la poesía, sobre los 11 o 12 años y viví la etapa romántica de mandar cartas a los chicos que me gustaban con poemas supercursis. Mis primeras publicaciones en revistas y antologías datan de finales de los setenta y, dentro del taller de teatro del instituto, creé mis primeros espectáculos poéticos con mis propios poemas. Por aquella época escribí teatro, un género que actualmente tengo abandonado. De aquellas obras solo conservo dos o tres, las demás las destruí junto con mi diario en un momento de mi vida crítico. Una de esas obras se llegó a montar y representar y ha sido publicada en una revista y la incluí dentro de mi libro Los secretos guardados en el silencio de mi corazón.

© Irel Faustina Bermejo.

Si tuvieras que elegir entre el teatro, la poesía, el ensayo o la novela, ¿con qué género te quedarías?
Cada género me ayuda a expresar de forma diferente lo que siento, pero si tuviera que elegir yo me quedo con la poesía, aunque también tengo que decir que cada vez le tengo más respeto.

¿Qué libro nos recomendarías leer en estos tiempos de confinamiento? Personalmente no me gusta recomendar ningún libro porque cada cual tiene sus preferencias y lo que a mí puede gustarme a otro no le llega. Pero no estaría mal en estos tiempos de confinamientos leer libros de aventuras y de viajes, redescubrir a Julio Verne, por ejemplo.

¿Cómo compaginas la escritura con tu trabajo en el teatro y las labores como coordinadora de la revista literaria Molínea?
Cada actividad tiene su espacio. Escribir suelo hacerlo cuando estoy a solas en casa. Necesito mucha intimidad para ello. En el Teatro tenemos nuestros días de ensayo, que ahora, con el confinamiento, se ha paralizado y se nos han caído todas las actuaciones previstas para este año, por lo menos hasta septiembre, parece ser. No sabemos si las que tenemos a partir de octubre podrán realizarse. En cuanto a la revista, yo me encargo de las relaciones humanas, del contacto directo con los escritores, de la organización de los eventos y las redes sociales, lo cual me lleva su tiempo, pero se hace. Al principio la revista era bimensual, pero es mucho el trabajo que supone y actualmente se sacan dos al año, aunque este año creo que nos vamos a quedar con un solo número. La parte de la maquetación y del contacto con la editorial lo lleva el escritor y pintor Juan Espallardo.


© Irel Faustina Bermejo.

¿Estás escribiendo más o menos que antes en este tiempo de confinamiento?
Más o menos igual. Yo no me pongo metas ni límites. Escribo cuando siento la necesidad de hacerlo o cuando tengo un proyecto entre las manos. Cuando publico un libro, dejo un tiempo de barbecho para ir preparando la tierra para la nueva aventura. Ahora voy escribiendo algún que otro poema y algún que otro relato. Tengo un poemario para publicar, pero primero he de presentar mis novelas.

Tu último libro publicado incluye las novelas 22 arcanos y Esa maldita Eva. Son sus dos primeras novelas publicadas y lo has hecho de forma conjunta. ¿Por qué has decidido hacerlo así y no de otra manera?
La razón fundamental de publicarlas en el mismo ejemplar es porque son novelas breves, de un poco más de cien páginas cada una y ya que estaban ahí consideré que para hacer dos presentaciones mejor hacer una sola y siempre saldría más económico al lector adquirirlas en un ejemplar que en dos. Aparte, las dos novelas tienen un leitmotiv común y es el viaje. Las dos novelas empiezan con un viaje, pretexto para que los personajes se enfrenten a sus demonios y terminen encontrándose a sí mismos y transformándose.

¿Qué puedes contarnos de 22 arcanos?
22 arcanos está ambientada en 1984, en plena movida. Arturo, harto de su aburrida vida decide visitar a su amiga La Maga para que le haga una tirada de Tarot. La novela se abre con el arcano del Carro en el que el protagonista se sube para salir en busca del Mundo que es su triunfo. Arturo cruza el país para vivir una aventura, un viaje iniciático, un recorrido por los 22 capítulos de la novela a través de los 22 arcanos mayores del Tarot para volver al punto de partida totalmente transformado.  El que ha regresado ya no es el mismo que partió.

