Título: Que no, que no me
muero
Texto: María Hernández Martí
Ilustraciones: Javi de Castro
Publica: Modernito Books
Páginas: 196
Precio: 19,50 €
Ya sea por cuestiones genéticas, por el
estilo de vida que llevamos o porque simplemente el cuerpo humano no está
programado para vivir tanto como lo hacemos hoy en día, el caso es que la
mayoría de los seres humanos estamos condenados a padecer algún tipo de cáncer
en algún momento de nuestra vida. Para las mujeres, el de mama es el más común,
y, por suerte, es uno de los que más esperanzas de curación tienen.
Que
puedas curarte de él no implica que salgas del todo indemne del proceso. No
olvidemos que antes de aplicar quimioterapia y radioterapia, hay que extirpar
los tejidos dañados, en algunos casos, la totalidad de la mama. Y luego está el
tema de la medicación que hay que tomar durante varios años, medicación que…
Bueno, si no sabéis sobre el tema, mejor que os lo cuente todo Lupe, la
protagonista de Que no, que no me muero,
el cómic escrito por María Hernández Martí e ilustrado por Javi de Castro del
que hoy os vengo a hablar.
Lupe es una mujer de
treinta y ocho años que se enfrenta al problema más grande de su vida: el
cáncer de mama. Aunque Lupe no está sola (cuenta con el apoyo de sus padres, sus
hermanos, su pareja y hasta su perra, la temible Termita), superar la
enfermedad no es que le vaya a resultar nada fácil. Y es que el camino hacia la
curación está lleno de pequeños reveses, de personas cenizas, de gente que
quiere que sea el culmen del pensamiento positivo y todo tipo de situaciones
curiosas de las que Lupe dará cuenta en este libro. Lo que tiene claro Lupe es
que no va a morirse, se pongan como se pongan los demás.
Tal y como Lupe explica
en el prólogo de este libro, la fe es algo que ella perdió en el colegio.
Paciencia tampoco es que tenga mucho. ¿Y buen humor? Bueno, solo a ratos. Lo
suyo es más bien un humor negro, negrísimo. Lo que sí tiene Lupe, como bien se
demuestra en los distintos capítulos de este fantástico libro ilustrado es que
no tiene ganas de morirse, y que en ningún momento ha pensando siquiera que eso
llegaría a ocurrir.
A Lupe le diagnostican
cáncer de mama. Es de un tipo que se cura bien, así que Lupe intenta no
preocuparse más de lo normal. A lo largo de las páginas de este cómic viviremos
con ella sus anécdotas más divertidas (en el parque, con su familia, en el
hospital), sus momentos más surrealistas (con los amigos, en el hospital), su
forma de afrontar la enfermedad (a veces con optimismo; otras veces, no tanto),
sus momentos buenos y sus momentos malos. Gracias a Lupe descubriremos la risa
en los momentos más dramáticos, las verdades sobre el cáncer que nadie nos
cuenta y un montón de situaciones que nos harán, sin duda, adorarla.
El libro se compone de
un prólogo y treinta y dos capítulos, o sea, de un total de treinta y tres
aventuras de Lupe. En cada una de ellas, predomina un color (a veces el verde,
otras el negro…) El color predominante y el estilo de las viñetas van en
función del tipo de historia que se cuente en cada momento. En todo caso, he de
decir que siempre texto y dibujo encajan a la perfección, proporcionando una
experiencia única de lectura al lector.
¿Es Que no, que no me muero una novela
gráfica? Podría decirse que sí, aunque no parezca una novela al uso. ¿Sería
mejor decir que es un diario de la enfermedad o una especie de blog ilustrado?
Que cada cual elija la etiqueta que quiera. La cuestión es no dejar de leerla.
Porque Que no, que no me muero,
además de divertir y llenar de color nuestras vidas, nos acerca al mundo de las
personas que padecen cáncer de mama. Nos demuestra lo terrible de la
enfermedad, pero también las anécdotas curiosas que pueden surgir de la
experiencia. Nos enseña que nadie que padezca cáncer es un superhéroe: solo
personas que intentan llevar su enfermedad lo mejor posible. Y muchas, muchas
cosas más.
Me gustaría recomendar la
lectura de Que no, que no me muero a
todos los amantes de las buenas historias gráficas. También me gustaría que leyeran
este libro todos los lectores de buenos relatos, de historias divertidas a la
par que realistas y todas personas sensibles, en general. Pero, sobre todo, me
gustaría que leyera este volumen toda esa gente que jamás se pone en la piel de
los enfermos y va por ahí dando consejos: que si tienen que tomarse esto para
curarse mejor, que si hay que ser positivo que si… Que no, que nadie se quiere
morir, pero que cada uno tiene derecho a vivir su enfermedad como buenamente
pueda o quiera.
Que no, que no miento: Que no, que no me muero es un libro
sencillamente maravilloso. No lo dejéis escapar.
Cristina Monteoliva