Título: La medicina todo
LOcura
Autora: Elisabeth G. Iborra
Edita: Espasa
Páginas: 203
Precio: 16,90 €
¿Quién no ha tenido alguna vez una
experiencia curiosa en una consulta médica o en un hospital? ¡O más de una! Ahora
démosle la vuelta al asunto: ¿os imagináis la cantidad de anécdotas curiosas
que pueden contar los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores y demás
personal sanitario después de horas y horas atendiendo a pacientes de todo tipo?
Y si cogemos una buena cantidad de todas esas anécdotas, la mayoría totalmente
hilarantes, y las metemos en un libro, ¿no creéis que será algo genial? Un
libro como el divertidísimo La medicina
todo LOcura, de Elisabeth G. Iborra. Precisamente la obra que hoy os vengo
a comentar.
Todos
hemos encontrado alguna vez en el centro de salud un sanitario que no nos
convencía demasiado: médicos que no quieren darte nada aunque te estés
muriendo, otros que lo solucionan todo recetando sopa de pollo y descanso,
enfermeras bordes que hasta que no te agujerean doce veces el brazo para
sacarte sangre no se quedan contentas… Pero pensad algo: la cantidad de
anécdotas que podemos contar ocurridas con trabajadores de la sanidad son con
creces superadas por las que ellos, los expertos en salud, pueden contar sobre
la gran cantidad de pacientes que atienden a lo largo de su vida profesional.
Que
sí, que los españoles somos muy de quejarnos de la sanidad sin pensar que los
médicos están muy agobiados por tener que trabajar tantas horas seguidas, por
esas guardias infernales, por los recortes de sanidad, por… Miles de cosas que
tal vez deberíamos hablar otro día. El
caso es que nos quejamos mucho de estos profesionales sin pensar que la mayoría
de nosotros somos unos pacientes desastrosos: inoportunos, impacientes,
hipocondriacos, inocentones, exagerados… ¡Y cosas mucho peores! Fe de ello da La medicina todo LOcura, este libro tan
divertido escrito con un estilo tan fresco y cercano, a lo largo de sus
páginas.
Las
anécdotas, relatadas a la autora por un buen número de profesionales anónimos,
se organizan en un total de veintiséis capítulos temáticos, con nombres de lo
más divertido que dan muchas pistas sobre el contenido de los mismos: Objetos autónomos que se introducen por
casualidad, En ginecología se ve de todo (nunca mejor dicho), Del milagro de
ser padres, Cambios de género que desconciertan, Los hombres y sus aparatos
traen cola, El sentido común fuera de lo común, ¡Por ese orificio, no!,
Incapacidad para pronunciar medicamentes, Con los extranjeros aún es más
complicado, La higiene no puede costar tanto, Médicos de todos los estilos,
Novatadas y bromitas para pasar el rato, Los profesionales también se
equivocan, Tribus de pacientes, De acompañantes peculiares, Hala vámonos pal
pueblo, Los abuelos son otro mundo, Con los niños no se juega, Los yonquis dan más
mal que miedo, Historias para no dormir, Las noches de guardia son muy largas,
Emergencias es una locura, Más feo que pegarle a un sanitario, ¡Esas manos, que
luego van al pan!, Del matarse sin morir y Como Pedro por su hospital.
Yo
diría que el libro comienza con mucha fuerza, con las secciones más
escandalosas, hilarantes y asombrosas, esas que tienen que ver con, digamos, el
mal uso de la sexualidad de cada uno que se ve en las consultas. Eso hará que
el lector llegue a casi la mitad del libro sin darse cuenta y con ganas de
mandar mensajes a los amigos contando las anécdotas que le han parecido más
llamativas. Una vez totalmente enganchados, os aseguro que no podréis dejar de
leer hasta la última página. Y que el libro, en conjunto, no os va a
decepcionar lo más mínimo.
Conforme avanzan las páginas, el lector
va descubriendo que la cantidad de enfermos desastrosos es increíblemente alta,
que la paciencia de los docentes se hace a veces infinita y que la humanidad de
unos y otros puede llegar a enternecer a cualquiera.
Algunas
anécdotas dan risa, pero también mucho que pensar, sobre todo (al menos, en mi
caso) aquellas relacionadas con personas mayores que viven en residencias. ¿Qué
sería de ellos sin los cuidados y el cariño de los profesionales del sector
sanitario?
Todos
nos imaginamos a los profesionales de la sanidad como personas muy serias,
incluso en su trato con sus colegas. Otra cosa que hace este libro es
demostrarnos que tengamos los estudios que tengamos (o no tengamos) cuando nos
juntamos unos cuantos seres humanos para pasar un periodo largo de tiempo (en
este caso, en un hospital), se nos ocurren las cosas más disparatadas por
hacer.
La medicina todo LOcura,
en definitiva, es una obra que, de forma original y desenfadada, intenta
acercar la realidad de la sanidad española al público en general. Un libro de
humor salvaje, tierno y cercano que va a hacer que todos los que lo leáis riais
hasta por los codos. ¿Y qué mejor medicina para todos nuestros males que unas
buenas sesiones de risa? En serio: ¡no os lo podéis perder!
Cristina Monteoliva