© Irel Faustina Bermejo.

¿Y de Esa maldita Eva?
Es una historia de familia que se remonta hacia finales del S. XIX. La novela queda dividida en tres partes, yendo del presente al pasado y del pasado al presente. Está narrada por cinco personajes distintos. Un manuscrito aparece en un viejo baúl, desvelando una historia que remueve la herida sin cicatrizar de Laura. El manuscrito nos traslada hasta finales de 1800. Realizamos un barrido por los dos últimos siglos, cuestionando el patriarcado.
Eva, creada de la costilla de Adán, ha arrastrado generación tras generación, una maldición. Sanar esa herida de la Humanidad es lo que nos conducirá al encuentro con la Madre Tierra.

¿Qué esperas que encuentren en los lectores en 22 arcanos?
Por un lado, la novela refleja una época de transición de una dictadura a la democracia, y nos sitúa en plena movida, replantando algunos aspectos sobre la vida de los artistas; por otro lado, nos acerca a un lenguaje lleno de simbolismo como es el Tarot. Los 22 arcanos son la línea de tiempo por la que se mueve nuestro protagonista.

¿Y en Esa maldita Eva?
En esta novela lo quise reflejar, y espero que el lector lo sepa ver, es el dolor que arrastramos las mujeres desde el momento en el que la Iglesia la despoja de su sabiduría ancestral y la convierte en sierva del varón, considerándola como una costilla de Adán. A lo largo de ese barrido que se hace por la historia de los últimos siglos, el lector encuentra la ardua tarea que ha llevado la mujer para reconquistar sus derechos.

© Irel Faustina Bermejo.

¿Seremos los mismos los escritores y los lectores después del confinamiento?
Depende de cada persona. No todos estamos cortados por el mismo patrón ni vivimos esta situación de la misma manera. Los habrá que hayan reconsiderado que es inviable continuar con el mismo sistema de vida que llevamos hasta antes del confinamiento, y los habrá también que sigan igual o peor, porque si lo que estamos experimentando lo vivimos con miedo, esta emoción puede destapar los peores demonios de quien la siente. El miedo es todo lo contrario al amor y al altruismo, engrandece nuestro ego. Quizá yo sea un poco pesimista, pero creo que cuando salgamos de esto, muchos volverán a mantener el mismo ritmo de consumo, con una diferencia, y es la desconfianza ante los extraños. Creo que la vida social se va a empobrecer y en eso sí que no seremos los de antes. 

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Como anteriormente he afirmado, entre uno y otro proyecto siempre dejo un tiempo para no estar contaminada del anterior. Dejo que me llegue y cuando sienta la necesidad de abordar un nuevo proyecto, lo haré. Ahora escribo sin un objetivo concreto.

¿Te gustaría añadir algo antes de acabar esta entrevista?
Quiero agradecerte, Cristina, esta entrevista para La Orilla de las Letras, e invitar a los escritores que quieran colaborar en el próximo número de la Revista Molínea que contacte conmigo a través de Facebook e Instagram como @Irelfaustina Bermejo y, a través de privado, comparto las bases. Quiero solidarizarme con todos los artistas y con el mundo de la cultura que, con el confinamiento, nos hemos sentido perjudicados de alguna manera y cuestiono si, a partir de ahora, tendremos que asomarnos a nuevas ventanas de expresión.

Muchas gracias a ti, Irel, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Esperemos que esto acabe lo antes posible y, valiéndote de todos los medios que estén disponibles, puedas hacer llegar al gran público tu nueva otra.
Y a vosotros, lectores de La Orilla de las Letras, gracias por estar al otro lado un día más.
Cristina Monteoliva