Título: Gilda en los Andes
Autor: Fernando Marañón
Publica: Berenice
Páginas: 413
Precio: 19 €
¿Eres un cinéfilo empedernido que
visualiza con nostalgia los grandes clásicos de la gran pantalla en blanco y negro
o tecnicolor? ¿Te gustaría vivir una aventura como aquellas que se vivían en el
cine de antes, con intrigas, viajes, paisajes y giros inesperados? ¿Y si además
pudieras hacerlo sin moverte de casa, la playa o el autobús que te lleva a tu
próximo destino turístico? Dejémonos de preguntas: si has respondido con
entusiasmo a las anteriores, tu libro puede que sea Gilda en los Andes, la novela de Fernando Marañón de la que os
hablaré a continuación.
Antón Requena no
soporta ver el cierre de la Filmoteca de Cádiz, institución que dirige desde hace
años. Por eso, antes de que sus amigos y compañeros sepan la triste noticia,
pone rumbo a Noruega con el fin de sorprender con una última película guardada
en el festival cinematográfico que se celebra en TromsØ.
Contemporáneamente, un famoso director danés fracasado se dirige, por órdenes
del servicio secreto de su país, hacia Roma, con el fin de hacerse con un
importante lote de objetos pertenecientes al rey Alfonso XIII en una subasta.
El destino de ambos, cinéfilo y director, se cruzará por culpa de una película
que muchos codician. Pero, ¿por qué la buscan? ¿Qué misterios ocultan sus
fotogramas? ¿Serán acaso ambos hombres capaces de revelar el misterio y salir
indemnes al final?
Antón Requena, uno de
los protagonistas de Gilda en los Andes,
es un cinéfilo empedernido desde la infancia, cuando su padre le introdujo en
el mundo del cine y su tío, un actor secundario de reputada fama, comenzó a
regalarle películas. La Filmoteca de Cádiz ha sido desde hace años una parte
muy importante de su vida, y su cierre se le hace tan insoportable, que no es
capaz ni de dar la noticia a sus compañeros de trabajo y amigos. Desesperado y
con un plan final, Requena pone rumbo a Noruega, el país de su madre. Allí no
solo se encontrará con otros fanáticos del buen cine, sino también con una
hermosa mujer y un gran misterio por resolver.
Por su parte, el
director de cine danés, del que no sabemos su nombre, es un hombre también
derrotado. En su caso, su carrera se ha venido abajo tras unas cuantas malas
películas, y ya solo le queda el que todo el mundo que se lo encuentre por la
calle le compare con Lars von Trier, el otro director danés famoso. El director
no tiene ninguna gana de viajar por toda Europa mientras su mujer rueda, sin su
consentimiento, la última y provocativa película de von Trier. Pero el servicio
secreto danés es demasiado persuasivo y a él no le queda más remedio que llegar
hasta Roma, en busca de las pertenencias de Alfonso XIII, para pronto darse
cuenta de que los espías pagados por su gobierno le han metido en un embrollo
del que le será muy difícil salir.
Gilda
en los Andes es una novela hecha desde el amor al
cine de su autor, Fernando Marañón. Las referencias a anécdotas de todo tipo,
películas, actores y directores son continuas, de forma que a veces olvidas que
estás leyendo una obra de ficción y crees encontrarte ante un concienzudo
(aunque distendido) ensayo. Por otra parte, el ritmo de la narración y los
lugares que sus personajes recorren (los bares de todo tipo, Roma, Madrid,
Cádiz, distintas localidades de Noruega, etc) resultan tremendamente
cinematográficos. Por si fuera poco, sus protagonistas, dos heroicos
perdedores, recuerdan bastante a aquellos galanes de las películas clásicas en
blanco y negro, o de las primeras cintas a color. ¿Se atreverá algún director a
adaptar esta novela a la pequeña o a la gran pantalla?, me pregunto tras la
lectura.
Gilda
en los Andes, en definitiva, es una novela con la
que aprender de las películas de Buñuel, Rossellini, Sara Montiel, Orson
Welles, Ava Gardner y muchos más actores y directores famosos, y con la que
vivir una aventura llena de peligros, acción, misterios y giros inesperados al
ritmo frenético de las obras clásicas del cine internacional. Si eres un
nostálgico del cine, si visualizas con melancolía las películas de antaño, tal
vez este sea tu libro. ¿A qué esperas para comprobarlo?
Cristina Monteoliva