Título: Esta noche moriré
Autor: Fernando Marías
Publica: Editorial Alrevés
Páginas: 160
Precio: 14 €
El rencor es un sentimiento
minusvalorado. La gente que se jacta de tener siempre buenos sentimientos y
pensamientos hacia el prójimo piensa que el rencor es algo efímero, algo que se
cura con un poco de tiempo, como una pequeña quemadura o una gripe. Por el
contrario, el rencor, sabemos muchos otros, puede arder dentro de alguien
dolido durante toda una vida. En ocasiones, incluso, esa fuerza puede impulsar
al que la posee a planificar grandes venganzas. Con la más grande de todas: así
es como arranca Esta noche moriré, la
novela de Fernando Marías de la que hoy quiero hablaros.
El policía Delmar
recibe una manuscrito a manera de larguísima carta. La misiva, escrita por Corman,
un delincuente al que Delmar mandara a la cárcel muchos años atrás, comienza
explicando que el propio Corman se suicidaría dieciséis años antes de que el
policía recibiera la carta. Tras tan impactante información, Delmar conocerá, de
puño y letra de su enemigo, el motivo de su muerte, que no es otro que el
vengarse de él. También conocerá el policía el porqué de todas las desgracias
que le han pasado desde la muerte de Corman. El objetivo último de la carta no
es otro que el conseguir que Delmar se suicide. ¿Lo conseguirá su autor?
“Me suicidé hace
dieciséis años”. Con esta impactante afirmación arranca Esta noche moriré , la novela de Fernando Marías publicada hace
veinte años por primera vez y que nos trae de vuelta la Editorial Alrevés, con
el aliciente de incluir, tras el texto original, el interesante monólogo
inspirado en la historia que han escribo QY Bazo y Fernando Marías. Un
monólogo, además, que interpreta Fernando Marías sobre el escenario para dar
mayor énfasis a sus explicaciones sobre las historias de la novela (tanto la
trama en sí como el recorrido editorial de la misma), los puntos más curiosos
que encontraremos en el libro y la inquietud que ciertos hechos relacionados
con la novela le han producido a lo largo de los años.
Pero volvamos a esa
impactante frase inicial: “Me suicidé hace dieciséis años”. El autor de estas
palabras es Corman, un delincuente al que el policía Delmar mandó a la cárcel
hace años. Corman trabajaba para La Corporación, una organización criminal
relacionada con el tráfico de obras de arte de gran valor. La Corporación sería
lo suficientemente vieja y poderosa como para proporcionar los medios a Corman
para vengarse de Delmar. Lo único que necesita nuestro narrador para llevar a
cabo su plan es tiempo y paciencia.
Un hombre encarcelado
tiene mucho tiempo para pensar. El plan que le presenta Corman a Delmar, sin
embargo, es tan sumamente meticuloso y perverso que cuesta creer que un solo
hombre haya sido capaz de imaginarlo y conseguir que sus secuaces lo pongan en
marcha más allá de su propia muerte. El resultado de los planes de Corman lo
conoceremos al final del libro. ¿Decidirá entonces Delmar suicidarse también?
Esta
noche moriré es una novela corta que consta de dos
tipos de narraciones. La primera de ellas, la larga carta, nos llegará de mano
de Corman, el cruel delincuente. Cuando Delmar termine de leer la carta, nos
encontraremos con un narrador omnisciente que nos desvelará hasta qué punto
acertó con sus predicciones el cruel Corman, cómo acaba esta historia. Ambas
narraciones, no obstante, son igualmente apasionadas, intensas e hipnóticas:
imposible separarse del libro hasta conocer todos y cada uno de los malvados
planes del hombre encarcelado que, para llevar a cabo sus planes, ha de
suicidarse. Imposible tampoco quedar indiferente al conocer el final. Entonces,
¿por qué este libro se vendió tan poco la primera vez que se publicó, como nos
cuenta el propio Fernando Marías en el monólogo anexo? ¿Y por qué la segunda
edición tampoco encontró la fortuna en las librerías? ¿No será que en verdad
algo parecido a La Corporación existe y no quiere que nosotros conozcamos sus
más terribles secretos?
Esta
noche moriré, en definitiva, es una novela corta
bien cargada de contenido (también podríamos decir que es como un puzzle de mil
piezas en tamaño miniatura donde todo encaja a la perfección) que combina a la
perfección la narración epistolar con la de un narrador que todo lo sabe sobre
los personajes. Sin duda, se trata esta de una pequeña joya de la literatura
negra española que creo que a muchos nos gustaría ver también en la gran
pantalla. Espero que, veinte años después de su primera publicación, esta
novela sea colocada por los lectores en el puesto que se merece. O dicho de
otra manera: como te guste la novela negra y no te hagas con un ejemplar de
esta, ya te puedes ir preparando porque estoy dispuesta a mandarte a Corman a
casa.
Cristina Monteoliva