Título: La
primera vez que no te quiero
Autora: Lola
López Mondéjar
Editorial:
Siruela
Págs: 272
Precio: 18,95 €
/ 9,99 € (epub)
La transición española y la necesaria revolución
que vino después a primeros de los ochenta en nuestro país, son épocas que dan
para mucho, sobre todo cuando el que escribe las ha vivido y quiere (y, sobre
todo, puede) contar historias que inviten no sólo a conocer estos años, sino
también a reflexionar acerca de la ruptura de aquella generación con la
anterior, la libertad que todo aquello nos trajo a las siguientes generaciones,
los cambios sociales, etc. De todo esto y mucho más precisamente va La primera vez que no te quiero, la
novela de Lola López Mondéjar que a continuación os comento.
La tía de Julia le confesó un día a su
sobrina que su madre intentó ahogarla cuando sólo tenía dos meses de vida.
Desde entonces, Julia se siente como si le faltara el oxígeno. Podría decirse
que esta misma anoxia es la que vive toda su generación de chicos y chicas
nacidos en el franquismo que llegan a la edad adulta durante la transición a la
democracia; de estos jóvenes que ponen patas arriba la sociedad mientras
descubren formas nuevas de vivir la vida. Pero no hablemos de todos ellos.
Hablemos sólo de Julia, pues esta es su historia. Julia, la que tuvo un marido
al que dejó por un señor oscuro que la introdujo en el mundo de las libertades
sexuales. Julia, la estudiante de psicoanálisis. Julia, la que viaja por el
mundo y por la vida, en general. Julia, la que analiza, reflexiona y comprende,
finalmente, que la generación de sus padres era bien distinta a la suya y
aunque son muchos los pasos adelante dados, todavía queda mucho por andar.
La
primera vez que no te quiero es una novela singular
por distintos motivos. El primero, por su enigmático título, que tanto nos dará
que pensar antes, durante y después de la lectura. Al fin y al cabo, ¿a quién
no quiere ya Julia? ¿A sus hombres, a sus padres, a sí misma…?
Después, porque está escrita como un
capítulo único en el que se intercalan las narraciones de la infancia de Julia
con la de su edad adulta, como si se tratara de un libro de relatos breves que se
relacionan por el hilo conductor de la historia, llegando al final de la misma
historia a cerrarse de forma perfecta el círculo narrativo.
La tercera, por la propia personalidad
de su protagonista, Julia, una mujer que estudia psicoanálisis para analizarse
a sí misma y a su entorno, y tal vez por fin aprender qué camino seguir para
ser feliz; y por su forma de narrar, tan culta a la vez que tan inocente; tan
llena de contradicciones; tan rica en matices. Tan auténtica, en definitiva.
Julia cree que le marcó el intento de ahogo
por parte de su madre, cuando, en realidad, lo que marca su existencia es la
indiferencia con la que la tratan unos padres que se casaron porque era lo
correcto en la época; que tuvieron hijos porque había que ternerlos, pero que
luego tanto les costó quererlos. Así, Julia crece entre unos padres que la
miran, pero que no la ven; unos progenitores que la prestan a otros familiares
para que sean felices a la primera de cambio, sin preocuparse por lo que siente
o necesita de verdad su hija para ser feliz ella misma.
Más tarde, como descubriréis en esta
obra, Julia tiene varias relaciones fallidas, sobre todo por su obsesión por
idealizar a los hombres a los que ama. Sus decisiones parecen llevarla a la
soledad, pero, ¿quién sabe si no llegará a obtener algo bueno de todos ellos al
final?
Llama también la atención que Julia
parezca no desprenderse del fantasma del pueblo, del estigma rural, de ese “yo
nací en una familia humilde, en un lugar pequeño y nada culto, y no quiero ni
pensarlo”, cuando en realidad todo queda muy atrás. Empieza a hacerlo justo en
el momento en el que Julia comienza a estudiar en la universidad y viaja,
aprende de la vida y cambia las reglas sociales. Me pregunto cuántas personas
no sentirán también ese extraño pesar, en vez de sentirse orgullosas de sus
orígenes menos pudientes, tanto económica como culturalmente, hoy en día.
Y dejo ya de contar, que si no, os acabo
destripando toda la novela
Definitivamente, La primera vez que no te quiero, además de mostrarnos de la mano
de un personaje tan entrañable como Julia cómo fueron los ochenta para toda una
generación de jóvenes con ganas de cambiar las cosas, es una novela que invita
a reflexionar en las diferencias generacionales, la evolución a pasos
agigantados de la sociedad española, las relaciones familiares y sentimentales
y un sinfín de temas que conocerás sólo si te decides por su lectura. ¿Te
atreves a dar el paso?
Cristina Monteoliva