Los que me seguís desde hace tiempo ya
sabréis que pienso que en esto de los libros siempre hay, como se suele decir,
un roto para un descosido, o sea, un libro para cada lector. Partiendo de esa
base, he procurado siempre recomendar libros para sus lectores potenciales,
independientemente de si esos libros me han gustado más o menos a mí (aunque
creo que se nota cuando un libro me entusiasma de verdad).
Pues bien, el otro día,
no sé si por el trajín en el que estoy sumida desde que se publicó mi nueva
novela, Gatitos, o por algo que me
sentara mal en el desayuno, me paré ante el escaparate de una librería y, al
ver juntos el libro de una persona tipo influencer
y el de una estrella salida de un programa de televisión, no pude evitar
ponerme a soltar unas cuantas lindezas en voz alta.
Está claro que no todos
los libros han sido creados para perdurar, menos aún en un mundo en el que hay
tantos escritores (algunos dicen que más que lectores) y tantos libros nuevos
al mes, que es difícil que uno se quede en los escaparates de las librerías más
de un mes. En realidad, el libro de consumo rápido existe desde hace mucho. El
problema es que últimamente no solo proliferan los de los famosos con años de
prestigio en sus profesiones, sino también los de los recién llegados al ámbito
público que, en muchas ocasiones, incluso confiesan que no tienen ni idea de
escribir. Ni siquiera sé si la gente que compra estos libros se anima a leerlos
una vez los tiene en su poder. Creo, y ojalá me equivoque pues ya sabemos que
el lector es el que manda y si alguien prefiere un libro mejor o peor, es su
elección legítima, que estos libros se adquieren como producto de merchandising y colección. Y, claro,
cuando tú te pasas la vida intentando que la gente encuentre lecturas de
calidad, y además de reseñista eres una escritora que se pasa mucho tiempo
intentando mejorar hasta la última de sus frases, inevitablemente al final
llega el día en el que, aunque lo intentes, no puedes pasar del tema de los
escaparates llenos de libros que tú crees (que sí, que ojalá me equivoque y
alguno sea bueno) sin sustancia aprovechable.
Por otro lado, nos
encontramos con que las ofertas en las páginas de venta online de libros son
cada vez más frecuentes, que hay lugares en España que ni siquiera tienen
librerías físicas y que los autores que publican en editoriales pequeñas o
medianas tienen cada vez más dificultades para alcanzar a sus posibles
lectores.
Con este panorama tan
desolador a veces, ¿por qué debemos seguir celebrando el día del libro?
-Porque ese 10 % de descuento
en el precio de este día sirve no solo para que los que nunca compran libros se
animen a hacerlo hoy, sino también a aquellos que sí quieren hacerla pero
tienen menos recursos económicos. También aquellos que quieran comprar un buen
lote de libros lo harán aprovechando el descuento.
-Porque este día acerca
a los libreros y a los autores que firman hoy sus libros en ferias y librerías
a los lectores.
-Porque, sea como sea, la
lectura es importante tanto en el nivel social como en el personal: ¡leer es
importante para formar nuestras mentes!
-¡Porque todos los
amantes de los libros nos merecemos un día para celebrarlo al año!
Así que tengas los motivos
que tengas para celebrarlo, ¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!
Os dejo con una foto de una la Librería Cabrera, de Almuñécar, una en la que no salen influencers en el escaparate. (Por cierto, lo de los escaparates con influencers tampoco es culpa de los libreros, que solo ganan un 30 % del precio del libro vendido y claro, necesitan vender; sino del mercado en sí. ¿Algún día conseguiremos revertir esta tendencia? Veremos).
Os dejo con una foto de una la Librería Cabrera, de Almuñécar, una en la que no salen influencers en el escaparate. (Por cierto, lo de los escaparates con influencers tampoco es culpa de los libreros, que solo ganan un 30 % del precio del libro vendido y claro, necesitan vender; sino del mercado en sí. ¿Algún día conseguiremos revertir esta tendencia? Veremos).
Cristina Monteoliva
Escaparate de la
Librería Cabrera, Almuñécar, a 23 de abril de 2019.
No, esta no es de las que ponen influencers en el escaparate, sino libros muy seleccionados por su calidad literaria.
No, esta no es de las que ponen influencers en el escaparate, sino libros muy seleccionados por su calidad literaria.
© Cristina
Monteoliva.