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viernes, 24 de mayo de 2019

Reseña: LAS RATAS DEL TITANIC, de Pedro M. Domene (edición de Toromítico)

Título: Las ratas del Titanic
Autor: Pedro M. Domene
Edita: Toromítico
Páginas: 125
Precio: 14 €

Ocurre a veces que, aunque un libro haya tenido éxito hasta el punto de agotar sus ejemplares en librerías, la editorial que lo publicara por primera vez no se encuentra en condiciones de realizar una segunda edición para que la historia que contiene llegue a más lectores. Es labor del autor entonces volver a probar suerte. Este ha sido el caso de Las ratas del Titanic, la novela de Pedro M. Domene que ya reseñamos en La Orilla de las Letras cuando se publicara por primera vez hace cuatro años, y que nos llega ahora en una segunda edición gracias a Toromítico. Con motivo de esta nueva edición volvemos a publicar también nosotros la reseña con ciertas modificaciones al texto original. Atentos, que ahí vamos con nuestra vieja pero nueva versión de la revisión de esta obra:
Los fondos marinos están llenos de barcos que han naufragado en sus aguas a lo largo de toda la historia. De muchos de estos pecios, poco se conoce; de otros, sin embargo, tenemos datos hasta la saciedad, como el es el caso del Titanic. Sea como sea, siempre es interesante leer una obra divulgativa y amena para informarse bien de lo que pasó antes, durante y después de su hundimiento, como Las ratas del Titanic.
Miércoles, 10 de abril de 1912. Los pasajeros van subiendo al Titanic dispuestos a pasar un agradable viaje con destino final Nueva York. Así lo hacen también las ratas, capitaneadas por Matt, un ejemplar joven pero valiente que hará todo lo posible por que sus congéneres viajen en las mejores condiciones posibles. Durante el viaje, Matt conocerá a un montón de nuevos amigos. Entre ellos se encuentran Sam, la rata músico, los jóvenes Milly y Quim, y Kitty, una preciosa rata de campo que no para de meterse en problemas. Aunque, ¿qué problema más grande puede hacer que el inminente hundimiento del gran barco?
Según Las ratas del Titanic, el barco habría salido de puerto el 10 de abril cargado tanto de personas como ratas. Las ratas de esta historia harían cosas típicas de roedores; pero también otras más propias de los humanos, como tocar instrumentos musicales, bailar o maravillarse con los hermosos salones del barco.
Las ratas son unos seres muy inquietos, siempre están moviéndose de un lado para otro para no ser descubiertas. Esto favorece no solo que los lectores conozcan la totalidad del gran barco, sino también todo lo que en él aconteció hasta el final del naufragio. Esta es, sin duda, una forma entretenida y divertida de enseñar algo de historia a los más jóvenes. O no tan jóvenes, pues para mí Las ratas del Titanic, más que una novela infantil-juvenil, es lo que yo denomino una novela para todos los públicos.
Los personajes están muy bien perfilados. Entre ellos destacan Matt, el joven jefe ratuno, y Kitty, la intrépida rata de campo. Los dos son muy diferentes, pero pronto se conocen y empiezan a entenderse. La cuestión es: ¿sobrevivirán los dos al naufragio?
Las descripciones son muy precisas, sin llegar a ser recargadas, hasta el punto de hacer que el lector crea estar dentro del mítico barco durante la lectura.
Si hay algo que me gusta especialmente de este libro es la narración en sí, amplia en vocabulario y nada simplista. Una narración que dista mucho de la de otros libros que parecen tratar a los jóvenes como seres incapaces de comprender ciertas cosas, cuando hoy en día los niños y adolescentes están más espabilados que nunca.
Las ratas del Titanic es, además, un libro ilustrado. Tanto la portada como las ilustraciones interiores en blanco y negro corren a cargo de Ernesto Lovera. Estas piezas, muy cuidadas y precisas, nos muestran a las ratas efectuando acciones que vienen reflejadas en los capítulos, añadiendo bajo cada una de ellas una frase que indica exactamente al momento en que se refieren.
Las ratas del Titanic, en definitiva, es una obra llena de aventuras, amor ratonil y sucesos históricos reales relacionados con el Titanic que nos proporciona una buena opción para aprender en poco rato qué pasó con el aquel gran transatlántico mientras sigues a las ratas con sus cosas de roedores. Una lectura muy recomendable para jóvenes curiosos o no tan jóvenes. ¿Te atreves a comprobarlo?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.