Título: El espectáculo
del tiempo
Autor: Juan José
Becerra
Publica: Candaya
Páginas: 528
Precio: 20 €
¿En qué momento han de comenzarse a
escribir las memorias de una persona? ¿Desde su nacimiento? ¿Es que acaso la
vida de los familiares que nos precedieron no influyen en nosotros? ¿Y es que
no estamos en realidad unidos a toda la humanidad? Si quieres encontrar
respuestas para estas preguntas tal vez tengas que leer El espectáculo del tiempo, el libro de Juan José Becerra del que
hoy os vengo a hablar.
Juan tiene muy buen
sentido del humor, unas salas de cine en Junín (Argentina), un padre
incorregible, una historia de amor fallida con una mujer llamada Bárbara,
varios hijos, una madre estrella de la televisión local y unos amigos con
anécdotas muy curiosas. Un buen día, Juan decide escribir sobre su vida. El
resultado es El espectáculo del tiempo,
un libro de memorias peculiar que no dejará indiferente a ningún lector.
Juan es un argentino de
Junín que en algún momento de su vida fue dueño de las salas cine Lumière SRL. Alcanzada
cierta madurez, Juan decide escribir las memorias de su vida siguiendo su
instinto. Este orden no se basa en la cronología, sino en los traumas,
experiencias placenteras y las relaciones de Juan con los demás. Los numerosos
saltos temporales a manera de capítulos de los que consta este volumen nos
llevaran a conocer no solo al protagonista, sus familiares y amigos, sino
también ciertos hechos de la historia de la humanidad (el desastre de Pompeya,
el Mundial de vuelo de 1963, etc) que el autor de esta biografía tan poco al
uso cree que son relevantes para comprender su existencia.
¿Quién es en realidad
Juan? Juan es un hombre nacido en la década de los sesenta del siglo pasado con
algunos problemas económicos, historias sentimentales no bien resueltas, varios
hijos y una relación complicada con sus progenitores, siempre, y con sus
amigos, a veces. Pero Juan no solo es eso. Juan también es lo que los demás
piensan de él, los recuerdos distorsionados de su infancia, sus anhelos, etc.
Es por ello que en sus memorias son necesarias también las vidas de sus
familiares, de sus amigos e incluso de personajes de la historia con los que, a
primera vista, no parece tener relación.
Mucho de lo que somos
se lo debemos a nuestros padres, aunque a veces no entendamos el por qué. Yo
diría que parte del carácter un tanto caprichoso de Juan se lo debe a su madre,
la estrella de una cadena de televisión local. Tras separarse de su primer
esposo, se volvería a casar varias veces. Aunque personalmente su historia de
diva de provincias me parece apasionante, Juan dedica mucho más tiempo a hablar
de su relación con su padre, un gruñón que todo lo sabe que se pasa la vida
eludiendo responsabilidades.
Pero si hay un tema al
que Juan le dedica tiempo es a su relación fallida con Bárbara Rodríguez (y a
su vida amorosa sexual, en general, por extensión, con todo lujo de detalles
eróticos). Bárbara es probablemente la mujer más importante en la vida de Juan.
Sin embargo, los encuentros y desencuentros con ella son inevitables. ¿Será
posible que consigan estar juntos o tendrán que aceptar finalmente que son
incompatibles como pareja?
Juan tiene a lo largo
de su vida unas cuantas amantes y otro buen número de amigos curiosos, como
Lorenzo, obsesionado con Laura más allá de la muerte. ¿Aprenderá Juan algo de
todos ellos? Y ellos, ¿aprenderán algo de Juan o jamás llegarán a entenderle?
El
espectáculo del tiempo, en resumen, es una novela a
manera de memorias escritas de forma original y con grandes dosis de ironía y
erotismo donde los saltos temporales y temáticos son constantes, aunque la
premisa siempre sea la misma: conocer la vida y personalidad de Juan, su
supuesto autor. El libro no solo nos descubre a un hombre inteligente de
nuestros tiempos, sino que también nos da a conocer la vida en Argentina y
paisajes de otros países de Sudamérica. También nos ayuda a comprender que lo
que recordamos de nuestra vida tal vez no pasó exactamente así, sino que el
tamiz de la memoria nos lleva a recordar los sucesos de la forma que a veces
más nos conviene por nuestro propio bien (por nuestra propia supervivencia). Una
historia, en definitiva, que los amantes de las buenas letras argentinas y de
las historias biográficas (aunque no siempre hablen de biografías reales) creo
que disfrutarán.
Cristina Monteoliva