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jueves, 21 de febrero de 2019

Reseña: LECTURA FÁCIL, de Cristina Morales.


Título: Lectura fácil
Autora: Cristina Morales
Publica: Editorial Anagrama
Páginas: 424
Precio: 19,90 € / 9,99 € (eBook)

Existe en Italia una cadena de radio cuyo eslogan dice «para gente muy normal» (para más inri, en inglés, que en si en España nos quejamos del abuso de los anglicismos, lo de los italianos es ya, como diríamos por aquí, la repera). El mensajito, por más que lo haya escuchado mil veces, siempre me descoloca. ¿Qué quieren decir con eso de que solo ponen música para la gente muy normal? ¿Qué entienden ellos por gente normal? ¿Es solo la gente normal para ellos gente de bien? Y luego pienso: ¿qué tiene exactamente de bueno ser normal? ¿Y todo esto a qué viene?, os preguntaréis vosotros. Pues a que hace unas semanas leí Lectura fácil, la novela de Cristina Morales ganadora del Premio Herralde 2018 y por fin me he decidido a hablaros de ella.
Àngels, Nati, Marga y Patri son cuatro mujeres discapacitadas mentales en distinto grado y emparentadas entre sí que comparten un piso tutelado en primera línea de playa de Barcelona. Aunque la convivencia no siempre es fácil, las cuatro han conseguido vivir de forma prácticamente autónoma durante un tiempo. Cuando su libertad se ve en peligro por culpa de los informes negativos de las encargadas de la administración en vigilarlas, Marga decide que ha de encontrar una casa para ocupar ella sola. Para ello, contará con la ayuda de Nati, su prima más conflictiva, y de los componentes de un ateneo anarquista. Como es de esperar, los planes de Marga se acaban truncando en algún momento del proceso. ¿Conseguirán las primas seguir en su piso tutelado, a pesar de todo?
Esta es la historia de cuatro parientas tan distintas entre ellas como valiosas por sí mismas. La mayor de todas ellas es Àngels, una chica tartamuda que no tuvo problemas en vivir en los centros rurales y urbanos para discapacitados mentales hasta que allí empezaron a maltratar a sus primas. Àngels pensó entonces en cómo sacarlas a todas allí. Su plan, después de varios pasos previos, las llevó a todas a vivir en un piso tutelado del que pronto tal vez tengan que marcharse.
Pero antes de conocer a Àngels y su historia, conoceremos a Nati. Nati, el personaje que más páginas abarca de esta novela con sus memorias, sus argumentaciones y su rabia hacia el patriarcado, los fachas y todo lo que crea que oprime a la mujer, era una bailarina dedicada y una estudiosa a punto de acabar su doctorado cuando un misterioso incidente la dejó discapacitada. Desde entonces, cada vez que Nati se ofusca lo más mínimo, dos compuertas de cristal le tapan la cara y hacen que no pare de discutir con quien sea hasta que ella le apetezca terminar. Como bien dice su hermana, Patricia, es imposible discutir con Nati: ella siempre hará lo que sea por tener la razón. ¿Y la tiene realmente? Pues yo diría que aunque muchas veces se ponga un tanto pesada, buena parte de lo que Nati dice y escribe (en esta novela veremos también un original Fanzine hecho por ella), da, cuanto menos, para un buen rato de reflexión.
Patricia es la hermana de Nati. A ella la conoceremos, fundamentalmente, por las declaraciones que hace ante la jueza encargada de decidir si es necesario esterilizar o no a Marga. Patricia, que apenas puede ver por una enfermedad degenerativa, habla muy rápido y se altera con facilidad, lo que la lleva a llorar y a formar estropicios en la cocina. Como veremos en los episodios protagonizados por ella, Patricia quiere a sus parientas, pero también diría y haría cualquier cosa por quedarse en el piso tutelado.
De Marga sabremos tanto por lo que Nati cuenta de ella como por las actas de las descacharrantes sesiones que se celebran en el ateneo anarquista al que acude para pedir ayuda. Marga está deprimida desde que, no hace mucho en la narración, llegó a tener consciencia de su discapacidad. Harta de que no la dejen vivir su sexualidad (mucha) como ella quiere y de que los servicios sociales la controlen, decide ocupar un piso con todas sus consecuencias.
Y luego está Àngels, que ha decidido escribir una novela por el método de lectura fácil, un sistema de escritura que se emplea para las personas que tienen mermadas sus capacidades lectoras de forma temporal o permanente. Será a través de su novela cómo sabremos del pasado de las cuatro mujeres, de los sacrificios de la mayor de ellas y de su necesidad de buscar su lugar en una sociedad que intenta llevar al redil de esa idílica normalidad a todo el que es diferente.
Imagino que a estas alturas habréis leído ya todo tipo de opiniones sobre este libro, muchas de las mejores reflejadas en la megafaja que la editorial ha impuesto a la segunda edición de esta obra. Igual estáis ya hartos de leer que esta es una novela revolucionaria, necesaria tanto desde el punto de vista feminista como desde el de la revisión de las políticas actuales y de la sociedad en la que vivimos. Una novela que para muchos puede resultar incómoda, para otros, una revelación (ahí me incluyo: no voy a negar que esta obra me ha marcado) y para muchos una lectura para nada fácil, a pesar de su irónico título (todo un acierto, he de decir).
¿Por qué seguir entonces hablando de este libro? Porque verdaderamente lo merece. Este es un libro denso en contenidos que giran alrededor de la realidad de la sociedad española, en general, y de ciertos colectivos, en particular, lo que podría llegar a dar la sensación de que va a ser una lectura pesada. Y, sin embargo, para el lector ávido de buenas experiencias lectoras estoy segura que resultará todo lo contrario precisamente por estar también este libro lleno de elementos que lo hacen de verdad auténtico: distintas formas de mostrarnos, con la narración, la realidad de sus protagonistas; mujeres con personalidades muy marcadas que buscan, unas, encajar en esta sociedad que mete en el mismo saco a personas con distintas funcionalidades y los convence, en muchas ocasiones, de que tienen que aspirar a ser como la gente supuestamente normal; otras que quieren romper con la sociedad y vivir su propia vida; anarquistas más centrados en discutir entre ellos cualquier concepto antes de centrarse en los temas importantes por los que se reúnen; servicios sociales que ofrecen actividades dentro de lo políticamente correcto y se escandalizan cuando alguien se sale de sus normas establecidas y, sobre todo, montones y montones de momentos verdaderamente desternillantes que hicieron que durante unos pocos días me aferrara a las páginas de esta novela como Nati lo haría a una buena discusión sobre machirulos y fachas.
Lectura fácil, en definitiva, es una magnífica obra sobre cuatro mujeres esclavas de un sistema que apenas les deja libertad. Una novela sobre el derecho de cada persona a vivir su intimidad de la manera que le dé la gana, lo pernicioso que resulta lo políticamente correcto en numerosos aspectos de nuestra sociedad actual y lo mucho que nos queda por ganar en materia de igualdad. Una historia llena de fuerza, originalidad, autenticidad, risas y significado que no dejará indiferente a ninguno de sus lectores. Y tú, ¿a qué esperas para hacerte ya con tu ejemplar de Lectura fácil?
Por cierto, la gente normal no existe. Es una falacia inventada para que algunos se sientan tranquilos. Todos somos raros a los ojos de alguien. Y eso sí que está bien.
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.