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lunes, 22 de octubre de 2018

Reseña: EL NERVIO PRINCIPAL, de Daniel Saldaña París.


Título: El nervio principal
Autor: Daniel Saldaña París
Publica: Sexto Piso Editorial
Páginas: 192
Precio: 18,90 €

Pensamos que tenemos superados ciertos sucesos que nos afectaron en el pasado, que esos recuerdos ya no pueden hacernos daño. Entonces, un día cualquiera, ocurre algún evento, tal vez algo insignificante, que nos transporta a ese dolor que creíamos enterrado. Las heridas se reabren, brota de nuevo el dolor. Y lo que es peor: puede que esa herida no llegue a cerrarse de nuevo nunca, como en el caso del protagonista de El nervio principal, la novela de Daniel Saldaña París de la que tratamos hoy.
Un martes del verano de 1994, el protagonista sin nombre de esta historia no recuerda si fue de julio o de agosto, Teresa, una madre de familia hasta entonces abnegada, decidió dejar a sus dos hijos y a su marido para ir a presenciar la Convención Nacional Democrática de la Selva Lacandona, convocada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, para, seguidamente, unirse a la lucha por el pueblo de Chiapas. Mucho después, el hijo menor de Teresa, un hombre de treinta y tres años postrado en la cama a causa de una fuerte depresión, escribirá en sus cuadernos sobre aquel extraño verano en el que intentó averiguar a dónde se había ido su madre, se obsesionó con el origami, asistió a las numerosas fiestas que su hermana Mariana organizó en su casa e intentó conectar, sin éxito, con un padre que, sin duda, tuvo mucho que ver con la desaparición de Teresa.
El narrador y protagonista de esta novela de magistral manufactura es un hombre que jamás ha superado la desaparición de su madre, aunque hasta no hace mucho, tras la muerte de su padre, no fue consciente de cuánto le afectaba todavía. Deprimido e instalado en la cama, nuestro hombre intenta explicarse más a sí mismo que a los lectores lo que pasó aquel verano de 1994 y todo lo que después de aquella fecha tuvo relevancia para él. Los sucesos del pasado más remoto se entremezclan, así, con otros de uno más cercano, mostrándonos, al final, un cuadro en el que Teresa, la mujer valiente que se fue persiguiendo sus ideales, es siempre el foco de atención mientras que su marido y sus hijos siempre se muestran en la periferia de sus afectos.
En 1994, nuestro protagonista era un niño de diez años que se esforzaba por hacer figuras de origami (siempre sin éxito), creía que los tatuajes temporales que regalaban los chicles podían contener drogas, leía libros del tipo “elige tu aventura”, pensaba que todo lo malo ocurría en martes, intentaba demostrar su teoría sobre el hemisferio izquierdo y construía cápsulas oscuras en las que esconderse de los demás. Este niño, tal vez más inocente que el resto de sus congéneres de su edad, descubrió pronto no solo lo que es el nervio principal de una hoja vegetal, sino también para su familia, cuando su madre, Teresa, decidió dejarles.
Teresa, la madre idealizada por su hijo, era una mujer enigmática que, cansada de una vida convencional, se fue persiguiendo sus ideales políticos. Su hijo, mucho tiempo después, no la culpa por ello pues entiende que ni Teresa amaba a su padre (un hombre al que nuestro narrador se parece cada vez más, a su pesar) ni era feliz con aquella vida que tenía antes de marcharse. Y, sin embargo, el vacío, la pérdida, duele todavía tanto tiempo después. Hasta casi consumirle. Da igual que por fin tenga todas las respuestas: el niño de diez años que todavía fue sigue sin entender que su madre se fuera dejando atrás a su familia.
El nervio principal, en definitiva, es una novela agridulce que nos habla de una época crucial de la historia reciente de México, de lo que significa tener unos fuertes ideales políticos que te lleven a dejar tu vida y lo que eso conlleva para los que dejas atrás. Una historia sobre un niño demasiado sensible para lo que le tocó vivir y un adulto que tal vez debería intentar superar sus traumas y seguir adelante con su vida. Una obra llena de incertidumbre, experiencias inolvidables, sabias enseñanzas y ternura que está esperando a que le des una oportunidad. Adelante: no dejemos nosotros también a su protagonista en la estacada.
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.