Páginas

miércoles, 6 de abril de 2016

Reseña: QUE NO, QUE NO ME MUERO, de María Hernández Martí y Javi de Castro.

Título: Que no, que no me muero
Texto: María Hernández Martí
Ilustraciones: Javi de Castro
Publica: Modernito Books
Páginas: 196
Precio: 19,50 €

Ya sea por cuestiones genéticas, por el estilo de vida que llevamos o porque simplemente el cuerpo humano no está programado para vivir tanto como lo hacemos hoy en día, el caso es que la mayoría de los seres humanos estamos condenados a padecer algún tipo de cáncer en algún momento de nuestra vida. Para las mujeres, el de mama es el más común, y, por suerte, es uno de los que más esperanzas de curación tienen.
         Que puedas curarte de él no implica que salgas del todo indemne del proceso. No olvidemos que antes de aplicar quimioterapia y radioterapia, hay que extirpar los tejidos dañados, en algunos casos, la totalidad de la mama. Y luego está el tema de la medicación que hay que tomar durante varios años, medicación que… Bueno, si no sabéis sobre el tema, mejor que os lo cuente todo Lupe, la protagonista de Que no, que no me muero, el cómic escrito por María Hernández Martí e ilustrado por Javi de Castro del que hoy os vengo a hablar.
Lupe es una mujer de treinta y ocho años que se enfrenta al problema más grande de su vida: el cáncer de mama. Aunque Lupe no está sola (cuenta con el apoyo de sus padres, sus hermanos, su pareja y hasta su perra, la temible Termita), superar la enfermedad no es que le vaya a resultar nada fácil. Y es que el camino hacia la curación está lleno de pequeños reveses, de personas cenizas, de gente que quiere que sea el culmen del pensamiento positivo y todo tipo de situaciones curiosas de las que Lupe dará cuenta en este libro. Lo que tiene claro Lupe es que no va a morirse, se pongan como se pongan los demás.
Tal y como Lupe explica en el prólogo de este libro, la fe es algo que ella perdió en el colegio. Paciencia tampoco es que tenga mucho. ¿Y buen humor? Bueno, solo a ratos. Lo suyo es más bien un humor negro, negrísimo. Lo que sí tiene Lupe, como bien se demuestra en los distintos capítulos de este fantástico libro ilustrado es que no tiene ganas de morirse, y que en ningún momento ha pensando siquiera que eso llegaría a ocurrir.
A Lupe le diagnostican cáncer de mama. Es de un tipo que se cura bien, así que Lupe intenta no preocuparse más de lo normal. A lo largo de las páginas de este cómic viviremos con ella sus anécdotas más divertidas (en el parque, con su familia, en el hospital), sus momentos más surrealistas (con los amigos, en el hospital), su forma de afrontar la enfermedad (a veces con optimismo; otras veces, no tanto), sus momentos buenos y sus momentos malos. Gracias a Lupe descubriremos la risa en los momentos más dramáticos, las verdades sobre el cáncer que nadie nos cuenta y un montón de situaciones que nos harán, sin duda, adorarla.
El libro se compone de un prólogo y treinta y dos capítulos, o sea, de un total de treinta y tres aventuras de Lupe. En cada una de ellas, predomina un color (a veces el verde, otras el negro…) El color predominante y el estilo de las viñetas van en función del tipo de historia que se cuente en cada momento. En todo caso, he de decir que siempre texto y dibujo encajan a la perfección, proporcionando una experiencia única de lectura al lector.
¿Es Que no, que no me muero una novela gráfica? Podría decirse que sí, aunque no parezca una novela al uso. ¿Sería mejor decir que es un diario de la enfermedad o una especie de blog ilustrado? Que cada cual elija la etiqueta que quiera. La cuestión es no dejar de leerla. Porque Que no, que no me muero, además de divertir y llenar de color nuestras vidas, nos acerca al mundo de las personas que padecen cáncer de mama. Nos demuestra lo terrible de la enfermedad, pero también las anécdotas curiosas que pueden surgir de la experiencia. Nos enseña que nadie que padezca cáncer es un superhéroe: solo personas que intentan llevar su enfermedad lo mejor posible. Y muchas, muchas cosas más.
Me gustaría recomendar la lectura de Que no, que no me muero a todos los amantes de las buenas historias gráficas. También me gustaría que leyeran este libro todos los lectores de buenos relatos, de historias divertidas a la par que realistas y todas personas sensibles, en general. Pero, sobre todo, me gustaría que leyera este volumen toda esa gente que jamás se pone en la piel de los enfermos y va por ahí dando consejos: que si tienen que tomarse esto para curarse mejor, que si hay que ser positivo que si… Que no, que nadie se quiere morir, pero que cada uno tiene derecho a vivir su enfermedad como buenamente pueda o quiera.
Que no, que no miento: Que no, que no me muero es un libro sencillamente maravilloso. No lo dejéis escapar.
Cristina Monteoliva