Título: La noche del
ilusionista
Autor: Daniel Kehlmann
Traducción: Helena Cosano
Edita: Nocturna Ediciones
Páginas: 150
Precio: 14,50 €
Nunca he sentido una gran afinidad por
los trucos de prestidigitación, aunque admito que con algunos espectáculos de
magia me lo he llegado a pasar realmente bien. Sobre todo en aquellos en los que
el truco era tan bueno, que costaba creer que solo fuera eso, un sofisticado
truco, y no algo realmente fantástico, casi de otro mundo. Imagino que todos
los magos sueñan alguna vez con hacer algo así, algo totalmente insólito. Este
es el punto de partida de La noche del
ilusionista, la novela de Daniel Kehlmann publicada por primera vez en
España por Nocturna ediciones.
Arthur Beerholm es un
chico adoptado que pierde a su segunda madre, a la que tanto quería, demasiado
pronto. Una vez viudo, su padre adoptivo, por el que Arthur siente un afecto
mínimo, vuelve a casarse con una mujer joven, tiene hijos biológicos y manda a
Arthur a un internado para niños ricos situado en un lugar aburrido y frío. En
el internado tendrá Arthur su primer encuentro con el mundo de la magia, aunque
no será hasta años más tarde cuando decida convertirse en el mago más grande de
todos los tiempos. ¿Conseguirán sus sueños hacerse realidad?
Arthur es un joven
inteligente, amable y, en cierta manera, tímido, que ve cómo las desgracias van
marcando su vida. Un buen día, este muchacho, que tanto gusta de las buenas
descripciones, se topa de lleno con el mundo de la magia. Tras unos primeros
pasos errados, Arthur retomará, años más tarde, su carrera con la intención de
convertirse en un verdadero mago. Este libro cuenta la historia de cómo lo
consigue. O tal vez no. Porque lo que Arthur quiere en realidad es ser mucho
más que un mago y, ¿es eso posible en este mundo?
Comencé a leer La noche del ilusionista sin tener muy
claro qué me iba a encontrar. Por un momento temí que la historia estuviera
demasiado centrada en el mundo de los trucos de prestidigitación y en magos
obsesionados por esos trucos. Lejos estaba de imaginar que en esta historia la
verdadera magia la encontraría en la narración, ya que Arthur, el protagonista
y narrador, es un verdadero mago de las palabras. Yo diría que su forma de
contar su historia es incluso hipnótica, puesto que lo hace de tal manera, que
no puedes dejar de leer ni por un momento. ¿Qué cómo lo hace? Los verdaderos
magos no revelan nunca sus secretos, tampoco creo que lo hagan los buenos
escritores. Yo diría que el conjunto es una mezcla de lirismo, sinceridad y
pasión, mucha pasión. También una pizca de distracción. Y, por supuesto,
fantasía.
La historia gira
entorno de la magia, pero también alrededor del mundo de los afectos. Arthur es
un chico adoptivo que pierde pronto a la única persona que le quiere de verdad.
Durante años, Arthur es un chico solitario al que le cuesta hacer amigos. Y cuando
por fin encuentra al amor de su vida, ¿cómo reacciona? No, no voy a contarlo.
Tendrás que leer el libro para averiguarlo. Sólo os adelantaré que ese punto de
inflexión marcará el ritmo de toda la novela.
¿Y qué tenemos al
final? Pues una historia que comienza como algo ligero, sin serlo en absoluto,
con muchos momentos en donde el lector se perderá, se encontrará y tendrá que
interpretar las pistas para llegar a sus conclusiones. Un texto, en definitiva,
sincero, emotivo, rico e ingenioso que sorprende incluso al lector más
aventajado. No es de extrañar que la crítica internacional se haya rendido ante
el talento de Kehlmann. ¿Te rendirás tú también? Te invito a comprobarlo.
Cristina Monteoliva